Desperté en mi habitación, vi la hora y eran exactamente a las 6:30 de la mañana.
Como llegué aquí, se suponía que estaba en otra habitación.
Se suponía.
Me di un baño, salí y me vestí con el uniforme escolar, me hice una coleta, dejando algunos mechones sueltos. Me vi en el espejo y mis ojos estaban rojos, no le di importancia, me eché poco rimel en las pestañas y poco brillo en los labios. Tomé mi mochila y salí de mi habitación. No tenía ánimos de nada. Tampoco quería toparme con mi hermana, ya que ella quería respuestas.
Hoy era uno de esos días que no quería a nadie conmigo. Eran de esos días en donde simplemente quería estar sola.
Me hice un café bien cargado, para no dormirme en las primeras clases.
Subí de nuevo a mi habitación, me metí al baño y me cepille los dientes. Salí y me encontré con...
— ¿Cómo entraste? — Dije de golpe y no, no era Kevin.
— Por la ventana. — Dijo él, miré la ventana y estaba abierta. — Tenemos que hablar.
D - ¿No podías esperar? Estamos huyendo grandicimo idiota.
A - Yo que tu, hablo con él, pero ahora no.
— ¿Qué? Pero si está demasiado alto... Oh, el árbol. — Dije pensando en el inmenso arbor que se encontraba cerca de mi ventana. Ángel se encontraba sentado en mi cama dándome la espalda. — ¿No podías haber esperado a que llegara a la secundaria? — Le pregunté. Ángel, negó con la cabeza. — La verdad es que no estoy de ánimos, hablamos después. — dije molesta.
Bajé las escaleras y salí de mi casa, pero no sin antes dar un portazo, para que todos supieran que seguía viva y molesta, claro.
Llegué a la secundaria trás caminar unos cuantos minutos, las puertas ya estaban abiertas, así que entré.
Subí por las escaleras hasta llegar al salón, me acomodé en mi lugar. Mis compañeros entraban con unas sonrisas estúpidas en sus rostros, algunos hablaban felices de la vida, mientras yo sufria en silencio. Todo se puede ocultar con tan sólo una sonrisa, mientras que por dentro estás hecho pedazos.
— Me dejaste. — Dijo una voz que no reconocí porque estaba pensando en otra cosa. — Camila, tenemos que hablar. — Siguió diciendo la voz, pero yo seguía en mi mundo.
Tenía o tengo una hermana, a una verdadera hermana. Pero el problema no era eso... ¿Era verdad que mi madre me abandonó? ¡Diablos, dolía mucho! Mi cabeza iba a explotar.
— Nena, hablemos, por favor. — levanté mi cabeza y vi a Ángel. — Mi amor ¿qué pasa? — Mi novio me envolvió en sus brazos. Sentí algo salado en mi boca. Lágrimas. Permanecí así, sólo quería un abrazo, nada más, pero Ángel fue separado de mi. Alguien lo había empujado abruptamente.
¿Por qué todo lo tienen que resolver por medio de la violencia?
D. Tu lo haces también, así que no te quejes.
Pero... pero, ay, olvídalo.
— ¡Axel! ¡Basta! ¡Ya déjalo! ¡Axel, suéltalo! — grité con todas mis fuerzas. Aunque ni tenía fuerzas, no en estos momentos.
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Mi amor imposible © |#1 ✔|
Novela JuvenilCamila McCrory Holly. Una chica con un gran corazón, pero todo a su alrededor dará un giro inesperado. Para ella la familia es lo más importante. Hay verdades que deben quedar enterradas por el bien de ciertas personas, pero hay verdades que deben s...