|Capítulo 10|
Mientras Matías sigue en la habitación con su hermano, intento aterrizar y dejar de volar entre las nubes, porque aun no comprendo lo que acaba de pasar. Probablemente solo haya sido el momento, pero, de todas maneras, no puede volver a pasar, solo han sido las hormonas impulsivas. Matías se está tardando mucho, así que es mejor ir a ver si necesita mi ayuda, probablemente no sepa cómo hacer dormir a su hermano, sonrió para mis adentros.
- Me interrumpiste un gran beso André - antes de entrar, a la habitación, escucho a Matías decir eso. Mi reacción inmediata es sonreír por reflejo, siento cómo mis mejillas se calientan, y se tornan rojas, al oír lo que dice Matías. ¿Qué mierda tengo? Ya cálmate Sofía.
- ¿Necesitas ayuda? - digo aclarando mi garganta para que sepa que estoy ahí y deje de hablar.
- ¡Sofía! - dice Matías al parecer sorprendido, no esperaba mi aparición.
- Y bien - rio un poco - ¿La necesitas? - le pregunto y el niega con la cabeza - parece que si - señalo a André, que aún no está dormido - ¿Quieres que te cuente un cuento? - le digo a André, acercándome de a poco.
- ¡Sí! - grita enérgico André, y yo me siento en la cama junto a él para empezar y así enseñarle a Matías como se hace.
- Yo también puedo contarte algo - dice Matías, algo picón.
- No tus cuentos me aburren - dice André y yo me rio de inmediato, y choco los cinco con él, este niño si me cae.
- ¡Ey! - grita Matías haciéndose el ofendido. Se acerca hasta su hermano y se sienta junto a él, del otro lado de la cama - yo también quiero escuchar el cuento - se pone serio y plasma su rostro de atención.
Empiezo a contar un cuento que mi madre siempre me lo contaba de pequeña, buscando que André se pueda enamorar del cuento y así poder conciliar el sueño. Al parecer le gusta y empieza acurrucarse en la cama, poniéndose listo para la siesta, hasta que finalmente se duerme y Matías al parecer también se queda dormido. Se le ve muy tierno así, es tan guapo y así está más guapo aún. Así que me paro de la cama y voy en dirección hacia la entrada, para por consecuente apagar la luz y dejarlos descansar, pero en ese preciso momento en el que estoy a punto de presionar el botón de apagado siento que me cogen del brazo y no sé si gritar o correr, mientras mi respiración se agita al no saber quién mierda me sostiene el brazo.
- ¿A dónde vas? - dice Matías, ¿pero no estaba durmiendo? Este imbécil me dio el susto de mi vida.
- ¿A dormir? - digo algo obvia y giro sobre mis talones - ¿No estabas durmiendo? - le pregunto un poco molesta.
- No, tu cuento no funciona conmigo - dice acercándose más a mí y tomándome de la cintura - respiro profundo e intento seguirle el juego, de tal manera que crea que puede hacer esto cada vez que se le antoje.
- ¿Entonces por que estabas con los ojos cerrados? - pregunto jugando.
- Fingía - responde de manera obvia y por consecuencia se encoge de hombros e intenta proseguir con su "juego".
- ¿Por qué? - respondo y él se vuelve a encoger de hombros. Miro las manos de Matías, que están sobre mi cintura - se te está haciendo costumbre cogerme de la cintura ¿cierto? - él emboza una sonrisa pícara, solo es el momento, me lo repito una y otra vez en mi cabeza, solo es el momento.
- Quizá - dice encogiéndose de hombros, ya de una manera más lenta y un tanto retante, como si de esta manera me sentiría atraída por su intento de coqueteo.
- ¿Es todo lo que dirás? - le digo a Matías y el asiente - ¿Me dejas ir a dormir? - pregunto mientras lo miro directamente a los ojos, intentando intimidarlo.
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El Hijo de mi Niñera
Teen Fiction- No necesito niñera madre, soy una adolescente - pauso - casi una mujer adulta - hago puchero - puedo atenderme sola - menciono casi derrotada, mi madre me mira, y niega con la cabeza. - Sabes que no es por eso Sofía, es por tu seguridad - me repr...