24.Secreto

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N/A: Atención para entender mejor el capítulo, necesitas leer el flashback del capítulo 8.1, si tienes excelente memoria no es necesario.
=Margaret=
Me encontraba en mi habitación, recordando lo molesta.que estaba.  Días como estos sólo podían pasarme a mí.

Tenía por lo menos 10 llamadas perdidas, y un montón de mensajes, todos de él.

Darren Skyes había salido de mi vida de la misma manera en la que entro y en la que ahora volvía. Sin algún aviso.

Recordé que Mía lo había llamado su futuro novio, ojalá y se le cumpla su horroroso sueño.

Escuche el ruido de las ramas moverse, el aire parecía ser más fuerte de lo que pensé. Me asomé por la ventana para verificar la intensidad del viento pero ni una hoja del  árbol se movía. "Tal vez una ardilla" pensé.

Volví la vista hacía la pared dónde pósters de Meryl Streep y Julia Roberts me miraban fijamente.

El ruido de las ramas volvió y esta vez decidí salir a buscar a el animal.

Salí al balcón para encontrar a lo que fuera que era. Mi sorpresa fue que el animal era más bien un hombre y que ese hombre era Darren.

-¿Qué haces aquí? -pregunté alarmada.

El intentaba subir con dificultad ya que aunque era delgado era muy torpe.

Le tendi la mano por miedo a que le pasara algo y cuando por fín estuvo arriba se abalanzó hacía mí para abrazarme.

-Te extrañe tanto Margaret- lo aleje de mí y me cruce de brazos.

-PORQUE DEMONIOS NO ME DIJISTE QUE ESTABAS EN LOS ÁNGELES- le reclame.

Había conocido a Darren Skyes en un campamento de Química en Londres (aunque el es de los Ángeles, sus padres vivían en Londres por el trabajo de su padre) ya se que es sorprendente, pero era amante de la materia desde que tenía 12 años y tome la primera clase.

-Llegue hace unas semanas, y entre la mudanza y el buscar escuela.-dijo tranquilo-Y quiero empezar jurando que no sabía que estudiabas ahí.

-SI HUBIERAS LLAMADO TE HUBIERAS ENTERADO- el me tapo la boca.

-Van a escucharte- dijo nervioso.

Y después me dejo hablar.

-Mis padres no estan, acompañaron a Atenea a la convención de un tal Cisco Ramón y me abandonaron .

-No te molestes conmigo-dijo abrazandome.

-No comprendes Darren, mi vida aquí no es igual a como me conociste en Londres.-el me alejo.

-¿De qué hablas? -pregunto confundido.

Las luces de un auto me alertaron y lo arrastre conmigo a mi habitación.

Cerré las puertas con seguro, busque mi pijama y estuve a punto de desnudarme cuando recorde a Darren.

El me miraba sorprendido por lo que estuve apuntó de hacer.

-Espera aquí-le indique.

Me encerre en el baño y me apresure a ponerme mi pequeño camisón, salí del baño y Darren estaba sentado en la cama. Me miro de arriba a bajó y sonrió.

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