Miré al lago y temblé, hacía frío aquella noche como para estar sin mangas con un vestido roto y desquebrajado. Y más teniendo en cuenta que las navidades estaban cerca ya.
No sabía qué hacer en ese momento, no tenía nada con lo que comunicarme con nadie y salir del parque significaría tener que pasar por un bosque a oscuras, sin zapatos y con todo el cuerpo pidiendo a gritos descanso y calor.
Me temblaron las piernas del cansancio y caí de rodillas al suelo. Entre sollozos, me tumbé mirando a las estrellas y acurrucándome para conseguir el mayor calor corporal posible. No lloraba por el frío ni por la situación en la que estaba ahora, lloraba por pensar que podría morir allí mismo sin haberme quedado en paz conmigo misma. Antes de que mi muerte llegara quería hacer muchas cosas, quería luchar por mi familia, vengando su muerte; quería dejarle claro a las personas que me importaban que realmente las quería; quería haber dicho antes cosas que aún no había conseguido pronunciar; quería haber vivido momentos que no habían llegado todavía; y sobre todo, lo quería a él. Lo quería a él como no había querido nunca a nadie y me era frustrante tener que actuar enfrente de él como si lo odiara cuando en realidad era todo lo contrario.
Lloré durante largos minutos, perdí la cuenta del tiempo que llevaba allí tumbada, pero lo único que me importaba era seguir llorando. Toda la carga que había estado soportando desde la tragedia la estaba soltando sobre aquel césped. Me abracé los brazos y me los froté para darme calor, pero fue inútil.
Cuanto más tiempo pasaba, más pensaba que sería aquel lugar donde tendría lugar mi muerte. Hasta que un helicóptero que volaba por la zona iluminando el parque se percató de mí. Me puse en pie y miré hacia arriba, pero lo único que conseguí fue cegarme por la luz. Me puse la mano en los ojos para taparla y solté los zapatos de tacón. Alguien se asomó desde el helicóptero y me gritó algo:
-¡Abigail! ¡Agárrate! –Dijo una chica morena colocando una escalera de cuerda y dejándola colgar de allí arriba.
Conseguí saber quién era por la voz y algo en mí, por mucho que la odiara, se alegró al reconocerla.
Conseguí agarrarme a la escalera e intenté trepar, pero mis brazos fallaron. No tenía fuerzas ni para sostener mi propia alma. Caí al suelo de culo y esta soltó un bufido.
-¿Me vas a hacer de bajar? –Dijo Rebecca con rabia y frustración.
Alguien, desde dentro, la llamó y le dijo algo que no oí y esta puso los ojos en blanco, dejó en manos de la escalera a otro y empezó a bajar. Cuando llegó a mi lado me tendió la mano y se la agarré no con mucho ánimo.
-¡Sujétate fuerte! Si te caes a varios metros de altura no me haré responsable.
-¿En serio? ¿No tienes otro momento para hacer de diva? –Le solté.
Me miró con arrogancia y tiró de mí para arriba. Una vez sujetas a la escalera fuimos subiendo poco a poco a la vez que el helicóptero se alzaba. Procuré no mirar hacia abajo, si lo hacía seguro que me daría algo.
-Por tu culpa han disparado a Walker. Eres la persona más ruin que he conocido. ¿Tiene que morir todo el mundo que te intenta proteger? Y es que, encima, ni nos lo agradeces...
Se me paró el corazón.
-¡¿Qué?! –Conseguí pronunciar.
-Como lo oyes, estúpida. –Se le empezaron a llenar los ojos de lágrimas, pero lo intentó disimular. Siguió subiendo hacia arriba y empujándome para que subiera.
Logramos llegar al helicóptero y nos quedamos ambas con la respiración agitada y con las piernas colgando del hueco donde estaba la escalera. En cuanto lo conseguimos estalló en llanto.
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En el enigma [TERMINADA]
ActionUn pasado que duele recordar, un presente agotador y asfixiante y un futuro quizás no muy largo para algunos. Si la única solución para acabar con ese sufrimiento es morir, ¿queda otra opción? Para Abigail el pasado es una profunda laguna marcada po...