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POV Nova

Habían pasado tres meses. 

Tres meses y estábamos con algunos problemas en la que debíamos encontrar pronto una solución. Los enemigos de Josué se habían enterado de que había vuelto a las andanzas. Ellos seguían mis pasos, sabían de mis negocios fuera del narcotráfico, de mis muchachos, de la agencia de modelos ¨Angels and Demons¨, solo bastaba que le den un hilo con que tirar a la Policía, que solo investigarán los ingresos monstruosos que habíamos tenido en estos meses ,que no había forma de justificarlo, bastaba con mandarnos a prisión. Y no solo eso, no solo teníamos los ingresos de los servicios de los muchachos, si no que, hace dos meses, oficialmente éramos integrantes de Yakota, la banda de mi querido amigo Josué.

Tarde o temprano la Policía seguiría la ruta del dinero. Era cuestión de tiempo.

– Tenemos que solucionar el tema de nuestro ingresos Nova –comentó Duncan mientras servía un trago para ambos– hay que anticiparse a los españoles.

– Estoy pensando en ello –suspiré– necesitamos tener a un buen contador, que nade en las aguas turbias y que sea gente de confianza.

– Haré un par de llamadas. Ya me iluminé a quién podemos contratar para que se ocupe de no dejar ningún rastro.

–asentí– quiero que llames a Kian. Dile que venga.

– No lo metas en esto, Nova.

– Descuida, necesito que se ocupe de otra cosa.

En estos momentos, no podíamos ocuparnos del negocio con los muchachos. Estábamos en plena negociación, ultimando detalles, para cerrar un importante trato con un capo de Colombia. Si todo marchaba como lo planeado, dentro de dos semanas teníamos un gran cargamento que estaría llegando a nuestras costas.

Por eso necesitaba hablar con Kian, para que sea él quién se encargara, por el momento, de Angels and Demons. Un tipo que se había ganado nuestra confianza a raja tabla. Sabía que podía ocuparse de esto. Él era el único que sabía de nuestros negocios fuera de esto, hasta  me había pedido trabajar para nosotros, donde por obvias razones le negué rotundamente. No podía dejar que mas personas se vean involucradas en esto. Ya bastante era tenerlo a Duncan. Ninguno de mis muchachos se vería relacionado con Josué, si bien era un viejo ¨amigo¨, todavía recordaba las cosas que sucedieron en aquel entonces, todavía quedaban algunas cuentas por saldar. Y que mejor forma de hacerlo que desde adentro.

Teníamos grandes planes junto con Duncan, pero solo faltaba mas organización y contar con un poco mas de dinero. Si bien con este negocio estábamos ganando mucha pasta, todavía no era suficiente para lograr nuestro objetivo. Esa era otra de las razones por la cual estábamos trabajando para Josué. Ganábamos mucho dinero con cada embarcación que no era incautada por la guardia costera. A mayor éxito en los cargamentos, mayor dinero teníamos en nuestros bolsillos. Por eso era muy importante cerrar el acuerdo con el colombiano. Obtener el cargamento y venderla al triple en Europa.

Si bien éramos relativamente nuevos en esto, ya nos estábamos haciendo de un nombre, ya estábamos siendo conocidos y eso era bueno, muy bueno. Josué quería que lo acompañara a cerrar cada una de sus negociaciones, y eso servía. Servía hacer contactos.

Duncan entró a la oficina junto con Kian. Él moreno solo me observó y tomo asiento.

–Aquí estoy jefe.

Él con su manía de decirme jefe.

– Escúchame muy atentamente Kian. Tu una vez mencionaste que querías trabajar junto con nosotros en el negocio del narcotráfico...

– ¿Me dejarán participar de ahora en más? –interrumpió.

– No te apresures hombre que hay que tomar buenas decisiones. Volviendo al punto. No exactamente trabajarás para YAKOTA. Si no que trabajarás en conjunto con nosotros pero sin tener algún tipo de trato con los jefes. Quiero que seas uno de mis hombres y por eso tengo algo encargado para tí.

– Te escucho Nova.

– Creo que no estarás enterado de que una banda de narcotraficantes españoles están detrás de nosotros. Creemos que se aliaron con la policía para atrapar a las bandas más poderosas de esta ciudad.

– ¿En que podría ayudar yo?

– Necesitamos tener todo bajo control. Por el momento trabajamos con ellos, pero es un medio para llegar a trabajar por nuestra cuenta. –confesó Duncan.

– Así es... Nuestro propósito es conocer a otras bandas y poder llegar a hacer negocios con ellos, pero por nuestra cuenta. De a poco iremos haciendo una banda. Pero para eso falta un poco más. Primero tenemos que buscar la forma de que la policía no encuentre nada ilegal. Quiero que te hagas cargo de la agencia, quiero que resuelvas todo lo que tenga que ver con los hoteles, los muchachos y las mujeres. Serás mi mano derecha en eso. Nosotros debemos de ocuparnos de borrar todo rastro.

– Agradezco su confianza. No se arrepentirán de haberme elegido para ser su mano derecha en eso.

– Sabemos que podrás hacerlo bien, Kian –Duncan se asomó a la ventana.

– Si no actuamos ya, pronto veremos a la Policía ingresar a nuestro hogar...



Un beso
P.

•El precio del servicio•© #EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora