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POV NOVA

Hoy era un día espectacular para comenzar aplicando un poco de tortura. Durante el desayuno y el camino hasta la estación de servicios pensaba en que métodos serían mas efectivos utilizar en Foster.

Duncan; que se encontraba a mi lado en estos momentos se le habían ocurrido muchas maneras de torturas que todavía en la actualidad algunos bandos la seguían utilizando. La idea no era matarlo, por lo menos no todavía.

– Dime esas ideas que se te cruzan por la cabeza Duncan –mencioné mientras conducía el coche

– Ya comenzaste con una querido amigo.

– Creo que si –comencé a reír– ya ni recuerdo de todas las ordenes que impartí.

– Se que le pediste que no lo dejen dormir en ningún momento, que lo golpearan si intentaba hacerlo.

– Si, que le impidan dormir en más de tres días. Desnudo en el cuarto, que no logre saber si es de noche o de día porque todo el tiempo esta la jodida luz.

– Bueno, la privación del sueño puede ser una de las más violentas, si una persona no duerme en 48 horas deja de distinguir realidad de sueño y comienza a delirar. Todavía le faltan dos días más. –agregó llevándose un cigarro a la boca

– Tenemos dos semanas antes de que nos vayamos todos de vacaciones. Tengo tiempo de sobra–sonreí– Todo dependerá de él, de lo que este dispuesto a colaborar con tal de salvar su culo.

– ¿De salvar su culo? Vamos Nova. Lo matarás después de eso. Ambos sabemos que no puede quedar vivo.

– Lo dejaré a la expectativa.

Llegamos al sitio donde se encontraba Foster. Bajamos del auto con Duncan y caminamos hacía el interior del local. Varios de mis hombres se encontraban allí.

– ¿Todo va bien? –pregunté serio a uno de mis hombres– ¿A dicho algo?

– No menciono ninguna palabra señor, se encuentra en silencio. Como usted lo ordenó no lo dejamos dormir.

– Bien, quiero verlo.

Mis hombres me abrieron la puerta donde el español se encontraba encerrado. La habitación era bastante espaciosa, dentro había una mesa de madera algo vieja junto a una silla. No había ninguna ventana como para poder ver a través de ella. Él hombre se encontraba atado por cadenas en manos y pies. Tomé la silla y la arrastré para quedar en una punta de la mesa, él se encontraba en el otro extremo. Duncan se posicionó detrás de él para observar sus movimientos.

– Has llegado lejos Levine –soltó de repente al notar mi presencia–

– Que puedo decir –comenté encogiéndome de hombros– el que avisa no traiciona –sonreí– y te deje en claro la última vez.

– Puedes chupármela si gustas.

Desvié la mirada hacía Duncan y él automáticamente le dio un golpe en la cabeza.

– Yo diría que te ahorres tus comentarios si quieres que esto te sea de alguna forma ¨leve¨

– No te diré nada Levine. Has lo que quieras –agregaba mientras intentaba no quejarse del dolor

– Tu decides como vives –sonreí y Duncan volvió a golpearlo– veamos cuanto tiempo aguantas. Me suplicarás de rodillas que acabe con tu miserable vida. Te mataré a ti, buscaré a tu familia y también los mataré. Acabaré con toda persona que tenga un vinculo contigo.

– No tengo familia. Así que no lograrás convencerme por ahí.

– Le preguntaremos a Alejandra que piensa al respecto. Y que comente la situación tan deplorable en la que te encuentras en estos momentos a tus queridos, Leo y Marcos

Foster abrió los ojos completamente, no se imaginaba de que nosotros encontraríamos a su mujer y dos hijos. Todavía no le habíamos hecho nada, tampoco ese era el plan. Solo estaban bajo ¨custodia¨ mientras teníamos al hombre bajo nuestras manos.

– No te atrevas hijo de pu... –gritó enojado el gallego

– Yo que tu no terminaría con esa frase colega –interrumpió Duncan– tan solo colabora con nosotros y tu familia estará a salvo. No prometo que tu también lo estés pero, es un comienzo ¿no lo crees?

A pesar de todo, Foster no había dado ninguna información que me sirviera para saber la verdad. Pero esto era solo el comienzo, hablará por las buenas o por las malas. Al parecer será por las malas.

(. . .)

– ¿Crees que hablará en algún momento? –preguntó mi adorable novia mientras jugaba con los pequeños bellos de mi pecho

– Tendrá que hacerlo nena, yo necesito saber la verdad. Desde que mis padres fallecieron en ese accidente, mi vida fue una completa mierda ¿sabes?

– Algo se por lo que se comentaba en la universidad, otras me las contaste tu –dijo ella levantando su rostro para verme a los ojos

– Después de que me enterara del accidente quedé completamente solo. No tenía abuelos, ni tíos, ni primos, nada. El gobierno me había llevado a un lugar algo así como un orfanato, pero no soportaba estar en ese lugar. Prefería vivir en la calle antes de que otra familia me adoptara. Ahora ya mas grande y con otra mentalidad, quizás si alguna familia me adoptaba no hubiera pasado las necesidades de las que pase, aunque ahora es fácil hablar cuando tienes el diario de mañana en tus manos. Pero de toda esa mierda rescato que conocí a Duncan, no era hermano de sangre pero si mi hermano del alma.

– No logro imaginarme todo el sufrimiento que cargaste desde tan chiquito –Leia besó mi pecho– tan solo hubiera querido haberte conocido antes, para que en tu vida no solo existiera Duncan.

– Estas ahora mi reina. Eso es lo que importa. Pero bueno, por algo pasan las cosas, y esas cosas me ayudaron a arreglármelas solo, y en la mayoría de cosas ser vivo.

– ¿Cuando supiste a que se dedicaba tu padre? –preguntó interesada

– Lo supe muchos años después. Por medio de la necesidad que teníamos junto a Duncan, llegamos hasta Josué. El nombre de mi padre era muy conocido en el ambiente, y lo siguió siendo aun después de su muerte.

–ella suspiro– quien lo diría. Estoy segura que tu padre nunca quiso que tu te veas involucrado en esto.

– También lo creo. Un tiempo dejé toda esta mierda, había terminado la secundaria y comencé con la universidad. Al dejar de trabajar para Josué necesitaba un ingreso rápido, así que después comencé a dedicarme a lo que tu ya sabes. Pero uno cuando ingresa a este mundo es muy difícil salir, y yo creí que lo había logrado pero ya ves que no.

– A mi no me hace feliz que seas un narco. Pero bueno, no todo es perfecto. Me la paso imaginando en todo momento que algo malo te puede llegar a pasar, Nova. Y si eso ocurre yo me muero.

– No me pasará nada amor, ahora tengo otro motivo para seguir en esta vida.

– Te amo Nova

– Te amo Leia.

•El precio del servicio•© #EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora