Código de hermanos.

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El piso tenía poca luminosidad y las pocas luces que destellaban daban un toque amarillento, la puerta era vieja y de madera y las vistas desde la ventana eran un prado verde encharcado por la aún abundante lluvia. Di un paso delante y mi hermano cerró tras de mí. Agata había aceptado la idea sin poner pegas.

Había una pequeña cocina al lado derecho a la que le hacía falta una buena mano de limpieza, la pila y la encimera estaban llenas de platos sucios y comida por el suelo.

Después de fijarme en la poca organización escuché una voz poco familiar y levanté la cabeza. Una gran televisión plana ocupaba casi todo el salón, en ella salía la palabra "Pause" en grande, bajé la vista hasta la play y los mandos que descansaban en la mesa.

-Casa vez te las traes más pequeña degenerado - abrí los ojos de par en par y el chico sonrió.

-Es mi hermana pequeña, gilipollas - le contestó con voz de pocos amigos y el otro borró la sonrisa de su cara.

-No os parecéis mucho - dijo despacio y se volvió a dejar caer en el sofá verde que se notaba que estaba muy utilizado.

-Bueno, fuera de aquí - mandó mi hermano y se rieron. Ercole alcanzó el botón de la play que destellaba una lucecita blanca apagándola. Ambos se quejaron -Es importante - les miró con severidad -Id a vuestra habitación, ella se queda aquí hoy. - el chico que no había hablado me miró de arriba abajo y sonrió.

Ambos eran morenos y uno de ellos llevaba gafas. Se levantaron pesadamente del sofá y desaparecieron por un pasillo oscuro. Ercole me condujo hasta su habitación, era muy simple. Tenía una estantería con desodorantes y perfumes, una cama demasiado grande con la colcha a juego con las paredes, otra televisión y una cadena de música.

Abrió la puerta del armario empotrado mientras yo dejaba el peluche que me había regalado sobre la cama.

-Estás mojada - me dio una camiseta suya que me iba a quedar enorme y rebuscó por los cajones, después me pasó unos pantalones con goma para apretarlos a tu gusto de chica. -Era de mi ex -explicó -Los he lavado -asentí. -Ve al baño -abrió la puerta y me indicó -Cierra la puerta con pestillo -volví a asentir y encendió la luz para cerrar la puerta a su paso. El baño era pequeño y estaba descuidado a más no poder. Me aseguré de poner el seguro como me dijo Ercole y me quité la ropa mojada. Me recogí el pelo en una coleta y me enjuagué la boca con agua, la cortina de plástico que cubría la ducha estaba ya casi rota, recogí mi ripa y salí de ese baño que no me gustaba ni un pelo, me traía malas vibraciones.

Dejé la ropa húmeda en el suelo dela habitación de mi hermano y recorrí el pasillo hasta llegar al saló. Se escuchaban rusas procedentes de las habitaciones y encendí el turbo para atravesar antes el pasillo.

Alzó la cabeza y me miró sonriendo - Pizza de jamón york y queso, ¿verdad?-asentí - Me alegro de haberla pedido bien - me senté al lado suya en el sofá - ¿Alguna película en mente?

-¿Podemos jugar a la play? - lancé y rio.

-¿A qué juego? -preguntó con dudas.

-No sé - dije despacio - Quiero armas y quiero disparar -soltó una risa sincera -Sangre, apuntar, matar a todo lo que tenga pulso - le miré sonriente y asintió.

-Estás mal de la cabeza - me dijo riendo y me mostró un juego - ¿Call of duty?- preguntó- Te aseguro que si pongo el modo online te inflas a matar, tienes armas de todo tipo -asentí de forma firme sonriendo.

-Ese, ese, quiero sangre - le aseguré. Metió el disco y empezó a cargar, cogí uno de los mandos y esperé impaciente -¿Cómo se maneja?- me miró sonriendo.

Punto muerto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora