Veinticuatro

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Pasada la medianoche, María está bailando encima de la barra junto con Julie. Ambas en lo alto se sueltan el pelo, la música suena a toda voz en los altavoces. Ni siquiera saben que canción es, solo bailan. Cierto es que se han pasado un poco con la bebida hoy, así que van un poco tocadas. María echa un vistazo por todo el local, está abarrotado de gente, apenas cabe un alma y le gusta pensar que es por el espectáculo que dan ella y su compañera. Vuelve a girar la cabeza y se encuentra con unos ojos marrones bien conocidos para ella que la miran con un sentimiento que no logra descifrar. Sin darse cuenta, se baja de la barra y se acerca al chico moreno. Él no hace ni dice nada y eso es extraño. Pronto, María le coge la mano pegándolo a ella, haciendo que él sonría y poniéndose a mover sus caderas. Kev no pierde el tiempo y, colocando sus manos en la cintura de la hermana de su mejor amigo, la hace girar pegando la espalda de ella a su pecho. Ella le coge las manos mientras se contonea agachándose. Gira la cabeza un poco para verle. Sus ojos arden, nota como su pecho choca contra su espalda a causa de su respiración agitada, ve sus labios entreabiertos y entonces ella siente un cosquilleo por sus piernas. Las manos de él se han escapado de su agarre y ahora viajan libremente por las largas y delgadas extremidades de María quien echa la cabeza para atrás recostándola en el hombro de él, proporcionándole acceso a su cuello. Campbell sube las manos hasta llegar a la parte más alta de sus piernas, allá donde el pantalón aún no cubre. Primero, acaricia suavemente con la yema de los dedos. Solo un roce que no sabe si ha sido real o producto de su imaginación. No obstante, su pregunta interna queda resuelta cuando él vuelve a hacerlo con más insistencia y ella, abrumada por el calor que siente, lo aprieta más hacia él.

-Sabía que no me equivocaba con tu culo – susurra Kevin rozándole con los labios el lóbulo lo que provoca que a ella se le erice la piel. – Y sabía que volverías a mí.

De pronto, le coge las manos, apartándoselas de su trasero. Oh, no. No ha podido hacer eso. Ella acaba de adentrarse en una relación. Por Dios, ¿dónde se ha metido su sentido común? Se gira para encararle mientras niega con la cabeza y repite una y otra vez: "Esto no va a volver a pasar". Kev se ríe escandalosamente a la vez que la vuelve a acercar a él.

-Volverás. Otra vez.

-Jamás – ataca ella dudosa, tanta cercanía la pone nerviosa.

-Green, fui el primero – dice colocándole un mechón de pelo detrás de la oreja. – He estado a punto de una segunda vez y no dudes que la conseguiré.

Conforme ha ido hablando, se ha ido acercando al rostro de ella hasta llegar al punto de que tan solo unos escasos centímetros los separan. Deprisa y sin que le dé tiempo a pensar, Kevin captura el labio inferior de la chica sin que haya ningún otro tipo de contacto entre sus bocas. Ella jadea de asombro cuando siente los dientes de él clavarse en su labio, ¿por qué eso hace que le tiemblen las piernas? Esto que está haciendo está mal. Daniel no se merece que le haga eso. Joder, no llevan un día de novios y mirad lo que le está haciendo. Cuando a Campbell le da la gana de soltar el labio, ella se separa rápidamente y huye, literalmente, hasta el baño pero antes se choca con alguien. Cristina.

Mierda, mierda y más mierda. Joder, como lo haya visto todo puede dar por acabada la relación con Daniel.

-Oh, vaya, Cristina. No esperaba verte por aquí – disimula María.

-Me suena ese chico, ¿quién es?

-Es Campbell, un amigo de mi hermano, no creo que lo conozcas.

-Ah, claro – hace una pausa en la que se queda mirando al chico moreno. – Creo que debo ir a decirle a Dani que su amiguita está jugando con él.

-Cristina, no, por favor. Espera, lo puedo explicar todo.

-¿Puedes explicar qué hacías besándote con Kevin?

-No me estaba besando con él. Joder, no le digas nada a Daniel, por favor. No quiero que el primer día de la relación tengamos bronca.

-¿Cómo primer día de la relación? – Cristina no entiende lo que está diciendo, o no quiere entenderlo.

-Hoy le he dicho que sí.

-Bien, entonces, será mejor que sepa que su novia le es infiel.

Se voltea tomando el camino de regreso al reservado donde se encuentran todos los demás, pero María le agarra del brazo, suplicándole con la mirada. Y antes de que alguna de las dos pueda hablar, Daniel hace acto de presencia. Coge a su novia por la cintura, pegándola a él como minutos antes lo hacía Kevin, y la besa. Ella le sigue aunque por dentro se sienta culpable y siga rogándole a Cristina que no diga nada. Cuando se separan, no hay ni rastro de la chica por lo que se ve, ver esa escena le ha quitado las ganas de jugar. "Mejor", piensa María. Ella verá cuando se lo cuenta, por ahora hará como si no ha pasado nada e intentará mantener a raya a la amiga de su novio.

Todo es posible [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora