Según cuentan los sobrevivientes, hace algunos años atrás vivía una joven vanidosa que obtenía lo que quería; una tarde la joven le pidió a su padre:
-Quiero la muñeca de porcelana más hermosa de todo este mundo.
El padre buscaba por todas las tiendas de las ciudades; sin embargo, nunca encontraba una muñeca que fuera perfecta para su hija. Cansado y adolorido dio con una tienda que no había visto antes.
-Hola, ¿qué desea?- preguntó amablemente una viejita.
-Busco una muñeca de porcelana.
La vieja sonrió, dando media vuelta. Cuando volvió, sostenía una caja en cuyo interior figuraba una muñeca, que entregó al padre. Curiosamente, la vieja no le dejó pagar.
El padre contento llegó a su casa, subió al cuarto de su hija y le entregó la caja. La joven abrazó a su padre y le agradeció por el obsequio. Luego le pidió la dejase a solas.
La muñeca era hermosa a los ojos de cualquiera, pero para la joven no era más que una simple basura. Se desvaneció esa sonrisa falsa y botó a la muñeca, que se rompió en pedacitos minúsculos. Al día siguiente, la joven se sorprendió al ver a la muñeca armada y sin ningún rastro de pegamento. Tomó a la muñeca y la vio con detalle, sus mejillas rosadas se destacaban. Oyó la voz de su padre.
-Veo que en serio te gustó la muñeca.
-Claro que sí, es hermosa.
El padre se fue a la cocina; la joven tomó una bolsa y metió dentro a la muñeca, pero esta volvió a aparecer en el mesón. Asustada, la joven corrió escaleras arriba: escuchaba cantos de agudas voces. Acudió a su padre que leía un libro sobre Derecho, en su escritorio.
-¿Qué pasó?
-¡L-la muñeca está viva!
El padre soltó una carcajada.
-Las muñecas no tienen vida, cielo.
De nuevo en su casa, la joven se encontró con la muñeca, sentada enfrente de ella. La tomó temblando...
Al día siguiente se encontró el cuerpo de la joven con múltiples cortadas en sus brazos; la muñeca, sentada a su lado, parecía más inocente que nunca.
Se dice que aún se oyen los cantos de la pequeña muñeca...
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Historias De Terror e Invocaciones.
RandomHistorias de Terror. De esas, que te provocan miedo sólido puro... De esas que no te dejan dormir por la noche, ni caminar en tranquilidad...
