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Los rayos del sol reflejados en el vidrio de la ventana hicieron que despertara. Abrí los ojos y observé a mí alrededor, no había rastro de Nova. Estiré los brazos por encima de la cabeza para estirar los músculos luego de la noche tan agitada que habíamos tenido. Podía sentir un leve pinchazo en la zona baja del vientre pero era leve.

Luego de haberme dado una ducha con agua caliente y haberme puesto algo cómoda para sobrellevar este día tan caluroso, salí en búsqueda de mí querido.

– Buenos días señorita. ¿Qué desea desayunar? –preguntó Ana al verme

– Lo que usted preparó me parece perfecto Ana. Gracias. ¿Sabes donde se encuentra Nova?

– El señor salió en la mañana muy temprano. Me dejó encargado que le dijera que cuando termine de resolver sus asuntos pendientes la llamará.

Que raro... Ayer no me dijo que saldría...

– Ni modo, me tocará desayunar sola –suspire

Después de probar el riquisimo desayuno de Ana y dejar el plato en el fragadero salí a pasear por el patio de la mansión.

Mi teléfono comenzó a sonar. Ilusionada pensando que era Nova lo tomé del bolsillo trasero de mi pantalón. Era mi padre el de la llamada.

(Conversación completa)

-Hola Pa! ¿Como has estado?

-Hola hija. Recién llegue a la casa después de un largo viaje. Estoy algo agotado, fueron muchas horas. ¿En que andas tu? ¿Cómo esta Jason? El otro día llamó a mi teléfono y le dije que te habías ido de una amiga.

-No salgo mas con él papá.

-¿Y eso porque? ¿Ocurrio algo?

-Tan solo ocurrió que me di cuenta que no estaba enamorada de él. Y bueno, nada... Todavía no hablamos personalmente.

-Que lastima lo que me estas contando hija. Me gustaba el muchacho. Pero si es lo que tu corazón siente hiciste lo correcto. Si no hablaste con el personalmente ¿Donde estas?

-Necesitaba tomarme unos días lejos de todos. Quería pensar bien las cosas y refleccionar sobre otras. Quizás mañana ya este de nuevo por ahí.

-¿Pero donde estas? Entiendo que quieras tomarte unos días pero por lo menos dime donde te encuentras. Pensé encontrarte aquí.

-Estoy en Bahamas.

-¿Qué? -gritó sorprendido- ¿Por qué tan lejos tuviste que irte? ¿Estas sola?

-Pa... No me llenes de preguntas
-suspire- Te contaré todo ni bien te vea. Pero estoy bien, me siento feliz.

-Me alegra escucharte decir eso hijita. Disculpa a tu padre que te llena de preguntas. Vuelve pronto a casa que este viejo te extraña.

-Yo también lo hago Pa. Te llamaré cuando este por la ciudad. Ahora ve y descansa. Te amo

-Te amo Leia. Cuidate. Adiós.

Corté la llamada y volví a guardar el teléfono en el bolsillo.
Busqué un árbol junto a la cascada para poder recostarme en él. Desde aquí podía ver a todos los animales esparcidos en en césped.

Cerré los ojos por unos instantes.

– Señora... soy Juan.

Oí que me llamaban. Abrí mis ojos y uno de los hombres de Nova se encontraba frente de mi.

– ¿Qué sucede? –pregunté mientras me reincorporaba

– Señora me acaban de avisar que se encuentra el señor Bill Benson en la entrada de la mansión.

•El precio del servicio•© #EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora