Gapetti & Cacciardi.

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¡Sorpresa!

LENGUAJE Y CONTENIDO EXPLÍCITO.

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No era nada inusual que la gente que me miraba mientras iba decididamente a mi oficina agachase a la cabeza o quedase avergonzado incluso atemorizado.

A mi lado, mi fiel amiga y socia de la empresa Gapetti & Cacciardi.

Más conocida como la lesbiana de oro más codiciada y soltera de todo New York , para mí la estúpida Abigail de siempre.

Caminábamos decididas y a buen paso mientras saludábamos a nuestra secretaria, una vaga y pésima chica que por nombre tenía Carla, que nada más venía a entretenernos en nuestros ratos aburridos y la cual tenía una subsecretaria, por no saber hacer su trabajo.

Mi amada Carla. Era la única que no se acobardaba de nosotras y la que nos vacilaba con total tranquilidad. Se levantó al vernos y se metió en mi gran despacho, al paso que Abigail dejaba las cosas en el suyo y de vuelta venía a mi gran habitación. Me senté en la silla de ruedas negra de cuero, la más cómoda y para añadir, cara, del mercado.

-Buenos días Srta. Gapetti- dijo con voz de tonta Carla y le rodeé los ojos.

Abigail se sentó en la gran mesa de cristal - Recuérdame por qué seguimos pagando un sueldo a Carla por no hacer nada- dijo Abigail sarcásticamente.

-Porque soy la única que os sabe plantar cara, y entreteneros- dijo ofendida Carla y sonreímos lateralmente ambas.

-Srta. Gapetti- sonó la subsecretaria de la secretaria por el intercomunicador. - ¿Informe diario? -pulsé el botón haciendo un sonido poco entendible de sí.

- Los porcentajes de venta en Suramérica subieron un 2,5%, los de Europa elevaron esta misma a un 8,6%, pero por fallos técnicos de algunos inmuebles tuvieron que invertir un 3%, dejando un 5,6% de ingresos, la cifra de ganancias sigue siendo de 115,79 $ por segundo y los inversionistas japoneses llegan de su vuelo a las diez de la mañana, le esperarán en su sala de juntas y tratarán temas de expansión de empresas, aseguran que vienen con un contrato preparado...

Le corté- Srta. Carter,  entre en comunicado ahora mismo con esos inversionistas y dígales que las reglas del juego las ponemos por parte de nuestra empresa, que el contrato será facilitado por parte de Gapetti & Cacciardi , y que si no, no se tomen las molestias de presentarse por aquí.

-Ahora mismo Srta. Gapetti - dijo sumisa. Abigail se acercó al intercomunicador y habló - ¿Es usted capaz de hacer la llamada a los inversionistas mientras hace el pedido de tres completos desayunos dirigidos a la oficina de la Srta. Gapetti y la estoy valorando más de lo que se merece?

-Ahora mismo Srta. Cacciardi - respondió la subsecretaria.

-Oh, y ya sabe usted cómo me gustan a mí los desayunos- le recordó.

-Por supuesto Srta. Cacciardi.

Dirigí una mirada culpabilizadora a Abigail y ella rodó los ojos haciendo un gesto de deje. Carla subió los pies encima de la mesa de cristal despreocupadamente - Me merecía ese desayuno por haber madrugado- corroboró.

-Claro Carla- dijo a la vez Abi y yo.

-Vosotras tuvisteis la suerte del tonto al inventir en una empresa fracasada y sacarla a flote, pura suerte- dijo mirándose las uñas.

-Puede que lo mío no fuesen los números - admití en alto a Carla- Pero Abigail y yo invertimos en un local deplorable y de a poco conseguimos hacernos con la calle entera y controlar las financias, tú ni si quiera viniste a ver el local y ahora estás chupando del bote sin hacer ningún de trabajo.

Punto muerto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora