Música II

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LES DEJO EL CAPÍTULO DE HOY.

COMO YA TODOS SABRÁN, HOY SALIÓ EN ALGUNOS CINES Y EN iTUNES (SOLO U.S.A.) LA PELÍCULA DE BARE INTERPRETADA POR NUESTRA QUERIDÍSIMA DIANNA AGRON ASÍ QUE LES DEJO EL LINK DE LA PELÍCULA SUBTITULADA PARA QUE LA DISFRUTEN.

http://pelis24.com/peliculasvose/22581-bare-2015-online.html


Rachel

Los días fueron transcurriendo y, sin darme cuenta, llegó el momento de empezar con las clases. En apenas un par de días daría comienzo el año universitario y, como el anterior, había decidido seguir con mis prácticas en el periódico local. Estaba compuesto en su mayoría por estudiantes de Periodismo, a excepción de los directores de cada sección y el editor jefe, que eran periodistas veteranos y formaban parte del profesorado de la facultad. Me había decantado por escribir para la sección de cultura, redactando críticas sobre cine y literatura.

Durante el curso anterior me había pasado el día leyendo libros de distintos géneros, arrastrando a Kitty a Madrid para que me acompañara a ver las películas de cine independiente que, por norma general, no solían llegar a los cines de nuestro pueblo. Me había gustado la experiencia de analizar lo que leía para luego escribir un par de críticas quincenales. Elegía un libro y una película actuales que me parecieran interesantes, y luego daba mi opinión sobre los mismos en mi sección. Mucha gente me había agradecido personalmente haber recomendado tal o cual obra, acercándose a mí para compartir sus impresiones. Eso me llenaba de satisfacción. A pesar de ser una carga extra sobre mi calendario universitario, especialmente en época de exámenes, me gustaba demasiado colaborar en el periódico y aquel año quería continuar.

Para el primer número de octubre ya tenía en mente un libro de uno de mis escritores favoritos, un norteamericano llamado Paul Auster, cuya forma de escribir y sus complejos personajes encontraba sencillamente sublimes. Ya llevaba leído más de la mitad de uno de sus últimos libros: El palacio de la luna. No me arrepentía en absoluto de haber elegido aquel título para dar comienzo a la agenda de aquel año. En cambio, para la crítica sobre cine aún no me había decidido por ninguna película en especial. Tenía en mente dos o tres, y quizá tuviera que ir a Madrid en los próximos días para verlas y así poder inclinarme por una en concreto.

Aquella tarde tuve mi primera reunión de ese curso con los demás colaboradores del periódico, cuyas oficinas se habían instalado en la planta baja de la facultad de Periodismo.

No contábamos con demasiado espacio, pero tampoco importaba ya que, salvo los días que nos reuníamos para trazar las líneas del siguiente número a publicar, casi todos trabajábamos desde casa y llevábamos nuestro trabajo al director de sección para que lo revisara antes de entregarlo definitivamente a los chicos de maquetación.

Al terminar la reunión, avancé a paso ligero por el largo pasillo que se dirigía al vestíbulo de acceso al edificio mientras me iba poniendo mi gruesa chaqueta de pana; aquella tarde de finales de septiembre era más fría de lo habitual. Kitty me esperaba en el centro del pueblo para tomar algo juntas, con lo que una vez crucé las altas puertas de cristal bajé a zancadas las escaleras que daban paso al aparcamiento de mi facultad. La reunión había durado algo más de lo esperado y si no me daba prisa iba a llegar muy tarde.

Subí a mi coche y conduje por las calles del campus en dirección a la carretera que, a través de las urbanizaciones, se dirigía al casco viejo de Montegris. Tarareando una canción que sonaba en la radio, repasé mentalmente el transcurso de las dos últimas semanas.

Quinn parecía estar habituándose a su nueva vida sin problemas. No nos habíamos visto demasiado. Ella había aprovechado el tiempo que le quedaba libre antes de empezar las clases para refrescar en su memoria lo que había aprendido anteriormente en su paso por la Universidad Politécnica de Madrid. Mi padre le había invitado a hacerlo en su estudio, donde le adjudicó una mesa. Ella aprovechó la oportunidad para no quedarse todo el día a solas en su habitación y así repasar sus libros en compañía de otros arquitectos a los que podía consultar dudas y pedir consejo.

La canción número 7 (Faberry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora