Será mi novio.

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Llamé a la puerta y él se quedó tras de mí, había tenido una charla con él de camino en el coche y él accedió a seguirme la corriente mientras estuviese en mi casa.

Agata abrió -Hola- le miró a él y luego a mí, con una mirada llena de preguntas.

-Es mi nuevo entrenador de volley- pasamos.

-¿Pero no era policía...?- cerró la puerta.

-Sí, también de día entrenador y de noche policía.

-¿Y cuándo duerme?

-No sé Agata, no es mi vida pregúntaselo a él.

-¿Y cuándo duermes?- alzó una ceja.

Carraspeó -En... en los descansos y en el coche- dijo titubeante. ¿Un policía sin palabras? Vaya.

-¿En el coche? Matarás a alguien- exclamó Agata.

-Oh no, cuando conduce mi compañero yo cierro los ojos- comentó con naturalidad y yo le miré con cara de si que era tonto y luego me giré hacia a Agata para sonreírle como si todo tuviese sentido, el mundo fuese cuadrado y el cielo fuese de color rosa.

-Bueno Agata, hemos estado celebrándolo, ¿verdad?

-Oh sí- la pilló al vuelo- Hemos estado comiendo- le miré raro, ¿enserio? "¿Hemos estado comiendo?" . Rodé los ojos.

-En Venturelli's, hacía mucho que no íbamos allí- agregué y arrastré mis pies en el suelo algo nerviosa- Bueno, ¿Dónde están?- Agata seguía algo confusa y yo estaba apostando todo por cambiar de tema.

-En su habitación- dijo arrastrando la silla.

Me alegró saber que mis hermanos se habían ido de casa, si no se hubiese formado la tercera guerra mundial. Y más con Ercole. Y Sam porque, Ercole estaba enfadado con él, por motivos obvios, pero Sam estaba molesto con él porque todas posaban sus ojos en mi hermano, y él quedaba, digamos, en un segundo plano.

Avancé por el pasillo y entré en la habitación.

-Hola- di un abrazo a las dos.

-¿Quién es?- dijo Rebecca confusa.

-Mi amigo- le quité de importancia - Hemos venido a pasar la noche con vosotras.

-¡Hemos visto a un hombre que se convertía en lobo y mataba a todas las personas de la ciudad cuando se hacía noche! Tenía pelo, era alto, y andaba como un perro...- empezó a comentarme Rebecca mientras me fijaba en Cleo, que para mi asombro, se había acercado a él y había empezado a tocarle la cara como si fuese ciega, recorriendo cada una de sus facciones, en cambio, Sam, descansaba con los ojos cerrando y se dejaba llevar por las pequeñas manitas de mi hermana.

-Hemos traído cosas- anuncié mientras Rebecca seguía hablando consigo misma , empecé a sacar bolsas de comida basura y linternas- Haremos camping.

Levantamos una estructura de sábanas recreando un camping al aire libre y Sam y yo entramos a la vez invitando a las dos a entrar, vinieron detrás de nosotros, apagamos la luz con ayuda de un palo, porque yo vaga siempre, y encendimos las linternas debajo de las capas blancas, la habitación sólo era alumbrada por tres linternas que no paraban de bailotear con nuestros movimientos. Hacía un calor agobiante ahí dentro y a regañadientes me quité la sudadera de Sam.

Antes de que me diese cuenta Cleo estaba subida en sus piernas mientras él la abrazaba tranquilamente. Increíble por su parte. Desvié la vista y saqué un cuento. El de Lilo y Stich, con este triunfaría seguro.

Punto muerto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora