Capítulo 24: Ebria.

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MARATÓN 3 de 4.

—Hola —Saludó la voz femenina. Giré la cabeza y allí vi a la rubia—. ¿Tu eres la novia de Joe? —asentí dos veces— Qué bien. Por si no lo recuerdas yo soy Mandy, la...

—Primera y ex-novia de Joe —La corté. Me sorprendí al darme cuenta el tono seco que yo había usado para hablarle. Ella no me ha hecho nada y yo no soy así.

—Iba a decir que la amiga, pero no desmentiré eso —Rió un poco—. Quiero pedirte disculpas por lo ocurrido en Starbucks, sé que te enojaste e interpretaste mal las cosas gracias a mi comportamiento así que— volví a interrumpirla.

—Está bien, no te preocupes. Joe me explicó todo —Sonreí amable.

—Por lo que veo eres buena chica. Joe no suele hablar de las chicas con las que sale, ya que no les toma importancia, para él son chicas para pasar el rato; pero cuando me habló de ti se le veía muy emocionado. Se le nota que te ama —Mandy sonrió y me guiñó el ojo.

No sabia cómo reaccionar a eso, sinceramente. Por un lado, quería ponerme feliz, se supone que debería hacerlo. Pero por el otro, me sentí mal.

—Es bueno saberlo —Le contesté, haciendo una sonrisa que salió más a una mueca.

Mi mente se bloqueo con tantos pensamientos distrayendome de lo que pasaba a mi alrededor. Otra vez, esa sensación de culpa y tristeza que me confundían. Mandy se quedó a mi lado por un largo rato, había pedido como cinco vasos de whiskey y yo todavía no podía terminar el primer vaso de cerveza. Eran como las once y media de la noche, y la fiesta había llegado al tope. Todos estaban ebrios bailando, pero sin hacer escándalo, lo cual agradecía enormemente. Mandy me sacaba conversación de cualquier cosa, y me cayó excelente. Pero como dije, mi mente estaba en una especie de trance en todo momento.

—¿No irás a bailar? —Me pregunta, casi gritando, debido a la música fuerte.

—Luego voy —Mentí, no tenia ganas de bailar—. Ve tú, yo me quedaré a terminar esto —dije mostrándole el vaso de cerveza.

Soltó una carcajada, creo que estaba poniéndose borracha— Como quieras, chica.

Mandy se fue y yo me quedé tomando. No volví a ver a Joe ni tampoco a Nick, y la verdad, era mejor así. Las preguntas en mi mente estaban torturándome, y ni siquiera el volumen de la música fuerte interrumpía mis pensamientos. ¿Cómo fue que me metí en este lío? ¿Le diría a Joseph que volví a meter la pata? ¿Por qué me era casi imposible resistirme a mi mejor amigo?

Si, mi mejor amigo, sólo eso era y debía pegarmelo en la frente para que no se me olvide jamás. También era el hermano de mi novio.

Maldición.

—¿Puede darme algo fuerte? —Le pregunté al barman. Él me miró por unos segundos.

—¿Cuantos años tienes?

—Dieciséis.

—Lo siento, pero..—Lo interrumpí.

—Mira, soy la novia del dueño de la fiesta y de la casa, no me sermonees y dame algo fuerte, joder. —Y sí, hasta ese punto ya había explotado.

El chico –de unos veinte años o más, tal vez– me miró casi advirtiendome y me sirvió el bendito trago.

—No es el más fuerte de todos, pero puede servir. De todas formas, no te daré algo más fuerte.

—¿Qué es? —Ignoré su comentario.

—Sólo es vodka.

Con eso era suficiente. Quería olvidar los acontecimientos que habían pasado con Nick, quería dejar la sensación de culpabilidad con respecto a Joe, quería distraerme y divertirme esta noche. Tomé de un trago largo el vodka, e instantáneamente sentí como quemaba mi garganta. El sabor amargo lo sentía en toda mi boca y extrañamente me sentí bien, pero quería más. Era la primera vez que bebía algo más que no fuera un vaso de cerveza, yo no soy de tomar y cuando lo hacía, tenía un límite de solo dos vasos como máximo. Sin embargo, pedí otro vaso, y luego otro, y así hasta que el barman no quiso darme más vodka.

| Eиamorada dє mi mєjor amigσ || (Joe), Nick Jonas y tú ..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora