28.Inmóvil.

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Margaret

Los ojos me pesaban, realmente me pesaban. Era como si tuviera dos botellas llenas de agua en los ojos y el peso no me permite abrirlos.

-No podra caminar-escucho una voz masculina- La bala debio de haber llegado a la columna, si no hubiera entrado al quirófano, tal vez no tendría esperanzas de recuperarse nunca.

¿De quien hablaban? ¿Quien era el dueño de la voz? ¿Dónde demonios estaba?

Intenté abrir los ojos pero no podía, era bastante frustante.

-Tiene que avisarle a su familia-dijo una mujer.

-Por lo que me dijo la mujer que venía con ella en la ambulancia, sólo tiene a su hermana aquí, sus padres viven en el reino unido.-le dijo el hombre.

¿Atenea estaba aquí?

-Pobre chica, por lo que sé, iba a protagonizar una película-dijo la mujer con lástima

¡HEY! Estoy aquí.

-Suministra un poco mas de sedantes, lo necesario para que se mantenga media hora así-dijo el hombre-Buscare a la hermana.

¡ESPERE! NO SE VAYA. NECESITÓ SABER QUE PASO.

-Duerme un poco más chica-dijo la mujer.

Entonces como si sus palabras fueran magicas, el peso de mis ojos desaparecio.

............................

Desperté cuando comencé a sentir frío, un frío terrible.

Abrí los ojos y me tope con el blanco de un techo, gire la vista y me encontré con un sillon y una bolsa de suero.

Estaba en un hospital.

Volteó hacía el otro lado y me encuentro con una enfermera.

-Despertaste-dice con gentileza.

Intenté moverme personas sentía un terrible dolor en la espalda.

Entonces recorde todo.

Grababa una escena con Russell, era una escena en un bosque, el y otro hombre me apuntaban con una pistola, el director gritaba cosas y me pidio que cuando escuchara el ruido de una bala, fingiera caer al suelo, después Russell me tomaría en brazos y me basaría.

Pero no tuve que fingir nada, porque una bala realmente me había impactado y después había quedado inconsciente.

-Tengo frío-le dije a la enfermera.

-Dejame ver-dijo con dulzura.

Intenté moverme pero no podía, intenté alzar la pierna, no podía no sentía las piernas.

-Tu temperatura se eleva-dijo con preocupación. Me lleve ambas manos a las piernas y ella me miro con un brillo extraño en los ojos.

-¿Qué me pasa? -pregunté.

-Llamare a tu doctor-ella salió del cuarto.

Y yo intenté moverme otra vez no podía, mis piernas no respondían, era como tener un peso muerto abajo de la cintura.

Por impulso tire el suero con mi mano creando un gran escandalo.

-No siento las piernas-me dije a mi misma-No siento mis piernas-repetí.

Alce la visita y vi a la enfermera, un doctor y Darren.

-Margaret-susurró y corrio hacía mi y con delicadeza me abrazó.

-No siento mis piernas-le dije con lágrimas en los ojos.

El me dio un beso en la cabeza y yo tome su mano.

Nuestro AcuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora