Encuentro.

3.9K 252 7
                                    

|Capítulo 20|

|Matías|

Mi cuerpo se tensa, tiemblo y camino despacio en dirección a la habitación en la que me dijo mi madre, es increíble que está señora cause todo esto en mí, mi estómago se da un revuelco y las arcadas aparecen, que rara forma de demostrar mis nervios, no lo soporto, mis manos vuelven a sudar y las seco cada cinco segundos, no estoy preparado para esto realmente no lo estoy. Ya frente a la puerta, dudo en abrirla o no, empiezo a recordar todo, absolutamente todo y me arrepiento de estar aquí, pero es imposible ya está hecho, tengo que afrontar y no puedo hacer más, estoy aquí y solo debo continuar, pase lo que pase, no sabré si será bueno o malo si no continuo.

Reacciono al escuchar a mi madre mencionar mi nombre, ella ha abierto la puerta desde adentro de la habitación y me está mirando fijamente, esperando un acto de respuesta, pero yo no digo nada, solo hago un pequeño gesto y respiro profundo, no puede ser tan mal, no puede ser tan mal, me repito una y otra vez en voz baja, cierro los ojos, doy un respiro profundo y entro a la habitación, cierro la puerta despacio y respiro una vez más, me acerco a mi madre y saludo a la pareja de Laura que estas junto a ella, me calmo y respiro una vez más me repito está vez mentalmente que todo está bien, que no puede pasar nada malo, es increíble que pueda pensar que va a pasar algo malo por tan solo ir a ver a esa señora, ha sido tanto, que me afecto mucho hasta este punto.

- Buenas tardes - saludo cortésmente a lo que Daniel la pareja de Laura, me mira indiferente, pero de todos modos saluda, supongo que por cortesía.

Primer momento incomodo... - Pensé

Mi cuerpo se adormece al acercarme con pocos pasos para acortar la distancia entre la cama y yo.
No tiene que ser malo, si quiso que venga es por algo y no creo que reaccione mal sería ilógico, además sería la primera y última vez que la vea ya no voy a tener que pasar esto una vez más, aunque puede sonar terrible.

Finalmente llegue a estar frente a ella, toda la habitación esta en completo silencio, ni mi madre ni Daniel hablan, no hay ni un solo mínimo ruido, solo escucho mi respiración agitada y siento mi cuerpo más tenso de lo que estaba, cierro mis ojos y respiro, repito este acto un par de veces, después de esto vuelvo a abrirlos y la miro directamente a los ojos, esos ojos que en nada se parecen a los de mi madre, la verdad es que no tiene nada de parecido a ella, son totalmente opuestas en respecto a lo físico y su forma de ser. Ella me dirige la mirada, sin transmitir nada, simplemente una mirada vacía.

Se le ve muy mal, su aspecto no es algo agradable de ver, si definitivamente está muy mal, la recuperación le ha gastado mucho, mi madre dice que está bien que ya va recuperándose poco a poco, pero como yo la voy viendo me parece que está súper mal, y no es por ser negativo, simplemente la veo demasiado mal como para creer que prontamente se va a recuperar. Quizá mi madre piense eso, porque finalmente es lo que quiere, que se sane lo más pronto posible, el optimismo a veces hace que veas realidades inexistentes, pero por ahora es el mejor refugio de mi madre, pero no sé si el de Daniel, él se ve tan - ¿Cómo decirlo? – tan vacío y sin expresión, solo parece estar por estar. Posiblemente sea por todo lo que está pasando y lo mucho que le debe estar afectando, simplemente su reacción es distinta. En una realidad alterna, pues yo podría estar igual que ellos, muertos emocionalmente al ver una persona tan querida en tal estado de salud, hasta podría legarse al punto de que no verla sería mejor, por lo mucho que puede afectarte emocionalmente ver a un pariente así. Mis puntos parecen ser exagerados, pero simplemente es lo que veo, alrededor de ella – en la habitación – todo parece estar muy tétrico, con un olor fuertemente a medicinas y como a metal, no sé exactamente como describirlo. Pero la simple sensación que te da el ambiente al pasar, las caras sin expresión exacta o solo simplemente tristeza, hacen que el ambiente sea muy moribundo, aguantando con la justa los últimos suspiros. Y todo alrededor solo parece confirmar lo terrible que es venir a un hospital en estas situaciones tan complicadas del ser humano.

Siento las manos de mi madre colocarse sobre mis hombros – lo que me hace salir del trance en el que me encontraba - un tacto que me relaja y me hace volver a la realidad de mis actos. La miro y me calma con su mirada, es tanta la ternura de mi madre que con solo una mirada me relaja y me tranquiliza, así que solo me lo repito, que lo hago por ella, estoy aquí parado solo y únicamente por ella.

- Buenas tardes – es lo primero que se me ocurre decir, a lo que ella reacciona con una sonrisa un tanto forzada a mi parecer o puede que simplemente pueda ser la única manera de sonreír por su condición.

Las manos de mi madre dejan de apoyarse en mis hombros y se aleja un poco de la cama y de mí, Daniel se acerca a Laura para decirle algo y después de esto camina hacía la puerta, yo miro a mi madre en busca de alguna respuesta sin comprender aún, ella se acerca a mí y dice:

- Matías es mejor que hablen a solas - mis ojos saltan de alguna que otra manera, no esperaba esto, y vuelve el sudor imaginario, así que empiezo a rotar mis manos sobre los laterales de mis pantalones - ¿No lo crees? – no, no lo creo. Mi madre usa una técnica rara para convencerme, pero no es mejor ¿Paso a paso? Nunca en mi vida he estado a solas con ella, ¿Qué pretende qué haga o diga?

- Pero ma – la miro con cara de obvio que no lo creo - de esto no habíamos hablado y sabes lo que me ha costado... – me interrumpe de inmediato, antes de empezar con lo que casi siempre le digo para justificar cosas que no quiero hacer, porque evidentemente hay un detrás de todo esto.

- Por favor Matías – me mira con ternura, trago saliva - será mejor que hablen a solas - volteo y veo que Laura se estaba sentando en su cama, supongo que, para estar más cómoda, regrese la mirada hacía mi madre en busca de ayuda o un poco más de tiempo para intentar pensar que decir, con cuidado a que no me ganen las emociones.

- Está bien ma – termino por responder, al no obtener respuesta por parte de mi madre, finalmente resignado, solo quiero hacer esto lo más rápido posible e irme.

Mi madre se acerca a Laura y le dice algo que no logro escuchar con claridad, mi cuerpo aún esta tenso y sigo nervioso, no sé ni que le voy a decir, pues en si no tengo nada que decirle ni reclamar – al menos ya no es momento de hacerlo y mucho menos a ella – no le haré preguntas absurdas ni nada simplemente ya no me interesa saber sus porqués de sus actos, aunque no sé exactamente lo que me dirá. Mi madre me mira y se va alejando con una sonrisa en la cara – espera que esto acabe bien, por la tremenda sonrisa que se lleva – hacía la puerta, se despide con un gesto de los dos y la cierra, ese simple gesto me hace saber que finalmente estoy a solas con Laura y temo a lo que pueda pasar por mis reacciones y por las palabras que de su boca van a salir. Me quedo parado sin pensar específicamente en algo esto me está atormentando, lo único que hago es mirar hacía la puerta buscándole algún significado o intento ver algo que no sea fácil de ver a simple vista. Siempre hago esto cuando no sé a quién mirar, o qué hacer, qué ver. ¡Mierda! No sé qué maldita cosa haré.

- Matías – Laura menciona mi nombre para llamar mi atención y poder dirigir mi mirada hacia ella, volteo mi cara en dirección a la suya, esperando simplemente a lo que dirá, se lo que sea que diga, me preparo para no darle la suficiente importancia y potestad de afectarme emocionalmente.

NA: 😥

El Hijo de mi NiñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora