14. Celos flotando.|✔

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Entré al baño, me miré en el espejo y me vi tan destruida que las lágrimas volvieron a salir de mis ojos. Me limpié la cara con agua. Traté de calmarme, pero no podía. Necesitaba con urgencia aire. Salí del baño y cuando me di cuenta, mi cuerpo empezó a desplomarse y me vi en el frío suelo. Axel soltó una maldición y llegó a mi lado, me tomó el rostro apartandome el cabello de la cara. Su expresión de preocupación me lastimó. Él no tenía que lidiar con esto. Conmigo.

¡Camila, respira! Vamos preciosa, sé que eres más fuerte que esto. — Axel tenía los ojos llorosos. Traté de responder, pero no pude. Ya no podía ni moverme.

La puerta de Axel se abrió de golpe. Me sentí muy débil. Aunque pensándolo bien, era siempre una débil inútil.

Luis y Flor entraron, al igual que el padre de los chicos. Flor me miró muy preocupada y se acercó a mi. Soltó un alarido.

Hermana, vas a estar bien. Tienes que estar bien. Todo es culpa mía, perdóname. — Dijo, Flor arrepentida, acarició mi cabello. ¡Tenemos que llevarla al hospital! — Dijo mirando a los chicos. Ellos asintieron frenéticos. Flor sonaba desesperada.

¿Ahora se preocupa?

¿Por qué cuando pasa algo trágico, es ahí cuando la gente trata de enmendar lo que le causaron a esa persona?

Mis ojos se sentían cansados, así que por inercia los cerré quedando en una vacio.

|Narra Axel|

Cuando llegó la ambulancia subieron a Camila. Flor les marcó a sus padres para que la vieran en el hospital.

Sabía que esto era por la culpa de la madrastra o por Flor, por eso es que Camila estaba así. 

Solo esperaba que se pusiera bien. No quería que le pasara nada. Camila se había convertido en una persona tan importante para mi y no quería perderla. No a ella.

Estuve junto a Camila dos días, porque ella me lo había pedido así. Su padre la queria ver, saber como estaba, pero mi Camila se negaba a verlo, suponía que ella tuvo una pelea con su padre ya que ella se encontraba muy mal por esa causa. Camila se estaba recuperando muy bien.

Hola. — Camila susurró con voz débil.

Gire a verla, estaba igual de hermosa como siempre. Un poco pálida por los sueros y todo, pero igual se veía preciosa.

Camila, ¿como estás? Le pregunté.

Pues viéndome aquí... yo diría que bien. — Me sonrió. ¿Sigue aquí? — Preguntó borrando su sonrisa dulce. Sabía que se refería a su padre. Asentí.

Si, tú padre sigue en la sala de espera, igual que, Flor. Jessica se fue, dijo que no tenía nada que hacer aquí. — Dije con una mueca al recordar a la mamá de Flor.

Bueno, ¿cuando me podré ir?

— Hoy mismo — Dije alegre.

Oh, genial — Dijo. Noté que se quedó pensando, después me miró con una sonrisa tímida. ¿Puedo irme a tu casa, Axel? — Preguntó con voz nerviosa. Se veía tan tierna.

Claro que puedes Camila, mi padre no se negará. Le caes muy bien, dice que le recuerdas a mi madre de adolescente. — Le dije con serenidad. Ella sonrió ante lo que dije.

Mi amor imposible © |#1 ✔|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora