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Sus palabras se habían incrustado en el fondo de mi corazón. Ahora no había duda alguna. Lo veía, veía en sus ojos la sinceridad. Él no estaba mintiendo, quería estar conmigo porque así sentía.

Ya no más contratos de por medio para poder verlo por las mañanas, besarlo por las tardes y amarlo por la noche.

– Tienes que prometerme que hablarás con él –Nova apoyó su frente junto a la mía– no quiero ilusionarme con que estaremos juntos mientras sigas con él.

– Hablaré cuando regrese pero, por favor no hablemos más de esto. Quiero disfrutar estos días aquí en estas hermosas playas junto a ti.

– Tienes razón. Tenemos que disfrutar nuestra primera mini vacaciones juntos –besó mis labios– desayunaremos  y luego iremos a la playa.

Aproveché que Nova se encontraba hablando por teléfono y decidí en mandarle un mensaje a Lis y Alex contándole lo que había sucedido y que me había decidido por estar con Nova. Ellos me dieron todo su apoyo.

– ¿Tus hombres irán? –pregunté cuando Nova se acercó–

Mas de molestarme me sentía incómoda teniendo a esos ogros cerca todo el tiempo. Entendía que tenían que cuidarlo, pero...

– No notarás ni que se encuentran cerca. No te preocupes princesa. Ahora ve que en una hora salimos.

– Esta bien –lo besé y luego subí a la habitación a darme un baño. Busqué en mi valija un vestido suelto de color blanco con flores para estar cómoda por la playa. Luego de cuarenta minutos, ya estaba lista. Metí mis lentes de sol, teléfono dentro de mi cartera y bajé las escaleras a encontrarme con Nova. Él estaba hablando por teléfono frente al enorme ventanal.

Me acerqué y lo abrace por detrás. Él notó mi presencia, volteó la cabeza sobre sus hombros y al verme, me sonrío de la manera más linda. Al darme cuenta que estaba hablando con Duncan, susurré que le mandara mis saludos.

– Aquí esta Leia que quiere decirte algo –tomé el teléfono de Nova y lo puse en altavoz.

– Hola Duncan. ¿Cómo has estado? –pregunté.

– Hola Leia, yo bien. No preguntaré como estás tú porque Nova ya me dio las buenas noticias. Estoy muy felices por ustedes dos.

–  Gracias Duncan, pero por favor no hables...

– No hace falta que lo digas –me interrumpió– no será por mi boca de la que se entere. Bueno chicos, los tengo que dejar. Tengo una reunión en unos momentos. Pásenla lindo y disfruten mucho.

– Adiós bro –se despidió Nova y cortó la llamada.

– ¿Lista para irnos? –preguntó mientras me tomó de la cintura y me dio un casto beso.

– Yo ya estoy lista. Cuando quieras podemos irnos.

Solo cuatro de sus hombres nos acompañaban. Iban en otra camioneta y se mantenían a distancia.

– Daremos un paseo y luego iremos a almorzar a un restaurant que te va a encantar. Tiene una espectacular vista de toda la playa de Cable Beach de Nassau.

– Deben ser fascinantes las playas...

– Así es, las costas son auténticas maravillas de arena fina blanca que contrasta de manera fantástica con el mar de color índigo y las palmeras inclinadas que crujen con la refrescante brisa de la región.

– Pareces uno de esos que venden viajes a turistas –comencé a reír

– Podría tranquilamente ser uno de ellos –comenzamos a reír. 

Por un momento se iluminó mi cerebro.

– No puede ser –llevé ambas manos a mi rostro. Como podía haberme olvidado de ese detalle.

– ¿Qué sucede? –preguntó preocupado.

– Me he olvidado de comprar los zapatos para la cena de esta noche.

– No te preocupes de eso mi sol. Tenemos tiempo de sobra, podrás comprártelos después y todo lo que quieras –tomó mis manos y besó mis nudillos.

– El vestido, ¿Ya lo tienes?

– Si, el vestido ya me lo he comprado.

– ¿De que color es?
Así elijo una corbata que vaya a juego con tu vestido –desvió la mirada hacía mi y la volvió a colocar al frente– mi chica tiene que estar espléndida hoy.

Mi chica...

Que lindo suena eso de sus labios...

– Todavía no puedo creer lo que está sucediendo –hablé

– ¿Qué no puedes creer mi sol?

– Y esto, esto que esta pasando justo ahora. De que estuve enamorada de ti desde que me pediste un lápiz en la primaria. Y nunca creí que pudiera tener algún tipo de relación contigo. Hasta que llegó lo del contrato. Aunque me saliste caro –él comenzó a reír– era feliz en ese momento que estabas junto a mi.

– ¿Y ahora? ¿Eres feliz?

– Si y por eso tengo miedo. Tengo miedo que sea todo un sueño.

Él detiene la marcha de la camioneta aún costado de la carretera.

– No es un sueño. Es la realidad.
Quiero ser feliz contigo y no alejarme nunca. Quiero que seas mi novia y dentro de un tiempo, no muy lejano, que seas la mujer, mi mujer que me acompañe por el resto de mis dias, que seas esa mujer que cuide de mis hijos y que los ame de la manera en que yo los amaré. Quiero que solamente seas tú en todo.

Ya no había duda alguna...

Lo siento Jason...

Pero vuelvo a elegirlo a él...

Nova...

Hola lectores, un poco de amor por aquí

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Un beso

P.

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