No te reconozco, no sé quién eres.

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Capítulo 41

Tres meses, ya eran tres meses...

Luck había llegado a casa con su hijo, así es como lo dice siempre. Recalca que, aunque no lo sea de sangre, legalmente ya lo es. Los papeles de adopción fueron rápidos gracias a toda la presión que puso el para que se le pudiera entregar el niño lo más rápido posible a pesar de ser un tierno bebé de apenas tres meses de nacido – Luck no quería que este en un orfanato-. La sonrisa que se plasma en su rostro es terriblemente hermosa, esta tan contento de tenerlo en sus brazos a pesar de la corta edad que él tiene quiere hacerse cargo de él como su propio niño. Al sentarse en el mueble no pude evitar tomar una foto, de alguna manera ese momento tiene que perdurar. El pequeño Logan es muy tranquilo, algo realmente sorprendente porque hasta el momento nos deja hablar muy bien de todo lo sucedido con su padre – se me hace tan extraño decir esto, por una parte me hace sentir mayor y por otro lado me hace pensar que la vida es tan rara que hace algunos meses este chico me encantaba de una manera inigualable, de una manera tan inocente y sencilla que si no fuera por todo lo que paso seguiría de tal modo. Emocionalmente siento que madure mucho y eso me lleva a diferenciar lo que claramente tengo con Luck, una muy buena amistad a tal punto de ayudarnos mutuamente en esos momentos difíciles, que pasamos ambos, cada uno en su momento. Por lo menos tuve claro que no era momento para andar de amoríos además con todo lo sucedido no tuvimos tiempo de hablar de ello y fue lo mejor.

La travesía de estos tres meses ha sido agotadores y buenos, es de esperar Luck apenas tiene 19 años recién cumplidos y llevar a cabo todo lo que hace por el pequeño Logan es realmente grandioso.

-Cambiarle los pañales - río para mis adentros - eso fue lo que me costó y aun me cuesta un poco - vuelve a vacilar embozando una hermosa sonrisa que muestra su perfecta dentadura - pero son cosas que de todas maneras se tiene que aprender y experimentar - se encoge de hombros mientras mira con ternura al bebé entre sus brazos. Estaba por iniciar una nueva pregunta sobre todo lo de su paternidad, pero es cuando el sonido de la manija de la puerta principal empieza a sonar. Como ingresa y retira la llave.

Mi mente esta divagando entre los dos únicos posibles personas que podrían ser, Elena o papá. Son los únicos que poseen una llave de casa, a quienes por cierto no he visto después de algunos días del entierro. Por lo cual la visita de cualquiera de los dos sería muy repentina y totalmente de sorpresa, al ingresar papá, me levanto del sillón mientras que Luck se mantiene en el mueble con el bebé, pero con la mirada hacía nosotros. Como si estuviera a la espera de que le dijéramos algo. Al no ver ninguna respuesta opto por levantarse e ir a mi habitación, excusándose de que le cambiaría los pañales al pequeño Logan.

Lo mire, realmente papá y yo no hablamos mucho. Estuvo algunos días en casa, después del entierro, pero la situación estaba tan densa que nadie hablaba mucho - es algo de esperar, una reacción común probablemente – El me miro, sus ojos no tienen alguna expresión exacta, al menos no puedo descifrar lo que sus ojos transmiten. Se fue directo a su habitación sin saludar ni decir ninguna palabra.

Me sorprende que aun tenga cosas que le interesen aquí. Considerando que se llevó todas sus pertenencias.

Lo seguí, manteniendo una pequeña distancia, quería encontrar en su mirar o sus gestos un poco de afecto hacía mí, después de todo lo necesitamos ambos. Porque ahora seremos solo los dos, ¿Cierto? Así se vaya de casa porque no quiere recuerdos que lo martiricen, no creo que sea mucho la distancia que nos separe. Considerando que aun soy menor de edad pues no puede dejarme otra vez, Elena se fue hace poco más de un mes. Soy cociente de que tampoco estará, además con todo lo que paso con Matías pues hay temas de los cuales aún no están resueltos y tienen que hablarse. Considerando que besé a mi primo o eso es lo que llegue a entender, llegue a sentir cosas por él y claramente Elena pudo ser testigo de muchas de nuestras escenas por lo cual no me cabe en la cabeza la manera que pudo permitir estas cosas sabiendo ella siempre toda la verdad - la cual Matías también era conocedor. Es algo que aún está pendiente pero que planeo resolver de inmediato, ya no puede postergarse y que mejor manera de aclararlo con mi padre también.

- Papá - musite - aún no logro entender por completo muchas cosas – respiro y me acerco más a él, con la intención de que voltease - ¿Es cierto? ¿Elena es mi tía y sus hijos mis primos? Pero cómo si es que mamá nunca hablo de ellos, nunca los menciono ni dijo nada. Ni siquiera tengo recuerdos sobre momentos juntos o cosas parecidas - menciono un poco exasperada –¿Podrías aclararme esa situación? – Volteo finalmente y me miro – sé que no son los mejores momentos de nuestra vida, hemos perdido a la mujer que amamos ambos demasiado – suspiro – pero no crees – hago un pequeño paro para conectar nuestras miradas a profundidad – ¿Qué es momento de darte cuenta que también te necesito? Que quiero a mi padre junto a mí, pero de pronto llegas y solo empiezas a empacar sin dirigirme alguna palabra haciendo que la situación se ponga aún más tensa de lo normal e incómoda por cualquier lado que la mires... Solo hace que me sienta aún peor y creo que ya no lo merezco... – Suspiro y estoy a la espera de una respuesta. No quiero explayarme con totalidad de la manera en la que me estoy sintiendo porque sé que retrocederé los mil pasos que ya he avanzado.

- Perdón, es lo único que puedo decirte - esa mirada no es de mi padre, no sé con quién estoy hablando. No parece ser quien me crio durante toda mi vida y juro ser mi único protector y héroe - que me vaya de casa es definitivo, conseguí trabajo fuera del país... - mis mejillas por reacción ya están humedeciéndose, mi cuerpo sabía que se aproxima algo malo por la manera en la que empieza a reaccionar. Me toma del brazo e intento calmar mis lágrimas - prefiero ser sincero contigo Sofía, porque no pretendo regresar. Al menos no en un buen tiempo, sabes que todo aquí me deprimirá aún más... - lo interrumpo con total indignación.

- ¡¿Y por qué no me llevas?! - grito - ¿Por qué no me quieres a tu lado? ¿Qué es lo que pasa no lo entiendo? - pregunto con más fuerza y recalco mis palabras - ¡Soy tu hija, maldición! - el me mira completamente sorprendido, no sé lo que pretende. ¿Qué mi reacción sea otra? - ¡Soy tú hija! – grito con desesperación – no puedes dejarme como si nada, como si no te importará nada de mi... – lo miro con cólera – ¿Acaso crees que eres el único a quién le deprime esta casa, esta situación este abandono? – suspiro – sin mamá todo se desmorona y tu única reacción es irte y dejarme, que gran padre el mío – menciono con total ironía.

- Ya serás mayor y te enviaré dinero, dejamos esta casa a tu nombre no hay nada de lo que puedas preocuparte - intenta consolarme, realmente que estúpido consuelo - probablemente pienses lo peor de mí, pero es lo único que puedo hacer. Créeme que vendré a verte que todo cambiará solo dame un poco de tiempo... - suplicó con sus ojos rojos a punto de botar lágrimas, que consideraba completamente falsas y poco dignas de su básica excusa. Qué clase de padre te pide tiempo, ¿Qué volverá y mejorará? Ja. Ya no creo sus patrañas.

- Que egoísta, repugnante y poco considerado - digo en tono firme y ya recompuesta – no te reconozco, no sé quién eres.

El Hijo de mi NiñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora