Yo era tan solo una pequeña niña de entre 10 u 11 años. Hace unos 4 o 3 años estaba de paseo con mi padre y mi madrastra, mi padre era de los mejores, pero mi madrastra no tanto.
Fuimos a la playa, era una playa que papá realmente amaba, que casi nadie conocía, y además era día de trabajo, así que no había nadie. Llevamos un mantel grande, lo pusimos en el piso, y nos sentamos. Mi hermano Andrew llevaba unos bermudas y unos lentes de sol, mi padre lo mismo, mi madrastra un traje de baño de una pieza y yo un traje de baño de dos piezas.
Andrew y yo empezamos a jugar con arena, mientras mi madrastra Sara estaba bronceándose y papá comprando helados. Papá se devolvió sin helados, solo fue a llamar a mi hermano no sé para qué, y se lo llevó (creo que para que eligiera qué helado quería). Así que, de ese modo, quedamos Sara y yo. Sara estaba a un metro y un poco más a distancia de mí, así que empecé a hacer un castillo de arena de nuevo. De un momento a otro, Sara me dirigió la palabra (como siempre, grosera y grotescamente):
—Mocosa, pásame el bronceador.
—¿Por qué tendría que hacerlo?
—Porque yo lo digo.
A regañadientes tomé el bronceador y se lo di.
Después de unos 10 minutos, comencé a preocuparme, ¿Por qué mi padre y mi hermano no habían regresado? Trataba de no pensar en eso. Poco después decidí dirigirle la palabra a Sara.
—Sara, ¿puedes llevarme al mar? Por favor.
—¿No puedes ir tú sola? Ya estás lo suficientemente grandecita.
Ella se levantó, y tomó mi mano. Íbamos caminando hacia el mar cuando veo en el rostro de Sara una extraña sonrisa. En ese momento no sabía porqué.. pero ahora si lo sé.
Llegamos al mar, las olas pasaban por mis pies de niña pequeña. Sara me preguntó si quería meterme al agua un rato, en ese momento no lo pensé bien sabiendo cómo es ella, así que dije que sí.
Ella me tomó por debajo de los hombros y me llevó al mar, pero al mar pleno, yo tenía mis flotadores puestos y ella me cargaba como una gran madre.. Jajajaja. Estuvimos jugando por un rato, hasta que de un momento a otro ella me tomó bruscamente por la cara y me susurró: "Esto solo fue un accidente".
Nunca me olvidaré de esas palabras. Me quitó los flotadores. Me quitó mis flotadores en un mar de más de 6 metros de profundidad. Me quitó los flotadores, y además de eso, me soltó, porque ella me estaba cargando. En ese momento supe que era el final de todo, yo no sabía nadar, y ella me tomó de los hombros y me hundió demasiado.
Se fue, ella se fue. Se fue nadando hacia la orilla, mientras yo trataba de nadar, mantenía mi nariz afuera del agua, y alcanzaba a ver a esa maldita perra, mirándome ahogarme, con una sonrisa placentera.
En ese momento todo encajó. Sara fue la que le había dicho a mi padre para venir a esta playa, ella fue la que le dijo que fuera por los helados, ella ya lo tenía todo planeado (y por supuesto, el supuesto "heladero" mató a mi padre y a mi hermano).
En ese momento era inútil seguir luchando, sabiendo ya cual era el final. Hoy en día, soy solo un alma en pena, que no pudo encontrar lugar en el infierno o en la tierra, que ya no tiene ojos para ver, que ya no tiene sangre para derramar, que siempre está húmeda, y que murió ahogada.
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Historias De Terror e Invocaciones.
RandomHistorias de Terror. De esas, que te provocan miedo sólido puro... De esas que no te dejan dormir por la noche, ni caminar en tranquilidad...