REALIDAD

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Capítulo 42

Cierro la puerta de golpe en su cara, lo único que puedo sentir ahora es repudio. Luck sale de la habitación completamente perplejo, claramente escucho todo – ¿Y cómo no hacerlo? – me ve fuerte, sé que cada vez que pueda sentir que todo va empeorar, pues la vida me da la razón, pero la manera en la que reaccioné fue distinta. Pone su brazo sobre mi hombro – acariciándolo en muestra de consuelo – o simplemente dándome a entender de que el esta aquí conmigo, de cierta manera ahora es lo único reconfortante que tengo.

- ¿Sabes? – se dirige a mi – él también me dejo cuando ella se fue, hizo su vida – de pronto lo suelta de la nada – Y yo fui su olvido... – respira profundo – Pero ¿Sabes lo que nunca haré? – me sostiene el rostro con sus dos manos, su mirada es completamente acogedora, no habría mejor manera de que esos simples gestos puedan hacerme sentir tan bien – no te dejaré – me mira dulcemente – ni a ti ni a mi hijo – sonrío intuitivamente – estaré aquí para ti – me sonríe – siempre y cuando me necesites – su sonrisa inocente algo tan característico y bonito de él – como tu amigo, tu acompañante. Lo que quieras mi pequeña Sofía, no te quedarás sola, recuérdalo ¿sí? Yo seré tu soporte siempre que me quieras o necesites.

Siento un respaldo muy grande, lo que me da una satisfacción muy buena. Payton era la única que me transmitía eso, pero ahora puedo decir que tengo dos grandes personas en mi vida.

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- ¿Qué haremos? – dijo en apenas un susurro que a pesar de ello logro oír. Hago una mueca de confusión.

- Cómo qué ¿Qué haremos? – lo miro algo obvia, a lo que él responde con otra mueca de total confusión – ¿Es más que claro no lo crees? – sigue muy desentendido, al menos eso aparenta – es que de por si no hay mucho que hacer que lo evidente – pauso. Tengo que aclarar ciertos puntos que, por lo visto, pues claro, así como que muy claro pues no está – ¿sentimientos? – me mira de fijo – ¿habían? – pauso de nuevo en busca de una respuesta, no quiero abalanzarme con una respuesta realmente fría sin por lo menos oír un poco de su parte para no cagarla sola. Hago media mueca de una sonrisa algo forjada por mis pensamientos, en vista de que no pretende contestarme pues sigo con algo de miedo, pero sigo – como decía, ¿Sentimos algo realmente? O solo pasaron cosas que nos hicieron sentir por momentos que quizá nos gustamos o qué estábamos ilusionados incluso enamorados – respiro, busco reacciones en él, pero nada no se inmuta y eso causa que me ponga más intensa con lo que intente seguir diciendo – sabes a lo que me estoy refiriendo y quiero creer que lo estas comprendiendo tanto como yo. Mi punto... – ¡Y por fin! Se digna a responder, aunque sea interrumpiéndome, pero lo hace.

- Lo sé – confirma – sé lo que quieres maquinar en tu cabeza, crearte esta "protección" – hace comillas con sus dedos.

- Interrumpo-

- ¿Protección de qué hablas? – me exaspero un poco – solo hablas tonteras... – intento hacerle entender que no sabe nada de mí como para suponer.

- Si me dejarás continuar – reclama Matías, al ver que me mantengo callada continua algo irritado – que es tu puta carcasa para justificarte, justificar algo que te niegas a sentir y siempre fue así desde el primer día que pisé esta casa y no me lo vas a negar. Todo lo que pasamos durante este tiempo fueron cosas que se dieron con este mismo y no forjamos nada, todo completamente espontaneo al menos así lo sentí. ¿Por qué te quieres negar a ello, por qué negarte a sentir algo? Sí, es que sabes perfectamente que te hace tambalear y tienes miedo lo comprendo...- Trata de tomarme la mano.

El Hijo de mi NiñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora