Ama con los cinco sentidos.

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Bueno, cómo sabréis el vídeo de ayer no se veía. He modificado lo que tenía que modificar, estaría bien que os pasarais, y estaría mejor que os gustase.

Ya sabéis dónde encontrar 1000 Razones para NO enamorarse de un chico de los 50's.

Disfruten del capítulo :))

RE-SUBO ESTE CAPÍTULO PORQUE A MUCHAS PERSONAS NO LE HA SALIDO LA ACTUALIZACIÓN.

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Parpadeé varias veces confusa y me tallé los ojos, ¿Eso había sido un sueño?, ¿Qué hacía en el hospital? Analicé la habitación, sí estaba en el hospital.

Oh, claro, santa mierda, estaba ahí por haberme metido en el mar peligroso a por el llavero...entonces...¿A qué venía Mike y si peluquería?...¿Todo había sido un sueño? , ¿Qué mierda pasaba? ¡Puto infierno!

Pasé saliva y di un pequeño vistazo de nuevo a la habitación. El hospital.

Algo me hizo sentir bien, algo relacionado con Edgar, la mínima cosa que tuviese algo que ver con él me alegraba o me destrozaba por dentro.

Estaba en el mismo hospital que hace un mes estuvo él, ¿Es ridículo sentir cariño sólo por eso?, ¿Es ridículo que le busque dónde no hay nada que buscar? , ¿Es ridículo que le vea cuando no hay nada que ver?, ¿Es ridículo que le piense cuando él no lo hace?, ¿Es ridículo que piense que volverá cuando está tan lejos tanto física como mentalmente?, ¿Es ridículo?, ¿Soy ridícula?

Sí, la respuesta es sí, ridícula y estúpida.

No había nadie por mi habitación, me incorporé y me senté en la cama bostezando pesadamente. Miré mi pierna, un gran yeso la cubría. Era de esperar. Desvié la vista y me encogí de hombros, para mirar a la pared y ver una televisión a lo alto. Tanteé a dar en el mando y le encendí cuando salieron unos dibujos animados.

Sonreí despacio y elevé la cama para estar cómoda. No me importaba que alguien estuviese fuera, o esperándome. Quería ver al correcaminos y los estúpidos intentos del coyote por atraparle - Bip, bip- solté con una risa cuando se volvió a escapar dejando una gran nube de polvo.

Nada más escuchar mi voz alguien entró arrasando mi habitación. Para ser exacta dos personas. - ¡Nina!- subió una Rebecca emocionada a la cama de un salto -Despertaste - anunció y asentí - Tenías los ojos cerrados.

-Como así- comentó Cleo tapándose los ojos con sus pequeñas manos y sonreí. Parecía el monito del Whatsapp.

-Desperté porque os echaba de menos - sonreí un poquito.

Cleo miró a la pantalla, luego a mí, volvió a la pantalla y se centró en mí - Correcaminos- dijo inclinando la cabeza y entreabriendo la boca.

Asentí y golpeé un lado de la cama despacio para que se sentase a mi lado. La pobre se dejó el culo en el suelo intentando subir. -Yo te ayudo tata - le dije cariñosamente cogiéndole por los costados y sentándole cerca de mí - ¿Cuánto tiempo tuve los ojos cerrados? - pregunté mientras acercaba más a Cleo para que se acostase en mi pecho .

-Dos- dijo Rebecca sacando cuatro dedos. Fruncí el cejo.

-¿Cuatro o dos?- se miró la mano confusa y sacó la otra para poner otros cinco con su otra manita - ¿Nueve?- fruncí el ojo y ella empezó a bajar dedos y subirlos.

-Dos- dijo Cleo sacando los correctos. Le abracé - No atiende en clase de matemáticas- me susurró al oído con una sonrisa.

-No seas chivata- le guiñé un ojo. -¿Por qué hablas tanto hoy?- dije extrañada.

Punto muerto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora