Destroya

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«Because rebellion's not a t-shirt you sell,
you keep your money and I'll see you in hell»

Heat Gun

-Conque un mapa con todas nuestras bases marcadas, ¿eh?

En la voz de Defying se apreciaba una nota de pánico que no era capaz de disimular. Y no era para menos, o eso había repetido Hush al menos una docena de veces desde que Dust les contara lo que había encontrado. Él, la verdad, no veía el problema. Sí, tal vez aquello implicara unos cuantos dracs más a la puerta de casa, pero ¿y qué? Así aprenderían a no dormirse, ni confiarse demasiado.

Pero Hush, Cherri Cola y Defying no eran de la misma opinión, y la pequeña y abarrotada cabaña se encontraba saturada de ansiedad. D jugueteaba con los brazos deshilachados de su silla, Cherri daba vueltas inquietas por el locutorio, y Killer estaba muy rígida, apoyada en la pared, mordiéndose el labio ya hinchado y sangrante y moviendo la pierna con nerviosismo. Y sobre la destartalada cama, Dust descansaba de sus heridas, ajeno a todo.

-Y no sólo nuestras bases -contestó la voz apenas audible de la chica- . Las rutas que solemos usar, las gasolineras más habituales, nuestros puntos de avituallamiento más comunes... Joder, nos tienen pillados, bien pillados por los coj...

-Esa boca, Hush -la interrumpió Dust, demostrando que no estaba tan dormido como parecía- . Ya hemos hablado de eso.

-No me jodas, Shot. Ya tengo 21 años, ¿no crees que ya tengo derecho a soltar alguna palabrota cuando las cosas van mal?

-No. Vale que no hayamos conseguido hacer de ti una señorita como quería Pony -se burló el otro- , pero al menos habla mínimamente bien.

-¡Que te jodan, Dust!

Resopló. La eterna y maldita discusión que Hush y Dust tenían cada vez que esta se ponía nerviosa. Lo cual era muy frecuente últimamente. Y cada vez, se gritaban por ello. Cada. Puta. Vez.

-¡Callaos los dos! -gritó Cherri, al borde de la histeria, y ambos cerraron la boca. Mmm, eso no era bueno. Si alguien conseguía que esos dos dejaran de discutir, es que las cosas iban realmente mal- Que diga todas las palabrotas que quiera, Dust, la ocasión lo merece. ¿Qué cojones se supone que vamos a hacer? BL/Ind sabe dónde estamos, sabe por dónde huimos, sabe todos nuestros movimientos. ¿Qué podemos hacer?

-Eso no es todo -intervino la voz grave y cansada de Dust- . Tienen archivos con nuestros nombres. Me refiero a nuestros nombres de verdad. Y... listas con todos nuestros seres queridos. Apuesto lo que sea a que los han visitado ya más de una vez.

El silencio cayó sobre ellos como una pesada y fría losa de desánimo. Lo peor de todo, era que tenía sentido. Llevaba días preguntándose cómo habían encontrado a su madre. Y es que cuando había huido la primera vez, no había sido más que un ciudadano anónimo que se gritaba con un drac, no había hecho nada más. Y en años posteriores, en sus sucesivas visitas a la ciudad, ella había estado viva. ¿O había muerto en esos seis meses que él había pasado lejos, en el tiempo que tardaron en organizar a los Killjoys y conseguir seguir adelante tras los seis meses de caos después de la muerte de los Originales? De todos modos, antes no había comprendido el porqué de su muerte. Ahora lo sabía.

¡Joder! ¿En qué momento se había torcido todo tanto? ¿De qué valía ya todo? Sabían quiénes eran, a quién querían, y podían usarlo contra ellos. Si es que no lo habían hecho ya...

-¿Estás seguro de ello, Dust? -preguntó Hush, con cautela.

-Como que del día es día y la noche es noche -asintió él- . Destruí el ordenador donde lo almacenaban, pero nada nos dice que no tengan una copia de seguridad. O varias.

Danger Days II: The Aftermath is SecondaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora