Eres la única persona en quien confío.

2.1K 136 4
                                    


Capítulo 33

Sus brazos son a los únicos en los que debí aferrarme, no hay nadie en quien debí confiar tanto como lo hago con ella. Son tan acogedores que siento una paz inexplicable, como si todo en ellos ya estuviera solucionado o nada hubiera pasado, simplemente me siento respaldado por ellos. Mis lágrimas caen a una velocidad increíble, no había llorado tanto desde aquel día que me resigne a aceptar mi realidad. Pero esta vez sí tengo a la persona correcta a mi lado, consolándome y secándome todas las lágrimas que la verdad es que no sé si valen la pena botarlas, pero de algún modo ayudan a que este dolor que siento vaya disminuyendo poco a poco. Pero no voy a negar que, si dolió, definitivamente dolió y duele aún. Es que sentir que esa persona en quien llego a tu vida de la nada y empezaba a cambiarla de a poco para bien, con un simple acto de cobardía derrumbe todo dentro de ti, tus ilusiones de pasar aún más cosas ya sea como amigos o lo que podría pasar más adelante, tus esperanzas de que sea una persona correcta y no falsa, tantas risas compartidas, los bellos momentos juntos, la tristeza que de algún modo compartieron, toda esa confianza que deposite en él ciegamente e incluso mis sentimientos que iban aferrándose a los suyos de un modo que quizá se podría decir que dependían de ellos... ¡Todo eso al carajo! Todo por ser un maldito cobarde a quien no le importo mis sentimientos, mi estado de ánimo aun así viendo como la pasaba cada día. Intentaba hacerme sentir bien, cada día que podía visitarme de algún modo era el único que podía hacerme sonreír a pesar de lo que estaba pasando. Pero ahora entiendo porque hacía todo eso, no lo hacía porque era importante para el mi bienestar, ni mi felicidad, ni yo como persona, nada de eso absolutamente. Simplemente su carga de consciencia no lo dejaba en paz.

Ahora no necesito saber más de lo que ya sé, es suficiente. No quiero volver a caer, y lo mismo piensa Payton no hay porque hacerse tantos líos en la cabeza por ahora no me convendrá. Me paro con firmeza y Payton me mira extrañada, no voy a pasarme todo el día llorando por lo que paso hace ya casi una semana, es momento de volverse a levantar. La vida se pone dura, y no puedo darme el lujo de llorar más, además este es mi último año en la escuela. Ya es hora de regresar.

- ¿Cómo va la escuela? – Payton me mira extraña y se para. El cambio abrupto de tema y estado de ánimo la impresiona.

- ¿A qué viene eso? – inclina su cabeza a medias – ¿Sofía? – me pregunta completamente extrañada.

- Solo pregunto, es todo – me encojo de hombros sin darle mucha importancia. Es hora de que regrese, tengo que distraerme.

- ¿Segura? – me rodea, y tiene esa mirada de dizque ella detective – ¿Qué planeas Sofía? – ¿Cómo si llegara hacer algo malo?

Definitivamente lo que necesito ahora es una salida con mi mejor amiga, voy de inmediato al closet por un lindo vestido de noche y una casaca de cuero negra. Sé perfectamente que Payton tendría que tener una fiesta hoy, así de rápido a la cual ir. Lo mejor en este momento es distraerme y ¿Qué mejor que muchos adolescentes descontrolados?

Tomo mi celular y lo sincronizo con el parlante – mientras suena secrets de Tiesto – tomo mi bata y me meto de inmediato a la ducha, Payton sigue sin entender nada. Al salir bien vestida y con más maquillaje de lo usual, mi mejor amiga me queda mirando atónita por lo guapa que supongo que he quedado. Siento que quizá estoy saliendo de mi zona de confort al ponerme estos tacones que encontré en lo profundo de mi cajonera, pero si empezaré mi cambio que sea con fuerza. De algún modo mi calzado me da una seguridad increíble y aunque no los domine mucho aun, espero no tropezar ni hacer el ridículo. Payton parece entender por fin mi propósito y entra de inmediato al cuarto de baño, estamos totalmente sincronizadas ella sabe lo que quiero.

Las luces logran marearme un poco, apenas empiezo con una copa de pisco Sour mientras Payton va por la incontable copa. La noche recién empieza y la señorita ya había arrancado con sus apuros en el alcohol. No dejo de tararear secrets y seguir aquellas luces tan llamativas que se reflejan en la bola de disco. Todo aquello me hace sentir en una onda increíble, me siento con muchas energías. Quiero hacer cualquier tipo de locura, alguna razón inexplicable se ha apoderado de mi cerebro. Realmente esas ganas de querer hacer aquello que sé que nunca olvidare, se apoderaban de mi -No me imagino que haya sido culpa del alcohol si apenas solo voy tomando una copa - estoy en esa onda inexplicable. Realmente inexplicable.

Oscuridad es lo único que logro ver, cierro y abro mis ojos para tratar de entender porque es negro el único color que logro divisar. Me sobo los ojos una y otra vez, intento pararme, pero hay algo que sujeta mis dos piernas y me lo impide. Tiro de estas cuerdas para intentar zafarme, pero mis intentos son inútiles, mi corazón empieza a latir con rapidez al recién reaccionar y dejar de pensar que es un sueño y que verdaderamente estoy en peligro. Mis manos empiezan a sudar por el nerviosismo, a toda costa quiero zafar mis piernas del amarre, pero pareciera que el nudo fuera imposible de desatar, aunque por lo que palpo la soga no es tan gruesa. Empiezo a tocar a mi alrededor para ver qué cosas puedo encontrar, claro que con un poco de temor por lo que pueda sentir, pero debe haber algo aquí que me ayude a desatarme. A la vez por mi cabeza rondan miles de ideas tontas y es ahí cuando el nudo en mi garganta aparece.

- ¡Mierda! ¿Payton? - Un ruido se escucha por el fondo, de al parecer una gran habitación.

Mi respiración cada vez se hace más agitada, ¿Qué mierda es lo que pasa? ¿Dónde está Payton? ¿Dónde estoy? A mi alrededor no hay nada, solo suelo liso. Avanzo arrastrándome por el lugar que ya palpé, pero se me hace difícil, oigo un ruido cada vez que avanzo y al parecer es algo que estoy arrastrando y me dificultad avanzar. Mierda no veo nada, la cabeza me retumba y mi fuerza disminuye cada vez más. Ese pequeño nudo en la garganta se suelta y no puedo evitar botar lágrimas y empezar a sollozar realmente esta situación me desespera, lo último que me acuerdo es la copa de pisco y a unos pasos de mi Payton con un tipo, ¿Luego? Solo oscuridad...

No puede ser que mi vida sea un desastre tras otro, suena la manija de una puerta y de inmediato dejo mis intentos de avanzar, mi corazón latiendo a más no poder y mis mejillas cada vez más húmedas. Hago lo posible por no sollozar, pero las emociones negativas se apoderan completamente de mí, haciendo que no pueda controlarlas. Una luz retumba en mis ojos, es algo lejana pero aun fuerte. Una sombra masculina se refleja en la habitación y con la poca luz que hay intento memorizar a toda costa todo lo que está a mi alrededor. Busco de inmediato a Payton y no la veo, solo hay cajas, herramientas y ropa tirada por todas partes.

La habitación al parecer es un zutano viejo en el que antes vivían - Pensé.

La sombra masculina entro con la linterna, así logrando alumbrarme. Mi cuerpo empieza a estremecerse, mis manos a sudar más, mi cuerpo ya tiembla. Inmediatamente pongo mis manos sobre mis ojos la luz de la linterna me fastidia.

Mi miedo cada vez aumenta más, no logro verle la cara ni tengo el valor para poder intentar identificar su rostro. Mi llanto contenido logra escucharse y ya es inevitable.

- Por favor no me hagas nada, por favor – digo entre sollozos – solo quiero irme a casa es lo único... Solo quiero ir a casa...

El Hijo de mi NiñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora