Inesperado II

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|Capítulo 19|

|Matías|

Me siento bien, hace mucho que quería desahogarme, hace mucho que necesita despejarme y librarme de todo esto que aún me sigue atormentando y aún más hace algunos días. Sofía me ayudó mucho porque me escuchó e hizo que me sintiera mejor y la verdad es que agradezco su abrazo me hizo sentir muy bien, es muy reconfortante. Estamos en este parque - en el que la encontré hace unos días y pude abrazarla también - cuando estaba mal por lo que le paso con Luck, ese chico no me cae, siento que esconde algo que no le gustará a Sofía y eso no me gusta. Sofía y yo estamos mejor, ahora nos llevamos mejor que antes y eso es bueno, ahora siento que quizá tengamos más confianza y estaremos el uno para el otro, claro, como buenos amigos.

- Gracias - digo susurrándole cerca al oído - lo necesitaba – suspiro profundo, con mucho alivio, me siento más ligero emocionalmente.

Nos separamos del cálido abrazo y la miro directo a los ojos, transmitiéndole mi agradecimiento a través de ellos, Sofía me corresponde a la mirada y levanta la mano, con ella me limpia las lágrimas que estaban recorriendo mis mejillas, me gusta el modo en el que lo está haciendo – de alguna manera me trasmite ternura - la miro y le regalo una sonrisa un tanto forzada, pero es lo que logro por ahora, no es por el hecho de que no me agrade su gesto, simplemente es todo lo que puedo brindar ahora.

- De nada – pone su mano sobre mi brazo y acariciándome para que me tranquilizara - además tú también lo hiciste cuando apenas y me conocías – sonríe y yo también, al recordar aquel día.

Caminamos en dirección a casa, está vez estoy más tranquilo y voy a disculparme con mi madre, no me gusta estar así con ella y menos cuando yo fui el culpable de toda la discusión y del que mi madre lloré. Y si ella me pide que vaya a visitar a esa señora, lo haré, pero solo por ella, no voy a dejar que sufra por esto una vez más, creo que sería un acto muy maduro de mi parte, además solo la iré a ver por poco tiempo, no puede pasar nada más, no creo que me trate mal en su estado ¿Cierto? Bueno lo importante es que haré lo todo lo que este mi alcance emocionalmente.

*****

Había aceptado, finalmente había aceptado, no podía retroceder y tomar la decisión contraria, la sonrisa de mi madre ya está plasmada en su cara, no puedo quitársela ahora, ya es tarde para arrepentirme, ya es muy tarde porque ya estamos en el taxi en camino a el hospital donde está la hermana de mi madre. Mi cuerpo empieza a transpirar y ni siquiera hace mucho calor que digamos, no dejo de pasar mis manos por mi casaca secando el sudor de mis manos que se humedece cada cinco minutos, ni dejo de pasar mi mano por mi rostro sacando el imaginario sudor que tengo, ya que ni siquiera sudo, pero tengo la sensación de que sí. Andrés como un inocente niño va en el regazo de mi madre sonriendo al igual que ella, no quita esa sonrisa desde que salimos de casa y le dije que la acompañaría. Ya casi cerca del hospital mi madre se da cuenta de mis reacciones y trata de calmarme poniendo su mano encima de la mía, como diciéndome todo va estar bien.

- Llegamos - anuncia el conductor de lo más normal, respiro profundo y salgo del auto, cierro la puerta de manera un poco brusca.

Al salir del auto mi primera reacción es mala, mi cuerpo se tensa y siento que me recorre un escalofrió por mi espina dorsal, siento como mi estómago suena y de seguido viene una arcada. Mierda, no puedo vomitar por esto ¿Cierto? Mi madre se acerca a mí al ver mi reacción, realmente mi cuerpo reacciona muy mal cuando hago algo que no me agrada del todo. No es la primera vez que me pasa, ya me conozco sé que esto será continuo durante el día.

- ¿Estás bien? – pregunta mi madre algo preocupada.

- Sí – confirmo de inmediato, intento simular que no me afecta - todo bien ma – logro sonreír - no te preocupes.

Entramos al hospital, en buscas del pasillo en donde su hermana se encuentra, aún sigo secando mis manos en mi casaca, hace muchos años que ya no veo a Laura y no creo que al verla tenga una buena reacción, pero hare lo que pueda por escuchar lo que ella tenga que decirme, pero si escucho una sola palabra que me ofenda, no pienso seguir quedándome a escucharla, así mi madre me lo pida y de eso si le avise para que no se sorprenda y en eso está de acuerdo.

Mi madre conversa con una enfermera porque al parecer todavía no es hora para recibir visitas, así que me siento en una de las sillas del pasillo a esperar junto con André. Al parecer definitivamente no podemos entrar ahora, eso me da más tiempo para intentar calmarme.

- Ma – la llamo – voy a ir por un café – le comento - ¿Deseas uno? - mi madre niega con la cabeza.

Me dirijo hacia la cafetería y paso por ginecología, espero que un café me calme y pueda estar más tranquilo. Hago mi pedido y me atiende una linda chica.

¡Concéntrate!

Sí, ahora no es momento para estar coqueteando ni nada por el estilo, espero alrededor de cinco minutos y mi café ya está listo, lo agarro y me encamino al lugar donde estaba antes, paso por pasillos dónde se encuentran muchas personas esperando poder ver a sus familiares, y me pongo a pensar, mi madre estuvo aquí durante dos días habrá sido muy agotador para ella.
Solo espero que hoy sea un buen día y que no pase algo malo, no quiero que mi madre vuelva a pasar por algo que la entristezca. Paso por ginecología y me sorprendo al ver a unos veinte metros a ese tal Luck con una chica. Pero joder sabía que este era un ¡cabron! Está en ginecología con una chica en pocas palabras el imbécil la embarazo. Mierda, sabía que este chico no tenía nada de bueno, es un completo imbécil, ¿Y así piensa andar con Sofía? Camino hacia ellos a punto de encarar al descarado que intenta dobletear - pero una voz me detiene.

- Matías ya es hora – me avisa mi madre e inmediatamente me tenso.

El Hijo de mi NiñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora