Capítulo 24

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Ahí estaban, Kennedid y Lannie bailando muy juntas a Erick, rozando sus cuerpos con el de el, haciendo cada movimiento más despacio y provocativo, levantando las manos y moviendo las caderas de un lado a otro al compás de la música.
Los guardias de seguridad tuvieron que sacarlos casi a rastras del bar, pues aparte de estar muy tomados, ya era la hora de cerrar. Erick se puso en plano serio, y a pesar de estar muy ebrio, hizo la tontería de manejar hasta su casa, una casa de dos plantas que comparte con su hermano mayor, que cursa la Universidad, motivo por el que no estaba en casa. Para suerte de los tres llegaron bien, y si llegarán mal; no podrían notarlo, su 'estado' No les permitiría ver más allá de la realidad. Al entrar a la casa, Erick acomodo el
Sofá-cama, y las chicas se quedaron dormidas en el, mientras Erick, se recostó en sillón normal, quedando en un sueño profundo.


Kendraa regresó a su apartamento algo tarde, se recostó en el sillón mirando la T.V un rato, mientras esperaba a Becky, pero se cansó de esperarla, y se fue a su cuarto a arreglar su bolso con los libros que necesitará para el siguiente día de clases, pero al vaciar la bolsa se encontró con el regalo que Matt le había hecho esa mañana en el Instituto, y del interior sacó una caja forrada de negro, y al destaparla se dio cuenta de la hermosa esclava de plata con la letra M grabada al centro, y nota:

Querida Kendraa; gracias por darme la oportunidad de ser algo más que tu amigo, eres una mujer hermosa, y se que cualquier hombre daría lo que fuera por estar en mi lugar, gracias por dejarme formar parte de tu vida, no te desepcionare.

Matt...

Automáticamente, Kendraa sonrió al ver la Nota, se colocó la esclava y terminó de arreglar sus libros, y se fue a dormir con una sonrisa plena en su rostro.






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Al día siguiente, Kendraa se fue en el Versa al Instituto, y se dirigió al salón de clases a terminar una tarea, esperanzada a que sus amigas no tardarán mucho, para su suerte el maestro de la primera clase que correspondía al día no había asistido al Instituto, lo que le dió tiempo de acabar su otra tarea, pero al levantar la mirada; vio a Kennedid y Lannie entrar por la puerta, Kennedid traía puesta una blusa blanca de tirantes, y encima un chaleco de mezclilla, unos Jeans negros con dos leves rasgados en los muslos y unos Flats redondeados con brillantina Blanca, mientras Lannie posaba unos shorts color neón, una blusa negra con mangas y unos sneakers (Tenis con tacón/plataforma) negros, y una Chaqueta negra de cuero que posiblemente pertenecía a Erick, al verla se dirigieron hacia ella.

-Buenos Días-Exclamó Kennedid sentándose junto a Kendraa.

-¿Qué les pasa? ¡Me tenían preocupada!-Dijó Kendraa mirando a ambas.

-No paso nada-Respondió Lannie despreocupada.

-¿QUE? ¡Casi me matan de un susto y dices que no pasa nada!-Exclamó Kendraa posando sus manos en su cabellera y apretandolas.

-Controlate, estamos bien-Respondió Kennedid Calmandola.

-Mmmm... Sólo, no lo vuelvan a hacer-Balbuceo Kendraa mirandolas furiosa.

-nooo... ¿Dónde esta Becky?-Preguntó Kennedid mirando a los lados buscándola.

-No durmió en casa-Respondió Kendraa haciendo un puchero
-Por sierto ¡Que bonita ropa!-Agregó tocando por los hombros el chaleco de Kennedid.

-Gracias-Cooncordaron Kennedid y Lannie.

-Ho... La compramos antes de venir, no podíamos traer la misma ropa que ayer-Respondió Kennedid sacudiendo sus Jeans de una arruga que sólo ella miro.

-Muy bien, ¡Pero si como se ven se sienten!... Vamos a que se tomen un cafe-Balbuceo Kendraa un poco bajo, pero audible.

-¿Tan mal nos vemos?-Preguntó Lannie tocándose dramáticamente los cachetes.

-Ammm... No... No, sólo no se...-

-¡Claro que nos vemos mal! Yo traigo una resaca ¡Tremenda! Y casi no dormimos-Interrumpió Kennedid a Kendraa, después se miro en su espejo de bolso.

-Si... Vamos por un cafe, aparte me hace falta-Respondió Lannie levantandose.

Al dirigirse a la cafetería, Kelly estaba platicando con una de sus amigas, y serca de ellas se encontraba Carlos, al verlas, se dirigió hacia el, para provocar a Kennedid, cosa que logró...

Kennedid se dirigió furiosa hacia ellos.

-No quiero interrumpirlos, pero necesito hablar con Carlos-Exclamó Kennedid tomando a Kelly por el brazo y girandola.

-No se si esta claro, pero el esta ocupado-Respondió Kelly molesta.

-Chicas...-

-No se si esta claro, pero no me importa-Interrumpió Kennedid a Carlos.

-Chicas...-

-No se si esta claro, pero el no irá-Respondió Kelly cruzandose de brazos, interrumpiendo a Carlos nuevamente.

-No se si esta claro, pero el si se va-Exclamó Kennedid posando una mano en su cadera.

-Chicas...-

-No lo hará-Dijó Kelly retando a Kennedid con la mirada.

-Claro que si porq...-

-¡CHICAS! Son imposibles-Exclamó Carlos furioso y marchándose.

-Sólo eso sabes hacer ¡Correr a los hombres!-Gritó Kennedid a Kelly.

-Tu lo corriste estupida-Respondió Kelly en su defensa.

-Maldita S-O-L-T-E-R-O-N-A.- Balbuceo Kennedid burlona.

-Retractate-Amenazó Kelly molesta.

-N-O-Respondió Kennedid cruzandose de brazos y con una enorme sonrisa.

-Es tu ULTIMA oportunidad... Retractate-Exclamó Kelly acercandose notablemente a ella.

-¿Y si no que?-Preguntó Kennedid aun más burlona.

La Palma de la mano de Kelly impactó sobre el cachete de Kennedid, volteandole la cara y Kennedid posando una mano en el golpe automáticamente, esta se puso furiosa, e impactó a Kelly de un empujón contra la pared, cuando se acercó a ella; puso su brazo de manera horizontal contra su cuello, haciendo presión, impidiendole respirar, pero Kelly la empujó con su rodilla, y se abalanzó contra ella, pero resbaló y ambas quedaron en el suelo, dándose golpes unas a otras y tirándose de los cabellos, pero Kendraa y Lannie intervinieron para separarlas, y la llevaron al baño de damas para calmarla.

-¡Déjenme! ¡Déjenme! La voy a matar ¡Sueltenme!-Exclamó Kennedid queriendose safar del agarre de Kendraa y Lannie.

-¡Calmate! Ya dejala, pobre ilusa-Respondió Lannie acomodando el cabello de Kennedid.

-Esto no se va a quedar así-Balbuceo Kennedid haciendo mímica.

Cuando salieron del baño Carlos se hacerco hacia ella, mirándola fijamente, una mirada que nunca tenia, sólo en pocas ocasiones, y todas, cuando estaba furioso.

-¿Qué? ¿Siempre será así?-Preguntó Carlos furioso.

-¿Qué? ¿Estas loco? Preguntame como estoy o no se sol...-

-Creí que eras diferente, pero ya veo cuán equivocado estaba-Interrumpió Carlos marchándose.





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