Arrepentimientos

210 26 85
                                    

En cuanto entraron los primeros rayos de sol por la ventana, me maldije por dentro por no haber corrido la cortina la noche anterior. Sentí el calor en el rostro y me desperecé en el suelo. En ese momento noté un pinchazo en la espalda y el cuello y me di cuenta de que me había quedado dormida sentada en el suelo y apoyada en Walker, quien se estaba moviendo en el sofá. Percibí cómo se hinchaba su pecho y soltaba el aire despacio. De reojo, vi cómo se llevaba la mano a la cabeza y se frotaba la frente haciendo una mueca de dolor. Seguramente, la borrachera de anoche le pasaba factura ahora. Me separé un poco y me froté los ojos con los dedos. Nada más volver a abrirlos, observé cómo se erguía rápidamente y maldecía en voz alta al sentir el dolor de cabeza.

—Dime que no lo hicimos anoche... —dijo con el tono más alto que pudo soportar.

Me levanté del suelo y sentí otra vez el pinchazo por haber dormido en una mala postura. Me tropecé con la mesilla de centro y perdí un poco el equilibrio por lo sorprendida que me quedé al oír lo que decía.

—¿Qué? ¡No! —respondí con rapidez.

Frunció el ceño y puso otra mueca de dolor por haberle hablado demasiado alto. Aunque eso se lo había ganado él solito; no debería de haber bebido anoche.

—¿Puedes no hablar tan alto? Me va a explotar la cabeza... —Se llevó las manos a la frente y cerró los ojos con fuerza.

—Ese es tu problema. ¿Por qué tuviste que beber? Sabes perfectamente que eso no va a solucionarte nada...

Se me quedó mirando fijamente con la boca entreabierta. Tenía la piel muy pálida en ese momento, a pesar de que su piel no estaba muy bronceada de por sí... Más que americano parecía noruego en esos instantes, si no fuera por su pelo tan negro. Sus ojos verdes tenían un color muy intenso, tal vez de haber descansado lo suficiente, pero aún quedaba un poco de rastro de los ojos rojos que tenía anoche por el efecto del alcohol. Le devolví la mirada desde arriba y me crucé de brazos.

—¿Qué te dije estando borracho?

Ahora me tocó a mí quedarme con la boca entreabierta sin saber qué decir. ¿Le iba a contar que casi nos besamos en la cocina o que casi nos besamos en el salón? ¿Y si empezaba contándole lo de las salchichas Frankfurt? Hice lo mejor que podría haber hecho en ese momento: seguir tal y como estaba con los brazos cruzados y manteniéndole la mirada.

—Abigail... —Se levantó del sofá y se acercó a mí, demasiado—. ¿Qué te dije anoche? —En sus ojos pude captar preocupación, pero, ¿por qué?

—¿Tan borracho estabas que no recuerdas absolutamente nada?

Noté cómo se quedaba pensando en algo, tal vez en lo sucedido hace varias horas, durante unos segundos.

—Lo suficiente como para saber que aprovechaste muy bien la noche...

Me quedé helada.

—¿En serio? ¿Soy yo la que aprovechó la noche? —Le pregunté sarcástica y exasperada—. ¡Que yo sepa fuiste tú el que se bebió medio bar y llamó a mi puerta en la madrugada con ojitos de cordero degollado!

—¡Estaba borracho! ¡No sabía lo que hacía! Si no lo hubiera estado, estate segura de que no habría pisado tu suelo. ¡Ni me habría acercado!

—Pues si no querías pisar mi suelo, ¿por qué bebiste? Te debería de haber dejado en el pasillo con la ropa mojada, pero no lo hice por pena. —Cogí aire y lo intenté contener un rato para ver si me conseguía calmar, pero la rabia era demasiada—. ¿Tú te viste la cara que me pusiste al abrirte la puerta?

En el enigma [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora