Martín era un joven muchacho de 15 años al que le encantaba entretenerse con juegos de terror y cosas así. A pesar de su corta edad, era muy valiente y no le temía a casi nada, hasta se iba solo a cementerios a leer libros de terror: se sentaba en una tumba y comenzaba a leer tranquilo. Si escuchaba un ruido, solo iba a averiguar qué era, sin miedo y con mucho coraje.
Un día unos bravucones lo desafiaron.
"Oye tú, anormal, si eres tan valiente, te retamos a que pases la noche en el cementerio con tus amiguitos muertos jaja".
"Pero si no lo haces, te romperemos todos los huesos de tu cuerpo y terminarás en el cementerio con tus amigos los podridos, ¿oíste, imbécil?"
Martín sabia que le iban a golpear y aceptó el reto.
"Lo haré y no porque van a golpearme, si no porque soy más valiente que todos ustedes juntos".
Los bravucones empezaron a reírse.
"Bien, hoy a las 22:00 en el cementerio Burclinham, te estaremos esperando. Más te vale que no nos falles, idiota".
Esa noche a las 22:00, Martín se despedía de sus padres:-Mamá, Papá, me voy a pasar la noche a la casa de mi amigo. Me invitó a ver películas y comer palomitas. Vuelvo mañana, los quiero.
Martín partió rumbo al cementerio, muy nervioso. Cuando llegó, los bravucones lo estaban esperando en la entrada del cementerio con las rejas abiertas...
"Entra, tonto, y saluda a tus amiguitos muertos de nuestra parte jajajaja", se burlaban mientras cerraba las rejas del Cementerio, "Nos vemos mañana. Diviértete con tus amigos los zombis jajaja."
Martín estaba aterrado más de lo normal: jamás había pasado la noche en un Cementerio, la niebla cubría el suelo, hacía mucho frío. Se recostó en una tumba y se abrigó con su campera. El sueño lo venció poco a poco.
Eran las 5:00 am., cuando Martín se despertó.
"Está a punto de amanecer, qué alegría. Unas 2 horas más, Martín, y ya te irás de este lugar horrible."
Pero cuando se levantaba de su lecho improvisado, una mano sombría y llena de sangre lo tomó de la pierna...
5 horas después los bravucones habían vuelto al cementerio.
"Ese idiota la habrá pasado bastante bien con sus amiguitos jaja", "Seguro ni aguantó y se fue de aquí como un cobarde y llorando como un bebé jaja"
Entonces encontraron el cuerpo de Martín, con rasguños, mordidas, la ropa rasgada, sus uñas rotas y llenas de sangre y tierra, como si hubiese tratado de defenderse, arañando la tierra. Le faltaban partes de su cabello y todos los dientes de la boca.
Los bravucones llamaron a los cuidadores del cementerio y a la Policía sintiéndose apenados y culpables.
Nunca se resolvió el misterio.
Un mes después, Los bravucones se reunieron a jugar a la tabla de Ouija para invocar a Martín.
"¿Eres hombre o mujer?"
"Fui hombre."
"¿Cuándo te moriste?"
"Hace un mes."
"¿Quién eres?"
"Soy MARTÍN."
Los bravucones se sorprendieron. Con mucho coraje, le preguntaron:
"Martín, ¿QUIÉN TE MATÓ?"
"USTEDES."
La muerte de los bravucones se interpretó como un accidente por causa del incendio que carbonizó sus restos, junto a la casa en que se encontraban.Los familiares de los bravucones fueron al funeral, llorando y muy apenados por la tragedia.
Una niña, la hermanita menor de uno de los bravucones que no comprendía el dolor de sus padres, vio sentado sobre una lápida a un muchacho que leía un libro:
"Hola, pequeña, mi nombre es Martín y estos son mis amigos."
Dijo así, y detrás de él aparecieron los bravucones con la piel enrojecida por el fuego, y otros muertos más que formaban un grupo espectral.
Martín sonrió con amargura:
"El Cielo es como el Infierno."
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Historias De Terror e Invocaciones.
RastgeleHistorias de Terror. De esas, que te provocan miedo sólido puro... De esas que no te dejan dormir por la noche, ni caminar en tranquilidad...