29.1Realidad

289 26 0
                                    

Margaret.

Llevaba tres dias en el hospital, tres días sin mover las piernas, tres dias encerrada con Darren, tres dias viendo doctores, tres dias sin ver a mi hermana, tres días con el mismo sueño.

Aveces me sentía terrible por soñar con Darren intentando asesinarme, el se había encerrado conmigo, comía únicamente sándwiches y café que le traía la enfermera, dormía en el sillón removiendose toda la noche, se bañaba y trabajaba en mi habitación.

Y yo le pagaba soñando que el me disparaba, creyendo que me mira de manera diabólica cuando dormía y pensando que va a matarme en cualquier momento.

No lo había comentado sobre mis pensamientos y sueños, tenía miedo de que se alejara y me dejara sola.

No era lo que quería.

Suspiro y el voltea a verme.

Esta hablando en una esquina con mi doctor, aparentemente mañana saldría del infierno.

El doctor salió de mi habitación, no sin antes regalarme una sonrisa.

-Te iras mañana- me dijo Darren con una sonrisa.

-No se si estas más emocionado tú o yo-le devolví la sonrisa.

El soltó una carcajada y se sento en su sillón.

-Dime ¿Dejaras que tus amigos te vea o continuaras en cautiverio?

-Cautiverio, definitivamente-dije tranquila.

-Tu hermana cree que te tengo secuestrada-sonrió.

-Tal vez debas decirle qur trajimos a un sacerdote y nos casamos.

El nego con la cabeza divertido y comenzó a buscar en su pequeña mochila con ropa, que su hermana le había dado a través de la enfermera.

La pobre mujer se había convertido en nuestra paloma mensajera con el exterior.

Darren sacó su pijama y se levantó.

-Ire a ponerme esto-dijo señalado el baño.

-¿Por qué nunca te cambias en el sillón, delante mío? -pregunté.

-Así que tú quieres verme sin camisa-sonrió-Lo hago por respeto, eres mujer y desnudarse frente a ti, seria como pedirte que te desnudez para mí-lo mire sonrojada-Además, podría entrar la enfermera.

-Te he visto sin camisa-le recuerdo.
-Y siempre término mal-sonrió-No me arrepiento-dice intentando calmarme.

-Esta bien, puedes ir al baño-el me guiño el ojo y se fue.

Me quede sola y como siempre que lo hacia intenté mover las piernas, no lo logre.

Siempre que me daba cuenta de mi inutilidad me daba una rabia como para matar a todos, pero al ver a Darren la rabia se rompía y me convertía en el Océano Pacífico.

Tenía que calmarme y de preferencia que fuera pronto.

-Estaba pensando-dijo Darren cuando salió del baño- Que deberíamos ir de vacaciones a algún lado.

-Yo paso, gracias-dije rápidamente.
-Cuando dije deberíamos estaba pensando en tu y yo. No en yo y mi amigo imaginario Chasse. Así que tu negación no es necesaria. Iremos a alguna isla en alguna parte del mundo o a México.

-¿México? -pregunté.

-Quiero comer tacos-sonrió-Los tacos de aquí son una mierda en comparación.

-No quiero ir de viaje y no poder moverme a mi gusto. Es deprimente. -dije triste.

-Bueno, al fin y al cabo solamente es un plan-se encogió de hombros y sonrió-No estoy diciendote que tengo aquí los boletos.

-Esta bien-sonreí-Tal vez acepte.

Esta era la primera vez que dormí tranquila y sin ningún sueño aterrador.

Pero no me di cuenta que mi pesadilla apenas iba a comenzar...

-------------------
Darren

Me levanté temprano por la mañana para poder salir de la habitación  sin que Margaret me viera y así poder hablar con Atenea.

Era la primera vez que Margaret dormía con normalidad, sin jadeos o pequeños golpes a la cama, la mayoría de las veces, siempre que despertaba ella ya estaba mirando  revistas en silencio.

Pero esta vez no.

Salí a hurtadillas, con miedo de que me viera y corri al pasillo dónde Atenea dormía tranquilamente en el hombro de Maya mientras ella leía un periódico con rabia en los ojos.

Levantó la vista y me hizo un gesto para que guardara silencio.

Por primera vez vi que juntó a Atenea estaba un hombre que no conocía, pero al que Maya le dijo que se encargara de Atenea.

Este asintió y movió a Atenea para que se recargara sobre el.

Atenea se movió pero no abrió los ojos y poso su cabeza en el hombro del hombre.

Maya camino hacía mi y me jalo del brazo para alejarme del lugar.

-Creí que nunca volvería a saber sobre ustedes-dijo preocupada.

-Lo siento, pero es la primera noche que concilia el sueño-digo intentando sonar tranquilo.

-¿Así que no va bien todavía? -dijo triste.

-Margaret esta muy bien, sonríe y hace bromas, no creas que esta en depresión y sin venas-dije.

-Tal vez miente-dijo triste.

-No lo creo ¿Por qué lo haría?-dije confundido.

-Para no preocuparnos-dijo firme con la opinión sobre su amiga

-No lo creo-dije de la misma manera.

Yo había pasado tres dias encerrado con Margaret y sí, la había visto llorar pero eso no significaba que fuera a terminar con su vida.

-Bueno, entonces hoy apuesto a que si querra suicidarse.-afirmó

-¿De qué hablas?-pregunté.

Me miro dudosa y me mostró una hoja de periódico que tenía hecha bola en la mano.

La mire y entonces entendí a lo que se refería Maya.

La nota hablaba sobre el reemplazo de Margaret en la película ya que no podia continuar filmando debido a su "lesión" y la película no iba a parar solo por eso.

-Y eso no es todo, el hombre que esta juntó a Atenea es Michael, trabaja para sus padres y en cuanto Margaret salga de aquí se la llevaran a Londres.-anunció.

Entonces entendí a Margaret.

Era mejor estar en cautiverio.

--------------------

Continuará...

Nuestro AcuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora