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LEIA

Nuevamente, el sonido del timbre se escuchó por el parlante de esas cuatro paredes. El segundo módulo; que fue bastante tenso, daba por finalizado. Agarré mi anotador sin observar a ninguno de mis compañeros. Lis hizo lo suyo y me esperó en la puerta del salón para retirarnos juntas.

– Joder, esto no puede estar pasando –mojé mi rostro al ingresar al baño de chicas.

– Tranquila Leia, respira –sonríe– Es un simple trabajo perra, ¿Qué puede pasar?

– ¿Qué puede pasar Lis? –pregunté, con mi característico tono sarcástico– Bien, te diré que puede pasar,  desde morir de un paro cardíaco si estoy a solas con él hasta...

–me interrumpió– Vamos Leia, ¿En serio? No seas tan paranoica. Nada te va a pasar por hacer un simple ensayo. ¡Contrólate! CON–TRÓ–LA–TE –repitió pausadamente– Ve el lado positivo de esto mujer.

– No estaría encontrando el lado positivo a esto Lis. Sabes que me pone nerviosa estar a solas con él. ¿Recuerdas esa vez que me habló para que no lo delatara a él y a sus amigos por la broma que le hicieron al Director?

– Como olvidarlo...  ¡Fue épica esa broma! –recordó fascinada– Ademas, ¡Se te fue el habla por un día entero! Eso si es estar loca amiga mía–comenzó a reír.

– Bien, entendiste el punto –respondí irónica– ¿Quién me dice que no me pasará lo mismo? O peor aún, que me dé un ataque de pánico. Una cosa es verlo, otra muy distinta es tenerlo cerca.

– Escúchame Leia –llevó sus manos a ambos extremos de mis hombros– Relájate. El lado positivo de esto es que sé que te mueres por él hace mucho tiempo y sé,  que muy en el fondo, quieres pasar tiempo con él –bufé ante su comentario.

– Está bien Lis, tienes razón. Es un simple ensayo –traté de convencerme.

– Y otro punto muy importante –susurró– Tienes la oportunidad de saber si los rumores que dicen de él son ciertos. Ya sabes, si es verdad que cobra a mujeres veteranas para que él este en sus camas o le pidan algún otro tipo de servicios. ¿Te acuerdas de la profesora de Artes del año pasado? –asentí– Bien, ¿Recuerdas que circulaba el rumor que la despidieron por estar acosando a Levine? Aunque ambas sabemos, que seguro ella estaba interesada en sus "servicios"

– No es que sea chismosa –tomé tiempo en responder y agregué– voy a tratar de averiguar, de obtener algo de información, pero lo veo muy difícil. No creo que me cuente algo de su vida privada. No tenemos una relación de amigos.

– Todavía... pero no pierdes nada con intentarlo, Leia.

Después de esa conversación. Mi tercer módulo continuaba con Botánica. El salón se encontraba en uno de los patios internos del Instituto junto al vivero de plantas que estaba al cuidado de los alumnos de primer año.

– Perdón por hacerte esperar cariño, sé que extrañaste este cuerpo –las comisuras de mis labios se elevaron al reconocer aquella voz.

– Era hora que el gilipollas, egocéntrico de mi mejor amigo, haga acto de presencia. No te he visto en los pasillos esta mañana. 

– ¿Gilipollas? ¿Egocéntrico? Ya quisieras bebé. Sé que no puedes vivir sin mí, te parezco irresistible y lo sabes. Ven aquí y abraza a este modelito que tienes en frente. –Abracé a Alex, realmente extrañé a este tonto.

– ¡Pero te ves muy bien! –lo observé detenidamente– ¿Qué fue lo que te hiciste? –pregunté irónica.

– Lo dices por mi piel ¿cierto? –ahí va de nuevo,– ¿O por mi cabello? Si te refieres a mi piel –pasó su mano por su rostro delicadamente– son las cremas de caracol Rouse. Las comencé a usar en las vacaciones.

•El precio del servicio•© #EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora