Todo era normal; yo era una chica como todas las demás, salía con amigas, me divertía y estudiaba: lo que hacen los adolescentes de mi edad. Mis padres, aunque no lo creas, me querían a pesar de que cuando pelaban yo tenía la culpa... Creo que me estoy adelantando un poco.
Recuerdo que todos mis problemas comenzaron cuando me interesé en estar delgada y en cómo podría bajar de peso en el instante en que navegaba por la web y me encontré a las princesas Ana y Mia.
Cuando las vi, dije al espejo "yo tengo que ser como ellas". Me informé y vi los sacrificios que tenía que pasar, pero claro que valían la pena. Pasaron los días y noté que había bajado de peso, pero mis padres me comenzaron a obligar a comer: al verme al espejo, era un monstruo. Me veía obesa.
Mis padres comenzaron a discutir demasiado, tanto que se golpeaban uno contra el otro frente a mí y al final de sus peleasm me decían "eso es lo que querías"...
Un día, fui a mi nueva escuela, en donde no conocía a nadie. Había una muchacha llamada Ivi que quería lo mismo que yo; tenia unas hermosas pulseras en sus brazos. Un día se las quité y y sus muñecas estaban llenas de cicatrices. Me interesé muchísimo en ser como ella pasaron; los meses éramos como hermanas.
Un día, noté que no fue a la escuela. Me preocupé muchísimo y resulta que estaba grave en el hospital por cortarse las muñecas. Sin pensarlo dos veces fui a verla, pero era demasiado tarde: ella había fallecido por desangre. No pude hacer nada... "¡Si tan solo no la hubiera dejado sola!" pensé; todo había sido mi culpa.
Cuando la cremaron, lloré como nunca en la vida. Necesitaba hacer algo, así que corrí a mi casa, me encerré en mi cuarto y comencé a cortarme.
Era tanta mi desesperación por tenerla aquí conmigo que escribí su nombre en mi brazo, pero antes de terminar ella llegó. Me tomó la mano y me abrazó, y desde entonces está conmigo y hacemos todo juntas.
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Historias De Terror e Invocaciones.
DiversosHistorias de Terror. De esas, que te provocan miedo sólido puro... De esas que no te dejan dormir por la noche, ni caminar en tranquilidad...