Danger Days II: The Aftermath is Secondary

Ya es la hora...

«So gather 'round piggies and kiss this goodbye,
I'd encourage your smiles,
I'll expect you won't cry! »

Dust Shot

«Destroya. Ya es hora. Estamos listos.»

La radio no escupió ni una palabra más; quedó en el más absoluto de los silencios. Clavó la mirada en Heat; los ojos rojizos de su amigo temblaban de emoción ante la perspectiva de la batalla, y ahora que se había quitado los restos de vómito y cerveza de la barba de mendigo que se había dejado crecer, volvía a parecer una persona decente. O todo lo decente que se puede ser cuando las ganas de disparar te consumen, pero ese era otro tema.

Una suave música flotaba en el aire, disipando sus nervios. Hush se había levantado pronto esa mañana, y llevaba desde entonces sentada al piano con la mirada vacía, arrancándole tristes melodías que empezaban a resultar deprimentes. Poison seguía durmiendo, y nadie entendía cómo lo conseguía con aquella música del demonio colándose hasta sus huesos.

-Entonces, Girl lo ha conseguido. Ha completado la bomba.

Las connotaciones de aquella frase les hacían estremecerse. Por fin podrían enfrentarse a BL/Ind. Después de tantos años... y pensarlo ahora les aterraba. No por la posibilidad de morir, sino por la de ganar. ¿Qué harían después de la victoria? ¿Cómo saldría adelante la ciudad? ¿Y cómo saldrían adelante ellos, que desde hacía años no conocían otra cosa que la lucha? Tanto si ganaban como si perdían... todo cambiaría para todos.

-Y ahora, ¿qué hacemos?

La música se desvaneció lentamente. Hush se levantó del piano, y apoyó una mano en cada uno de sus hombros.

-Ahora, vamos a ver al Dr. D. Tenemos cosas de las que hablar.

La guarida de los Romance parecía demasiado grande sin Cherry ni Blast allí, aun cuando D, Pony, Cola y Girl se esforzaran al máximo por llenarla con su presencia. La foto de Korse con perilla y cuernos había desaparecido de la pared, pero los dardos colgaban ahora de uno de los viejos pasamontañas con los que solía cubrirse Blast y de una máscara de drac que podría jurar que era la de Poison... y que habían sido sin duda apuñalados con saña, probablemente por Disco. Las bombillas que colgaban del techo de la mina se tambaleaban frenéticamente, dotando a toda la estancia de una iluminación casi fantasmal que no dejaba de parpadear.

Diamond y Cyanide estaban tirados por el suelo, con la apatía pintada en el rostro pero la ira brillando en sus pupilas. Pony, Cola y Girl habían colonizado el sofá, que temblaba constantemente debido a los tics nerviosos de las piernas de los tres, que subían y bajaban a la velocidad de las libélulas. D paseaba su silla de ruedas por la estancia, buscando algo con lo que mantener su atención ocupada mientras los Destroya llegaban.

-He visto funerales más alegres que esto -fue el saludo de Dust cuando llegaron.

Y era verdad. En el de los Originales, por lo menos hubo fuegos artificiales, alcohol, y risas entre lágrimas al rememorar viejas historias.

-Y yo he visto gilipollas con menos cara de idiota que tú.

-Uoo. ¿Y esa violencia tan gratuita, Disco?

-Ah, perdona, Dust. Creí que había sido Gun, y no pude contenerme. Sonó a algo que él diría.

-Eeeeh, ¿y esa violencia tan gratuita, Disco? -se burló Heat, imitando sus palabras.

-Tu simple presencia, que me incita a ella. No sé, será la estupidez que desprendes.

Pero aquel pequeño duelo verbal había logrado disipar un poco la tensión del ambiente, y Dust le dio a Disco las gracias en silencio. Cyanide sonrió un poco, Pony curvó los labios en lo que no se sabría decir si era o no una sonrisa, y Girl hasta soltó una pequeña carcajada.