Mi laguna

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-¿Abigail? ¿Qué pasa? -Me preguntó alarmado Ethan.

Walker y Rebecca se acercaron a mí y me miraron con el ceño fruncido.

-La nota, ¿te acuerdas de la nota? -Le pregunté a Ethan algo angustiada.

-Sí, sí, ¿qué pasa con ella?

-Creo que ya sé a lo que se refería con laguna, Ethan...

Rebecca estaba totalmente confundida y nos miraba a los dos con cara de no saber por dónde iban las tornas, Walker, sin embargo, se estaba dando cuenta poco a poco.

-¿Se puede saber de lo que estáis hablando? -Nos preguntó ella algo molesta. Siempre le gustaba tener todo bajo su mano, no le gustaba que se le escapara nada.

Saqué otra vez la nota de mi gabardina y se la entregué a Walker. La leyó en voz alta para que Rebecca se pudiera enterar y se me quedaron mirando estupefactos.

-¿Cuándo has encontrado esta nota? -Me regañó ella.

-Después de nuestra pelea... -Le respondió Walker en un susurro.

Rebecca afirmó lentamente con la cabeza comprendiendo la situación ahora algo mejor.

<<¡¿Qué?!>> ¿Se lo había contado a Rebecca? ¿Por qué? ¿A ella que le importaba lo que hiciéramos nosotros dos?

-¿Por qué eres tan desobediente? ¿No te dijo Walker que no fueras sola? ¿Sabes lo que podría haber ocurrido? -Me gritó esta.

-¡No eres quién para decirme lo que tengo que hacer, Rebecca! ¡Ninguno de vosotros! -Les grité dirigiéndome a los cuatro. -¡Vivo mi vida como quiera vivirla, y si me queda poco de ella, no la quiero perder teniendo que soportar cómo me la organiza una panda de críos pijos súper profesionales en su trabajo que han estudiado tres carreras al mismo tiempo en Harvard!

Al momento en que esas palabras salieron por mi boca me quedé de piedra. No quise decirlas, no de esa forma tan brusca. Pero estaba enfadada porque Walker le hubiera contado lo de la pelea a Rebeca y porque me irritaba cómo me criticaba como si fuera una niña pequeña.

Se quedaron helados cuando oyeron mis palabras. Caroline se quedó con la boca abierta y mirándome con lágrimas en los ojos; Ethan tan solo me miraba serio, pero aún había algo de dulzura en la mirada; Rebecca desprendía furia e ira; y Walker... Al mirarlo apartó la mirada rápidamente y se fue cabreado lejos de nosotros. Más bien de mí...

-¿Es eso lo que piensas de nosotros? ¿Que somos unos críos pijos a los que les gusta matar? -Soltó Rebecca con asco.

-No, no quería decir eso. -Me intenté disculpar.

-Ya... -Dijo poniendo los ojos en blanco.

-¡Damos la vida por ti, Abigail! -Gritó Walker volviendo hacia nosotros.

Vino directo hacia mí con furia en los ojos y tuve que retroceder unos pasos para que no me llevara por delante. Me dio un empujón en el hombro para que subiera la mirada.

-¡¿Doy mi vida por salvar la tuya, y yo soy un crío pijo?! ¡Deberías agradecerme todos los días el tenerme al lado, Abigail D'Uberville! Podría estar todos los días haciendo lo que me diera la gana en ese momento, ¡pero no! ¡Estoy salvándote el pellejo intentando que no hagas ninguna estupidez para que ese lunático no te mate! -Podría decir que me dio miedo cómo me lo dijo, pero una parte de mi ser nunca le temería a Walker.

En vez de soltar toda la furia que tenía acumulada, me quedé callada mirándolo a los ojos fijamente. Sabía que eso le irritaría más. Sus ojos verdes me miraban sin luz, sin gracia alguna. Se podría decir que podían reflejar su alma vacía, pero lo que realmente reflejaban era dolor.

En el enigma [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora