45. Paz.|✔

534 44 7
                                    

•Una Semana Después•

Había pasado ya una semana y no sabia que había pasado. ¿Qué era lo que no me querían decir? Esa pregunta siguió vagando por mi mente. Presentía que había pasado algo, sin embargo no querían decirme nada.

Empecé a notar que Luis y Axel comenzaban a faltar a la escuela, al igual que Sofia y Wendy, algo que logró inquietarme bastante.

Kevin no me ha dejado en ningún momento, hasta puedo decir que ya estoy algo mejor, estoy comiendo y mis papás están más que agradecidos con él. He estado ya con ellos, y ahora si podía decir que volví a ser la Camila de antes, pero solo en mi casa.

Los momentos en los que no estoy con ellos o cuando vuelvo a ser la mirable chica, es cuándo estoy en la secundaria. Britney cada día me toma más odio y no sé el por que. O tal vez si lo sé.

¿Pero tanto odio simplemente porque no me dejé ser inferior a ella? No entendía aún su odio. Tal vez fue porque quise hacerla sentir menos, quise hacerle saber que nadie estaba por debajo de ella, pero no sabía al cien el porqué de su odio hacía a mi.

Olvídalo, aún así nunca saldremos de esta.

Cierto.

Tomé mi celular y le marqué a Luis, necesitaba una explicación.

Mi hermana había estado llorando y saliendo toda esta semana. Y si tuvo una pelea con Luis, debió ser muy intensa.

Primer tono.

Segundo tono.

Tercer tono.

Buzón de voz...

Colgué. ¿Por qué demonios no contestas, Luis?

Decidí marcarle a Axel, pero dio lo mismo. Al final decidí llamarle al señor Thompson.

¿Camila? La voz del papá de Axel, sonó cansado y muy mal.

Hola, señor Thomson, ¿están sus hijos? Pregunté. Oí un llanto de dolor.

¿No sabes lo que pasó?

— ¿De qué habla? ¿Pasó algo?

Creí que tu familia te lo dijo.

No, no me han dicho nada, podría explicarme por favor.

Axel y Luis están internados en el Hospital, Camila.

— ¿Qué...? Ahora voy.

Corté la llamada.

Estaba enojada, furiosa. Tenía un mar de emociones en éstos momentos. A eso se refería ese mensaje.

Me puse mis converse y tome un suéter. Abrí mi puerta y la cerré. Bajé las escaleras y ahí estaban todos, mirándome, mintiéndome en la cara.

¿Camila a donde vas? — Preguntó Kevin. Miré mal a todos y salí de la casa.

Me subí al auto, pero cuando Brad iba a pisar el acelerador, Kevin se interpuso en el camino. Este abrió la puerta del asiento trasero del auto en donde me encontraba yo.

— Camila, ¿a dónde vas? — Pregunta con nerviosismo.

Y si, decidí ser una perra sin corazón.

Eso a ti no te importa. — Lo empujé fuera del auto Brad, conduce ya. — Brad me hizo caso y condujo a donde yo le dije.

Mi amor imposible © |#1 ✔|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora