¡Te prohíbo hablar con ella! No es buena para ti.

1.9K 116 23
                                    

Como quedan horas para mi cumpleaños hoy he pasado un capítulo, la verdad, muy largo, espero que lo leíais a gusto .

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------


- ¿Nina?- preguntó confuso con voz de adormilado-¡Nina!- confirmó.

-Soy yo- intentó incorporarse -No, no te muevas- le impulsé de nuevo contra el colchón y dio a un botón elevando la mitad de su colchón para verme mejor. Hubiese sido gracioso que hubiese hecho lo que hizo Homer en ese capítulo "Cama arriba, cama abajo, cama arriba, cama abajo" - Hmmm... Traje esto- saqué la barrita y sonrió. Señaló una estantería dónde estaban los regalos de los demás que le habían visitado.

La dejé con cuidado y arrastré una silla a su lado - ¿Cómo te encuentras?- sonrió ampliamente- Creo que debo darte las gracias por no haber puesto cargos contra mis hermanos- jugueteé con mi anillo nerviosa.

-Nina, me lo merecía- le miré- Y me alegro. No de pasar mis vacaciones aquí, mira mi pijama- se quitó las mantas, era horrible y no puede evitar reírme y él se unió.- Si me miras desde atrás se me ve el trasero, está completamente abierto - me reí aún más alto y él sonrió ampliamente hasta que me calmé - Quiero decir, que no me alegro de pasar mis vacaciones metido en el hospital, pero sí de que hayan salido a defenderte.

-Yo no lo pedí- me expliqué ya sin risas.

- Lo sé- asintió y se quedó una atmosfera de silencio por unos segundos que parecieron horas - Yo... bueno... ¿Qué tal la cosa entre tú y Diego?

Rodé los ojos -Olvida eso.

- ¿No estáis juntos? - negué - Como el otro día en la fiesta estabas con él...

Respiré profundo -Ya, olvídalo.

-Está bien...- dijo cediendo y yo le miré incómoda y arrepentida por mi comportamiento - ¿Qué te ha pasado en la cabeza?- me miró extrañado.

- Me caí- mentí.

- ¿Tú?, ¿de verdad? ¡Qué cosa más inesperada!- dijo en tono irónico y le ofrecí un golpe leve en el hombro.

-¿Tú?, ¿de verdad? ¡Qué cosa más inesperada!- repetí con voz de tonta haciendo burla.

-¡Ah, mierda mi hombro!- cerró fuerte los ojos y agachó la cabeza haciéndose una bolita.

-¿Edgar? Mierda... no quería darte, se me olvidó por completo... perdón... soy la cosa más estúpida que...

Rio en alto- ¡Picaste!

-Estúpido, no hagas esa broma- le volvía a dar y él siguió riéndose. - Creía que eras más maduro.

-Crí qui iris mís midiri - repitió como un niño pequeño riéndose en alto y acabé por seguirle la risa. - A todo esto, ¿y tú hombro?

-Todo bien- sonreí- Todo bien- repetí tranquilizadoramente.

-¿Has venido sola?- asentí- ¿Cómo?

- Bueno, mi hermano me trajo, y luego cogí un autobús desde el centro comercial, después volveré a usar el metro- me miró- Ya sabes que no me importa ir sola, siempre ando sola- notifiqué.

-¿Quieres que pida a alguien que te lleve?- se aseguró

-Oh, no, estoy bien, me gusta usar transporte público, ayuda al medio ambiente- asentí despacio rechazando su propuesta y alguien entró en la habitación. Menos mal que era una enfermera.

Punto muerto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora