27.2 El accidente.

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Atenea manejaba lo más rápido que el auto le permitía, tenía los ojos llorosos y el labio le temblaba. Lo más probable era que en cualquier momento o nos multaran o chocaramos.

-¿Atenea? -le dije intentando que detuviera el carro-Necesitas relajarte.

Como lo espere, detuvo el auto de golpe y si no hubiera sido por el cinturón de seguridad, ambos hubiéramos salido volando.

-¿Qué me calme? -dijo molesta-Acaban de dispararle a mi hermana, puede que este muriendo.

-Lo sé, pero si no te tranquilizas, la única manera en la que llegaremos a el hospital, sera en camilla por el choque que vas a ocasionar.

Ella me miro por unos segundos y comenzó a llorar.

-Si la pierdo...-dijo con voz entrecortada.

-Margaret es fuerte, va a salir de esta-intenté calmarla-Ahora, dejame conducir.

Intercambiamos lugares y deje que ella sollozara todo el camino.

Me sentía igual de preocupado, el problema era que no podia derrumbarme igual, alguno tenía que darle valor al otro.

El hospital estaba repleto de paparazzis.

-¿Cómo se enteraron?-pregunto nerviosa.

Bajamos del auto y todos se reunieron a nuestro al rededor, comenzamos a empujar a todos y yo recibí algunos golpes.

Cuando llegamos a el piso dónde estaba Margaret, Maya y Russell esperaban sentados.

-Es mi culpa-dijo Maya cuando nos vio acercarnos, estaba desconsolada y no paraba de llorar.

Russell la rodeaba con sus brazos, pero parecía estar perdido.

Atenea se sento junto a Maya y se abrazaron entre lágrimas.

-¿Qué fue lo que paso?-pregunté.

-Grababa una escena en la que supuestamente le disparan, para nuestra mala suerte el supuestamente se convirtió en un realmente. Nos habían dicho que ninguna pistola tenía balas, incluso se revisaron, nadie sabe de dónde salio esa bala-explicó Russell.

-¿Y el actor que disparó? -pregunté.

-No era un actor, era un extra-dijo Russell.

-Ya esta bajo custodia-dijo Maya entre lágrimas.

-¿Y cómo es que la prensa se entero?-volví a preguntar.

-Maya llamó al 911-dijo Russell.

Nos quedamos en silencio.

No podía creer que alguien quisiera lastimar a Margaret, quiero decir no es un ángel pero no ha lastimado a nadie. Tenía unas ganas enormes de matar a el hombre que disparo, no me importaba si Margaret estaba bien o no. Ese hombre merecía morir a sangre fría.

Entre la gente me encontré con la mirada de Austin y Carol, mire a Atenea que estaba con la tristeza desbordando por todo el cuerpo, ella no tenía animo para pelear con Carol y Austin.

-Soy yo, o esa es Carol-susurró Russell.

Perfecto, alguien más los había visto.

-Acompañame-le dije.

Mientras caminamos hacía ellos, pude notar que Carol le susurró algo a Austin ¿Qué hacían ellos dos juntos?

-¿Qué haces aquí Carol? -pregunto Russell antes de dejarme hacerlo a mí.

-Me enteré de lo de Margaret, quería conocer su estado-dijo nerviosa.

Russell soltó una risa irónica.

Nuestro AcuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora