~55~

391 23 5
                                    

Como el día se prestaba y aunque solo queríamos pasar tiempo juntos estuvimos toda la tarde en la piscina. Nova pidió que trajeran una fuente con distintos tipos de frutas cortadas en trocitos y una botella de champagne junto a dos copas.

Hablamos, reímos, jugamos y nos besamos toda la tarde. Me hacía feliz escucharlo reír mostrándome su perfecta sonrisa. Amaba todo de este morocho. Antes lo adoraba a la distancia, mirando como su perfecta boca se movía cuando conversaba con alguien. Siempre a lo lejos, siempre invisible hasta este último tiempo. Muchas veces me pregunté, y lo sigo haciendo, como es que un chico como él pudo fijarse en mí y convertirme en su novia. Ni yo lo termino de comprender. Dios permitió que lo que yo admiraba desde lejos, esa belleza de hombre desde hace mucho tiempo hoy por hoy lo pueda tener frente a mí, con su bañador, dándome de comer uvas en la boca mientras me robaba algún que otro beso.

Me siento como se sentiría una fan que ama a su ídolo desde hace muchos años, pero que está en las penumbras de la oscuridad para él. Hasta que un día, esa oscuridad desaparece y te elige a ti antes que al resto. Sería el sueño perfecto para cualquiera.

– ¿En qué piensas cielo? –Nova se llevó una uva a su boca

– En lo feliz que soy –él me prestó más atención y en su rostro se dibujó una sonrisa– en lo feliz que me haces –continué observándolo a los ojos– es mi sueño hecho realidad el que me hayas prestado atención a mí. Eres un hombre realmente precioso. Nunca creí que llegaría a tener un novio tan hermoso como tú. Pero no solo por ese motivo soy feliz. Lo soy porque puedo admirar tu sonrisa cuando es por mí que lo haces, porque tu cariño le brinda calor y tranquilidad a mi alma. Si bien no conozco tu pasado, por todas esas cosas horribles que pasaste y que no lo merecías eres de un buen corazón, Nova. Proteges a los que quieres siempre.

Amo todo de ti; tu cuerpo, tus tatuajes en la espalda y en tu pecho, tu cabello, tus ojos, joder esa maldita sonrisa tuya que es perfecta, tus manos, tu olor –cerré los ojos y agregué– ¿pero sabes lo que más amo de ti? –pregunté abriendo mis ojos. Él negó– lo que hay aquí –llevé mi mano hacía el lado izquierdo de su pecho– esto es lo que más amo de ti; tu corazón –se me escapó una lagrima

– Y será tuyo siempre –respondió antes de buscar desesperado mis labios. Cuando ya lo tenía bajo su control redujo la velocidad hasta llevarlo a un beso tranquilo, tierno y sin apuros. Cada uno disfrutando del otro.

Así fue como terminamos todo el domingo. Pude percibir como después de que le abrí mi corazón él estuvo un poco sensible, me trataba como si en algún momento podría llegar a romperme. Era significativo para mi encontrar todo ese cariño cuando estábamos juntos. Se pasaba todo el día con el rostro serio y voz firme con los demás, pero conmigo, era distinto. No me trataba con esa firmeza y autoridad característica de él. Todo lo contrario.

– Me estas curando –comentó de la nada mientras salíamos de la piscina después de estar toda la tarde allí–

– Lo que más quiero es hacerte feliz –sonreí ampliamente y lo tomé de la mano para dirigirnos al interior de la casa

Duncan se encontraba en la cocina leyendo el periódico en el momento que ingresamos a la misma.

– ¿Se divirtieron allí fuera? –preguntó dejando el periódico aun lado

–Hubieras ido con nosotros –agregué antes de acercarme a saludarlo con un beso en su mejilla

– No iba arruinar su momento de pareja –sentenció.

– Me iré a duchar –comentó Nova– luego tengo que resolver algunos asuntos. Te espero arriba –se marchó

– Gracias Leia –habló Duncan una vez que mi novio se marchó

•El precio del servicio•© #EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora