•TRES MESES DESPUÉS•
En éstos tres meses transcurridos, —Los cuáles se me fueron en un abrir y cerrar de ojos— pasaron demasiadas cosas.
Conocí más a fondo a, Axel y él también me conoció más, no del todo, pero era algo. Lo que omitia decirle era sobre la persona quién rompió mi corazón, sentía que si le decía, se abriría de nuevo esa herida, la que tanto me había costado cerrar, no era fácil para mi. También sabía que, Axel no me quería decir sobre la chica que lo lastimó. Aunque yo no se lo había preguntado tan directamente.
Todavía no le hablaba a Flor y no lo iba a hacer, si ella quería hablar conmigo tenía que pedirme disculpas, pero dudaba que lo hiciera, ya pasaron tres meses desde aquella pelea, así que prefería no verla. Y no era rencorosa, pero siempre preferia una disculpa a estar como si no hubiera pasado nada.
Llegó una nueva alumna a la escuela, quien va en mi salón. Wendy Swan la cuál tenía un hermano, pero él estaba en tercero, Francisco Swan y era muy guapo. Vaya que si.
Wendy es una chica muy linda y amigable, hace una semana que se junta conmigo y con Axel, aparte de que se le notaba a kilómetros que le gustaba mi amigo, Axel. Fue muy notorio.
El presuntuoso Ángel ya no me hablaba pero, dejaba notas en mi banca diciéndome que saliera con él; siempre le decia que no, o siempre tenía una escusa.
UN LARGO TIEMPO.
¿Un sábado que iba a hacer? Pues lo pensé bien y lo único bueno era dormir. Ya había acabado mis tareas, así que no haría nada.
Estaba a punto de cerrar mis ojos, cuando la cara de perro me gritó desde la planta baja. Con Jessica las cosas se habían calmado y eso fue hace una semana, pero nuevamente volvió a ser una desgraciada conmigo y hoy era uno de esos días.
— ¡Camila te buscan!
¿Quién mangos se atrevía a interrumpir mi sueño de belle...? Mi sueño.
Juro que si es Axel lo mato. En serio que lo mato. Últimamente ha venido a buscarme a mi casa para que le hiciera compañía.
— ¡Ya voy! — Grité.
— ¡Muévete, que no tengo tu tiempo niña! — Dijo y pensé: ¿Y yo si tengo que aguantarte?
— ¡Pues déjame en paz y vete a hacer lo que tengas que hacer! ¡Como si me importara tener tu atención! — Dije groseramente.
Esperé la respuesta de Jessica, pero no oí nada. ¿Gané? Me puse un pants negro y una blusa. Salí de mi habitación, bajé las escaleras y ahí estaba Jessica. Se veía furiosa, me veía como perro, apunto de devorarme. Bueno, aquí venía la guerra de palabras.
— Mira niña malcriada, te dejaría, pero ¿sabes a dónde? Con tú madre, pero recordé que ella nunca te quiso y no la culpo, mírate. ¿Quién va a querer estar con alguien como tú? Eres una insignificante, ni siquiera tú padre te quiere. Tú no vales nada Camila. Deberías desaparecer de una vez. Aquí no haces falta y lo sabes. Tú padre no te necesita, para eso me tiene a mi y a mi hija Flor. Nadie te necesita. ¿Acaso no te das cuenta? — Dijo con tanto desprecio hacia mi.
¿Para qué decir que no me afectó? La verdad era que me dolieron tanto aquellas palabras. Jessica antes era una de las personas que más quería. La consideraba mi madre, pero ahora, ahora solo verla me hacía daño. La odiaba, al igual que a su hija. Las odiaba como nunca antes había odiado a alguien. Y me odiaba más a mi, por no poder odiarlas en realidad. Era un desastre para odiar a una persona.
Jessica sabía darle justo en el clavo, sabía darle justo a mi corazón. Ella sabía que el tema de mi madre biológica me afectaba más que nada en el mundo, pero no le importaba con tal de verme destruida.
Mis ojos se llenaron de lágrimas y cada una salió como cascadas. Quise gritarle que era la peor persona, quise golpearla por ser tan desgraciada, pero no pude. Lo único que sabía es que debía salir de ahí y así lo hice. Salí corriendo con la vista borrosa.
Al estar fuera de mi casa no pude evitar caer de rodillas al suelo. Las piedras pequeñas del suelo se encajaron en mi rodilla provocandome un dolor, pero no tanto como el que sentía en mi corazón.
Segundos después sentí unos brazos alrededor de mi cuerpo, un perfume llegó a mi naríz y sabía de quien provenía. Me había gravado tantas cosas de él que no fue difícil adivinar que era Axel el que me abrazaba. Lo miré con la cara mojada de lágrimas, pero no estaba solo. Wendy estaba con él.
¿Qué hace Wendy aquí? Eso no importaba. Me sentía terriblemente mal. Mis sollozos se hicieron cada vez más fuertes a tal punto de que mi garganta empezó a doler.
— No estás sola, me tienes a mi preciosa. — Dijo Axel. Me dió un beso en la cabeza y eso solo hizo que llorara un poco más.
Dios, me sentía muy mal. Jessica era realmente mala conmigo. ¿Qué le había hecho yo? Nada, absolutamente nada. Solo pedí tantito amor por parte de ella, no esto, no dolor. Yo la quería, la amaba como a una madre, pero ella... ella me estaba causando muchísimo daño. Hace unas semanas atrás todavía se portaba bien conmigo. ¿Ahora qué pasó? No entendía. ¿Qué hice mal?
— Vayamos a otro lugar. Al parecer a alguien le gusta estar en primera fila. — Dijo Wendy.
La miré y ésta miraba un punto fijo, mi vista se fue a donde ella miraba y ahí estába Jessica, viéndome con seriedad a través de la ventana. Más miserable no podía estar.
Axel me ayudó a ponerme de pie. Caminamos y llegamos a un parque que no estaba lejos de mi casa. Me subí a un columpio, igual que Wendy y Axel. Me meci, mientras pensaba en tantas cosas.
Varías preguntas se asomaron en mi cabeza, haciendome sentir más dolida.
¿Por qué mi mamá me dejó? No lo sé.
¿Por qué nos abandonó? No lo sé.
¿Por qué Jessica me trata asi? Tampoco lo sé.
¿Será verdad que no me quiere mi papá? Él si me quería, lo sé. O eso esperaba yo.
¿Por qué no tenía respuesta? Menos lo sabía.
Estuvimos un buen rato en el parque, después mis amigos me acompañaron a mi casa. No hablé con ellos, puesto que no deseaba hacerlo. No tenía ánimos ni de mirarlos. No me despedí, solo entré a mi casa.
Subí las escaleras, me metí a mi cuarto y me puse a llorar hasta quedarme dormida. Así de rota me sentía.
Así de destruída me hacía sentir cada miembro de esta familia. Mi familia.
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Mi amor imposible © |#1 ✔|
Teen FictionCamila McCrory Holly. Una chica con un gran corazón, pero todo a su alrededor dará un giro inesperado. Para ella la familia es lo más importante. Hay verdades que deben quedar enterradas por el bien de ciertas personas, pero hay verdades que deben s...