42.Adiós.

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Margaret.

Aún tenía el brazo de Darren rodeando mi cintura, el reloj marcaba casi las siete y si mi memoria no fallaba mi vuelo salía a las 10:30. Tenía que irme ya.

Para mi buena suerte después de nuestra peculiar noche Darren había traído mi silla de vuelta y la había dejado junto a la cama.

Aproveche que Darren se movía para poder soltarme de su agarre.

Ahora sólo tenía que arrastrarme hacia la silla sin hacer mucho ruido ni movimientos bruscos para evitar levantarlo.

Intente mover las piernas pero los movimientos aún eran pequeños, pero de algo a nada.

Comencé a arrastrarme con las manos hasta que estuve en la orilla de la cama, con la mano alcance la silla lo suficiente para lograr sentarme en ella. Esto era algo que habia hecho un montón de veces el problema era que ahora tenía a alguien semi desnudo a mi lado y tenía que cuidar el que no se despertara.

Salí del cuarto sin hacer ningún ruido, lo que casi era imposible, ya que el cuarto de Darren estaba repleto de cosas fáciles de tirar.

Llegue a mi habitación y la nostalgia de verlo por última vez lleno mi pecho.

Aún seguía pensando si debía poner el apartamento en venta o guardarlo por si algún día venía a quedarme y necesitaba esconderme de el mundo.

Lleve mi silla hasta el lugar donde tenía mi pequeña maleta de viaje, no necesitaba llevar tantas cosas, mis padres tenían una habitación repleta de ropa en Londres y creían que podían convencerme de volver, al parecer si había funcionado.

Me dirigí al baño para lavarme los dientes y peinarme.

Aunque sonara extraño aún dependía de mi hermana para bañarme, así que tendría que esperar el llegar a Londres para que mi madre o alguna de las sirvientas me ayudara a bañarme.

Mientras me cepillaba el cabello, decidí observar fijamente mi reflejo.

¿Realmente quería irme? ¿Aún después de lo que había pasado anoche?

Era cobarde y estúpido lo que hacía ¿Por qué no esperaba a que Darren se levantara para decirle que me iría a Londres?

Tal vez no quería ver su reacción ya que sabía que al final el me detendría y me quedaría.

Pero escapar cuando el estuviera durmiendo me hacía parecer una prostituta.

Termine de cepillar mi cabello era hora.

Tenía que irme.

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=Darren=

La escuche levantarse e intentar llegar hasta la silla, la escuche cerrar la puerta de mi habitación y abrir la del suyo ¿Pero por qué no la había detenido?

Al parecer en el fondo, yo sabía que esto pasaría, una noche juntos y ella se iría. Aún así no me hacía sentirme mejor.

Ella había dicho que después de la cena todo terminaría y yo había aceptado. Oh bueno eso era lo que creía.

Me levante de la cama y busque mi teléfono, esperaba no haberlo dejo afuera ya que la emoción de la noche, me había hecho perder la cordura.

Me acerque a mi pantalón, tirado en una esquina de la cama, metí la mano en el bolsillo y lo encontré.

Me quedaba 20% de batería y tenía varios mensajes de Atenea, pero ahora no era momento de leer sus reclamos por dejar a su hermana, necesitaba un consejo, uno real.

Nuestro AcuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora