En el enigma [TERMINADA]

Intruso

Llevaba tres horas y cuarto entrenando y el sudor me recorría toda la cara. Pero no me importaba, tan solo quería olvidarme de todo un rato.

Me quité los guantes de boxeo y los dejé en el banco a la vez que me sentaba. Me sequé el sudor de la frente con una toalla y abrí una botella de agua. Me eché un poco en las manos y el resto en la cara. El agua me sentó bien, me refrescó y parece que se llevó parte de mis males. Me restregué la toalla por los ojos y la tiré al suelo.

Miré a mi alrededor y me sentí sola. Sabía que toda la gente que estaba en el Clan me protegía, pero su protección no me daba más que eso. Protección. Sentí una opresión en el pecho, algo que sólo un poco de cariño podría quitar. Suspiré.

Cogí la mochila que tenía enganchada en uno de los soportes de madera de la pared y metí la toalla y la botella de agua. Cerré la cremallera y alguien me rozó el hombro.

-Abigail. -Me llamó Paul, uno de los gemelos que teníamos en el Clan. Eran buenos aplicando estrategias de ataque, y fue por eso por lo que los metieron en este mundo.

-¿Qué quieres?-Dije en un tono seco. Me quité su mano de encima y fui a guardar los guantes de boxeo.

-Tú siempre tan agradable... -Me puso los ojos en blanco y me siguió hasta la sala de equipamiento. -Te quería avisar de algo que hemos encontrado.

Me di la vuelta al momento de oír eso y lo miré con ojos expectantes. Si habían encontrado algo yo quería saberlo.

-Te escucho.

-La llamada de teléfono que recibiste hace un par de semanas, la hemos detectado y sabemos de dónde provenía.

Me pasó un papel con una dirección. Lo cogí y lo leí con atención. Si de ahí vino la llamada del hombre que mató a mi familia, tendría que ir a ver por qué ese sitio. Ese hombre no se andaba con tonterías y era muy difícil que lo cazáramos, pero tenía que intentarlo al menos.

<<6th Av. junto a Bryant Park en Bank of America Tower>>

Metí el papel en el bolsillo de la mochila y le di las gracias, cosa que no solía hacer.

-¡Espera! Te lo he dado porque quiero acompañarte. Puede ser peligroso que vayas sola. -Me dijo cogiéndome del brazo.

-Sé cuidarme yo solita, Paul... -Me solté de su agarre y me dirigí hacia la puerta para marcharme.

-Sé que te sabes cuidar solita, pero quiero acompañarte. Y no te lo estoy pidiendo.

Puse los ojos en blanco y accedí con la cabeza. Si así estaba más tranquilo, creyendo que iría conmigo... Lo único que quería ahora mismo era llegar a mi casa, ducharme y tirarme en la cama. La lucha de hoy había conseguido hacerme hematomas en algunas zonas de la piel. Esos hombres eran muy brutos.

Eran. Ahora estaban muertos.

Al salir por la puerta me encontré con el otro gemelo, Alan. Los diferencio gracias a que un día me di cuenta que cada uno lleva el tupé para un lado diferente. Paul lo lleva hacia la derecha y Alan hacia la izquierda. ¿O era al revés? ¡Qué más da!

Me miró y se acercó a mí.

-¿Te ha dado la nota Paul? -Me dijo antes de frotarse los ojos con las manos. Estaba cansado, todos lo estábamos.

-Sí. Gracias. -Dije rápidamente. Quería llegar a casa ya.

Fue a replicarme, pero yo ya estaba demasiado lejos de él. Puse mi dedo en el escáner y la puerta se abrió al instante.

Cuando conseguí llegar al vestíbulo del edificio me abroché más la gabardina negra. Un hombre entró de la calle y aproveché que había dejado la puerta abierta para salir. La noche era algo fresca, pero aún no hacía un frío helador que no se pudiese soportar. Cogí un taxi y le dije la dirección. No veía la hora de quitarme las botas de tacón.