5. El destino nos quiere juntos.|✔

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Cuando entré al salón, Axel no estaba.

La maestra poco después entró para dar su clase. Ella comenzó a pasar lista y Axel era uno de los primeros, ya que pasaba lista por nombres, no por apellidos y era de la A-Z. La maestra me miró y buscó con la mirada a alguien.

¿Camila, dónde está Axel? — Preguntó.

No lo sé profesora. — Dije.

Bueno ¿puedes ir a buscarlo, por favor?

Asentí y salí en busca de Axel. Como no estaba en los pasillos, me fui al baño de hombres. Cuando le iba a gritar, alguien me tomó del brazo bruscamente.

Por un momento pensé que era Axel, pero cuando volteé, mi respiración se cortó. Abrí los ojos enormemente. Estaba sorprendida.

Me había hecho ideas en las vacaciones. Me había imaginado todo, menos que lo volvería a ver. Terminé pensando que él quedaría en mi pasado, como todo lo malo que me había pasado, pero no. Alan.

Alan, el estúpido chico. Él fue en algún momento mi novio, pero eso se acabó. Lo olvidé a él y a Sofía —O eso quería pensar—, con quien me engañó. Y estaba aquí, a centímetros de mi, tomando mi mano y me alegré saber que ya no sentí nada con su presencia. Más que molestia por lo hipócrita que era.

¿Tú? ¿Qué haces aquí? Dije de manera brusca y me safe de su agarre. Mi corazón latio fuertemente.

Si. Pues verás; estudio aquí. Jamás creí encontrarte y menos aquí. Siempre lo supe, el destino nos quiere juntos, Camila. — Dijo, Alan.

Alan tomó mi brazo con mucha fuerza y con su otra mano tomó mi cintura. Me acercó mas a su cuerpo con brusquedad. El olor de su perfume llegó a mi y se me revolvió el estómago.

¡Suéltame idiota! ¿Por qué no solo me dejas en paz? ¡Pff, te detesto! — Le grité. Traté de soltarme, pero él era más fuerte que yo.

Tranquila, solo quiero hablar contigo.

Pues yo no, solo aléjate de mi. — Dije enfadada.

No te voy a soltar hasta que me escuches. Camila debes saber lo que realmente pasó ese día. — Dijo tratando de hacerme entender algo que no quería saber porque simplemente no me interesaba.

Vamos, Alan. ¡Me lastimas! — Le grité molesta.

Vi determinación en sus ojos y me intimidó un poco. Ya no ejercí fuerza, ya que estaba decidido a no soltarme.

¿Por qué nadie me saca de éstos problemas? Nada le costaba a alguien aparecer y sacarme de este embrollo.

¡Oye, suéltala ahora!

De eso hablaba exactamente.

Gritó Axel y le agradecí mentalmente. Apareció justo a tiempo y quería abrazarlo tan fuerte.

Alan al oír el grito, me soltó y yo respiré con normalidad.

Corrí sin pensar en los brazos de, Axel y lo abracé por haber aparecido. Éste responde a mi abrazo y me protege con su cuerpo.

Mi amor imposible © |#1 ✔|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora