Antes que el capítulo dar la gracias porque ya son 100K DE LEÍDOS.
MUCHÍSIMAS GRACIAS .
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Me animé a mí misma. "Vamos Nina, esta es la oportunidad para pasar página" y abrí la puerta con la cabeza gacha Carla silbó —Estás tremenda, si fuese lesbiana no dudaría en dejar a tu hermano y tener sexo las veinticuatro horas del día contigo.
— ¡Carla! — Le reproché y ella sonrió.
Me dio un beso fuerte en la mejilla y yo le abracé — ¿Por casualidad sabes si tu hermano está por aquí?— rodé los ojos y me encogí de hombros —Bueno, no importa a lo mejor luego se pasa —cerré la puerta definitivamente.
—Hoy tengo buen espíritu — le avisé —Esta noche acabará bien, lo presiento.
—Así me gusta — agarró mi mano y la besó momentáneamente.
—Primero tengo que hacer una parada — la casa de Edgar se encontraba de camino.
—Oh, no, eso sí que no — me leyó el pensamiento.
—Vamos Carla, confía en mí.
—Lo hago, lo hago ciegamente — le ofrecí una pequeña sonrisa y comencé a subir con cuidado las escaleras que llegaban a su puerta para tocar el timbre. Abrió la madre de Edgar y me miró realmente mal, seguro que su hijo le habría contado quién había sido el culpable de la paliza, y más en un pueblo en el que las noticias vuelan.
—¿Se encuentra Edgar?— asintió y salió con un pantalón gris y sin camiseta, obviamente en pijama. Me miró de arriba abajo y chasqueé los dedos para que se centrase en mi cara — ¿No vas a la fiesta?
—No tengo con quién ir — comentó y se apoyó en el marco de la puerta. Según me habían contado sus amigos le habían dado de lado desde el accidente.
Me mostré fría —En verdad no sé por qué te cuento esto— resoplé y me miró con cara de no querer escucharme, Carla se puso en el mismo escalón que yo mirándole con asco— Mis hermanos no lo piensan dejar correr— Carla se puso delante mía por si acaso para protegerme de algún otro golpe — Carla, estoy bien — le retiré con delicadeza —Me quedaría más tranquila si pudiese verte y controlarte por la fiesta — negó —Vale, bien — me mordí el labio inferior — Entonces sólo no salgas de casa.
Bajé las escaleras con mi mejor amiga — ¿Por qué?— dijo desde la puerta y no le contesté y seguí andando —En el fondo sigues siendo una simple niñata enamorada de mierda— se rio de mí —Como un cachito de pan —cerró la puerta y miré a Carla alzando ambas cejas.
—¿Estoy más buena que el pan?— cuestioné.
—Más que una tableta de chocolate milka con oreo— me guiñó el ojo y sonreí pasando mi brazo por su hombro y abrazándole lateralmente.
—Te quiero, lo sabes, ¿no?— escondió su cuello en mi clavícula y apretó su cuerpo al mío. En momentos así una da gracias a dios por personas como ella. Por personas que no cambiarías por nada del mundo. Por tu mejor amiga.
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Cristina esta noche pasaba de salir. No le había preguntado mucho el porqué pero lo había respetado. Entendía lo que era ser nueva en un lugar y lo incómoda que te puedes llegar a sentir.
Nos encontramos con las demás en las puertas del gran edificio de aspecto marrón y abandonado. Por la pinta que tenía no parecía ni de lejos un duplex, era cómo una fábrica o nave abandonada con más de dos plantas. — Yo tampoco esperaba esto —escuché a Sara y miré a los ventanales, la mayoría algo rotos, seguro que por vandalismo en los que la luz se encendía y se apagaba con diferentes tonos de color. No había duda que era allí, muchos grupos pasaban y no hacían más que meter botellas y botellas.
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Punto muerto.
Teen Fiction"Una pesadilla es algo de lo que se puede despertar, pero de la vida no, no es tan fácil, a veces es bueno acumular recuerdos y guardar secretos... Porque, ¿Si no puedes mantenerlos encerrados dentro de ti, por qué otro debería hacerlo?" Adentrarte...