Un sueño, un hogar

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«And as the fragments of my skull begin to fall,
fall on your tongue like pixie dust,
just think happy thoughts
and we'll fly home»

Girl

Hacía calor. Mucho, demasiado calor.

Los crueles rayos de sol incidían sobre ella sin piedad alguna, queriendo derretir su cuerpo sobre la arena, torturando su piel morena, clavándose en sus ojos y cegándola, secando sus labios, abrasando su cabeza, haciéndole desear esconderse bajo las dunas hasta la llegada de la noche.

Hacía rato que las almohadillas de las pequeñas patas de Kat habían dicho "basta", enrojecidas y a punto de arder. Ahora, el hermoso gato negro de familiares ojos esmeralda se desplazaba acomodado sobre su hombro, una cálida bufanda oscura a la que no se atrevía a echar.

El radiocasete daba rítmicos saltitos sobre su pierna, golpeándose con su muslo al ritmo de sus pasos. Era incómodo, y la mochila a su espalda cada vez pesaba más. No deseaba sino detenerse, dejarse caer sobre la ardiente arena y cerrar los ojos, y pensar en un mundo mejor, un mundo en el que ni los Killjoys ni su padre estarían muertos.

Pero ese mundo no existía, no podía existir ya. Y ella tenía que volver a la realidad, y seguir corriendo.

Al final, no pudo más. Se dejó caer sobre el cálido suelo del desierto, a la escasa sombra de una duna. La radio golpeó con fuerza la arena, y la mochila cayó a su espalda. Kat descendió de sus hombros y se acomodó en su regazo. Girl pasó la mano con delicadeza sobre el negro aterciopelado que conformaba a su amigo. Su único amigo.

-¿A ti te parece justo, Kat? -resopló, abrazando al gatito y levantándolo hasta poder mirarle a los ojos- Que nos alejemos un único día de nuestro hogar, ¡y justo ese día, a BL/Ind se le ocurre hacer limpia de cadáveres! Si lo hubiéramos sabido, al menos habríamos robado una bolsa de cadáveres... Pero míranos ahora. Los dracs se reirían de nosotros, ¿verdad? Perdidos por el desierto que es nuestro hogar, con la noche acercándose y sin lugar al que ir. Oh, Kat -sollozó, enterrando el rostro en el cálido pelaje negro- , ¿por qué nos sale todo mal?

El gatito soltó un lastimero maullido en respuesta, y frotó su pequeña cabecita peluda contra su cuello, reconfortándola. Girl sollozó contra su pelo, sintiéndose impotente. Nada le salía bien. Sólo era una niña idiota a la que nada le salía bien. Primero, todos sus seres queridos habían muerto por su culpa; ahora, era incapaz de sobrevivir más de un año por su cuenta. Ella se lo había propuesto, se lo había prometido a sí misma. No iba a volver a casa, no iba a depender nunca de nadie más que pudiera salir herido para cuidar de ella. Y durante un año, lo había conseguido.

Y ahora, cuando las cosas iban mal, estaba a punto de rendirse. Ya no podía más. Había perdido lo que había sido su hogar durante casi un año. Y aunque no fuera más que una burda parodia de cementerio, allí se había sentido segura. Pero ahora, también eso le habían arrebatado. Como todo lo demás que alguna vez le había importado.

¡Cuánto deseaba que Poison estuviera allí! Él sabría qué hacer, seguro. Al igual que aquella noche, en su cumpleaños, cuando se internaron en la Zona 6 tras visitar el buzón de la Bruja Fénix, antes de que ellos murieran; su última noche con los Killjoys. Jet se las apañaría de algún modo para reunir leña y encender fuego, Ghoul aparecería con comida sacada de dios sabe dónde, Kobra montaría el campamento, y luego él y Party se pegarían por avisar a Defying y por vigilar las transmisiones de los dracs para asegurarse de que no les encontraran. Y después se tumbarían bajo las estrellas, y celebrarían que estaban vivos, que aún existían...

Sí, así lo harían ellos. Sin apenas hablar de ello, sin pelearse, cada uno su tarea, como una máquina bien engrasada y eficiente. Así eran los Killjoys. Un equipo, una familia. No como esa esperpéntica sombra de lo que ellos eran, ese grupo perdido y sin sentido que, bajo el liderazgo de Hush Killer, ahora se hacían llamar Killjoys, siendo no más que pequeñas arañas asustadas que corrían a esconderse bajo la ardiente mirada de BL/Ind.

Danger Days II: The Aftermath is SecondaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora