Capítulo 38

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Dos semanas Después.

Becky hacia sus maletas en su habitación, ahora si la desicion de irse estaba bien tomada, en la última semana casi no había visto a Josef, pues el le pidió despejar su mente y despedirse de sus amigas, pero ellas más que nada disfrutaron el momento, pues no se verían pronto, si no hasta que llegará el día de su boda, que sería más o menos en 6 meses; mientras arreglaban todo.

Al terminar de hacer sus maletas, Becky vio un porta~retrato en la cómoda junto a su cama, el cual tenia una fotografia de ella y de Kendraa cuando recién se conocieron, la primera foto juntas de hecho, la tomo y admiro detenidamente, se veían completamente felices, llegaron a su mente mil recuerdos de todas las locuras que habían hecho juntas, no pudo evitar llorar, colocó el porta~retrato en su regazo y apoyo sus codos en sus piernas; de modo que las Palmas de sus manos tapaban sus ojos, y dejó escapar unos sollozos.

Kendraa que la miraba recargada en el marco de la puerta entró y se sentó junto a ella. -¿Qué te pasa?- Preguntó mientras la abrazaba.

-Mira- Respondió Becky entregandole el porta~retrato.
-¿Lo recuerdas?- Agregó reincorporandose.

-Como si hubiese sido ayer- Respondió Kendraa con una sonrisa llena de nostalgia.

-Kendraa, gracias por todo, quiero que sepas que eres mi mejor amiga, siempre lo vas a ser, y más que mi mejor amiga eres como mi hermana, no se que hubiera sido de mi si no te hubiese conocido, eres increíble, y mi vida no estaría completa sin ti y sin las otras chicas- Dijó Becky con lágrimas en los ojos.

-Becky...- Fue lo único que pudo procesar Kendraa pues no podía dejar de llorar. -Becky, me mata la idea de que tengas que irte, pero tarde o temprano tenía que pasar, no te preocupes por nosotras, tienes que ser feliz ¿Puedes entenderme? Si tu eres feliz yo también lo soy- Agregó entre lagrimas.

Becky se lanzó a los brazos de Kendraa y se fundieron en un abrazo tierno, pero ellas sabían que bien o mal era de los últimos. Se separaron y Kendraa la guió hasta su cuarto, esta le entregó un porta~retrato bastante grande color dorado con pequeños corazones de brillantina color rojo en los bordes, adentro tenía una fotografía de las cuatro chicas juntas en la playa, lo que le hizo recordar el primer viaje que emprendieron juntas. Becky abrazo fuerte a su amiga mientras le susurraba al oido mil veces gracias.

-Le enviaré un mensaje de texto a Lannie y a Kennedid para que vengan e ir a un Restaurant, es tu último día aquí- Exclamó Kendraa sepandose de ella y sonriendole.

-Esta bien, quisiera quedarme con ustedes...- Balbuceo Becky limpiandose las lagrimas.

-Olvidalo, vamos a terminar de arreglar tus cosas-

Kendraa: Chicas vamos a un Restaurant a despedir a Becky.
Lannie: ¿Estas en tu apartamento?
Kendraa: Si.
Kennedid: Llegamos en una hora.
Kendraa: okey las espero.

Al terminar de hacer las maletas, comenzaron a arreglarse, Becky se vistió con un vestido que le llegaba poco arriba de las rodillas color coral de encaje y zapatos un altos dorados, se maquillo leve; base, rimel, lápiz para ojos, delineador y color carmín en los labios, su cabello estaba suelto, sólo se colocó unas extensiones que le llegaban un poco abajo de la cintura.
Kendraa traía puesto un vestido asimétrico azul cielo, unos tacones de plataforma corrida en Cuña pura, estaba peinada con un moño perfectamente hecho, y maquillada igual que Becky; a excepción de sus labios, estos eran de color rojo intenso.
Lannie y Kennedid posaban vestidos pegados a la mitad de las piernas, el de Lannie era color negro, mientras el de Kennedid Rosa fosforescente, los zapatos de ambas eran de aguja, los de Lannie dorados y los de Kennedid negros, y levemente maquilladas.

Después de revisar que nos les faltase nada, salieron del apartamento hacia un elegante Restaurant. Al llegar a este ordenaron Langosta, ostiones y champagne, mientras pasaban una agradable tarde.

-Señoritas, si me permiten quiero hacer un brindis por Becky, para que su vida con Josef sea la mejor que pueda tener- Exclamó Kendraa alzando un poco su Copa de Champagne.

Todas alzaron su Copa, aunque Becky con un leve sonrojo en las mejillas.

-Yo quiero desearte mil y un noches llenas de placer acompañadas de orgasmos cada vez mejores, y... amor también- Dijó Kennedid con una sonrisa pícara.

-¡Kennedid!- La reprendió Becky aun mas sonrojada y mirando hacia abajo.

-Esta bien- Balbuceo Kennedid dejando su Copa sobre la mesa y alzando las manos a la altura de sus ombros. -Si no las quieres yo si- Agregó riendo.

-Bueno bueno bueno, yo quiero brindar para que seas muy feliz, y de verdad deseo que nunca se les acabe el amor- Dijó Lannie llevando su Copa al centro de la mesa, donde todas las unieron y dieron un trago.

-Chicas... No se de que manera agradecerles todo el apoyo que me han dado, son mis mejores amigas, son... Son como mis hermanas, no se que sería de mi sin ustedes- Respondió Becky casi derramando una lagrima.

-¡No!, Becky, no llores, el maquillaje se va a arruinar- Exclamó Lannie tomando la mano de Becky.

-Lannie tiene razón, siempre estaremos juntas aunque estes lejos, siempre contarás con nosotras- Dijó Kennedid sonriendole.

Las chicas pasaron un buen rato, lo disfrutaron al máximo, pues sabian que sería de los ultimos, si no es que el último. Al llegar al apartamento de Kendraa quedaron exhaustas, y se dedicaron a dormir, excepto Kendraa, ella bajo al apartamento de Matt.

Matt le abrió la puerta de su apartamento con media sonrisa, se sorprendió un poco al ver lo arreglada que estaba Kendraa, aunque le causó un poco de gracia mirarla en pantunflas.
Le indicó con la mano a que pasara.

-¿Qué tal tu dia?- Preguntó Matt con una pizca de indiferencia.

-Estubo bien, gracias por preguntar- Respondió Kendraa sentándose en el sofá.

Matt se sentó junto a ella, con un brazo la rodeó por los hombros y con el otro apagó la T.V, beso con cariño su frente.

-Quédate esta noche- Susurró Matt en el oído de Kendraa, causando que se le erizará la piel.

Kendraa giro un poco la cabeza, casi ni podía verlo. -No puedo- Respondió sonriendo.

-¿Porque no?- Preguntó Matt mordiendole levemente el lóbulo de la oreja.

Kendraa arqueo un poco la espalda y se separó de el. -Mañana será un día pesado, y debo descansar- Respondió.

-Nadie dijo que no descansarias- Dijó Matt poniendo su mano en el abdomen de ella.

-¿Que quieres hacer?- Preguntó Kendraa una sonrisa pícara.

-Lo que Tanto te gusta-

Kendraa se sonrojo bastante. Tomó el rostro de Matt y beso sus labios con una pasión inigualable.

-¿Eso es un si?- Preguntó Matt separándose un poco.

-Si- Respondió Kendraa, después lo devolvió a sí para besarlo con necesidad.

Matt recorría con sus manos la pequeña cintura de Kendraa deseando arrancar el vestido, y hacerla suya en ese momento, Kendraa también deseaba ser suya en ese instante, pero mientras se dejaba querer de una manera muy excitante.



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