Era patética toda esta situación. Todo lo que conllevara a Flor y a mi, era sumamente patético. Sin embargo me sentía demasiado mal, triste y a la vez enojada por su comportamiento sin sentido. Yo era patética, porque lamentablemente era una persona muy frágil.
Cuando entré al salón me estrellé en la puerta. Ya que un chico estaba a punto de cerrar la puerta del salón, cuando justo estaba pasando. Al salír al receso me caí y me raspé la rodilla, cabe aclarar que todos se burlaron de mi, lo que hizo que me sintiera más mal.
Definitivamente, hoy no era mi día. No soportaba esto que pasaba, así que fui hacia los sanitarios. No quería que Axel me viera y honestamente ya no quería hacer el ridículo, aunque lo más vergonzoso fue cuando Axel terminó yendo por mi, gritó mi nombre muchas veces haciendo que saliera y le cerrara la boca, parecía una niña chiquita a quién debían cuidarla.
Axel se sentó a mi lado, en el suelo, cerca de nuestro salón. No quería hablar con nadie, pero quién mejor que Axel. Ya no soportaba el nudo en mi garganta. Necesitaba sacar lo que sentía en ese momento antes de que explotara.
Axel me miró fijamente.
— Ahora cuéntame, ¿qué te pasa? — Preguntó.
— Nada... — Negué con la cabeza. Vamos, Camila. Suéltalo.
Axel me dio una mirada irónica.
— Camila no me quieras ver la cara, no soy ningún idiota para no darme cuenta de que te pasa algo, se nota a lo lejos que te sucedió algo. Confía en mi. — Dijo él, tomando mis manos y dándome un apretón.
— No puedo Axel. No puedo confiar en ti, no aún. — Dije sin poder verlo.
Confiar a veces rompe tu corazón.
— Sé que apenas nos conocemos, pero tendremos tiempo después, por ahora confía en mi. Sé que quieres hablar, así que aquí estoy para escucharte. O bien si no deseas hablar, de todos modos estaré aquí. — Dijo.
Lo miré indecisa. Él me regaló una sonrisa que me hizo confiar un poco y decirle lo que me pasaba.
— Está bien. Te lo diré.
Sentí un nudo en la garganta, que impedía que hablara, pero lo hice, le conté todo a Axel y vaya que se sintió tan bien hablar con alguien. Me sentí un poco liberada. La tensión que sentía se había ido.
— Tu hermana no sabe lo que dice. Solo estaba enojada, le gusta mi hermano. — Dijo Axel después de que le conté todo. Analicé sus palabras.
— Enojada solo porque dije que no, estaba furiosa Axel... No analizó sus palabras, me hirió. — Murmure con tristeza.
— Los hermanos siempre suelen decirse palabras hirientes y siempre lo dicen cuando están enojados, pero en realidad no sienten aquellas palabras, Cam... Verás que se dará cuenta de su error y se disculpara. Ya, no quiero verte triste. — Dice Axel mirándome. Lo observé fijamente.
— ¿Me abrazas? — La pregunta salió disparada de mi boca sin que pudiera detenerla.
— No tienes que pedirlo.
Axel me abrazó. Me sentí tan bien en sus brazos, sentí que a su lado nada me pasaría, era una sensación muy reconfortante a decir verdad.
Me aparté de él un poco sólo para poder mirarlo, no me había dado cuenta de que sus ojos eran color azules, aunque tampoco era como si me la pasara observando a cada persona que se me acercara, aunque si era muy curiosa y me gustaba observar cada detalle. Axel me sonrió, esa sonrisa que me gustaba. Si, su sonrisa me gustaba. Era una sonrisa gentil y cálida. Honesta.
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Mi amor imposible © |#1 ✔|
Novela JuvenilCamila McCrory Holly. Una chica con un gran corazón, pero todo a su alrededor dará un giro inesperado. Para ella la familia es lo más importante. Hay verdades que deben quedar enterradas por el bien de ciertas personas, pero hay verdades que deben s...