| Eиamorada dє mi mєjor amigσ || (Joe), Nick Jonas y tú ..

Capítulo 42: El regreso.

¡MARATON! 3 de 4.

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Cuando mis amigos y mi novio se fueron, debo admitir que me había sentido aburrida, vacía y algo sola. Eso fueron los primeros meses, y aún manteniendo contacto por llamadas, mensajes o videollamada. Después de el día de mi cumpleaños, todo tomó un rumbo inesperable. Varias cosas habían cambiado. Al día siguiente que me había despertado con una resaca que me sorprendía, porque era la primera vez que esto pasaba, de inmediato recordé todo lo que había pasado: mi desánimo al principio, la cena, Sebastian y su amigo Dylan, el bar, el mensaje o llamada que esperaba con ansias, diversión, risas, y el alcohol haciéndome olvidar de todo. Recuerdo que la resaca que me mataba no evitó a que corriera a tomar mi celular y nuevamente revisar si alguno se había acordado de mi cumpleaños. Pero no fue así. Y me sorprendía de Nick, cuando eramos niños él sabía absolutamente todo de mi y yo de él. Tal vez la distancia tiene un gran efecto en las personas, con el tiempo esas cosas se le habrían llevado el viento. Me sentí decepcionada, desanimada y triste, tal como había pasado en la infancia. Sin embargo, quise dejar un poco el drama de lado, puede que estuviera siendo exagerada, ellos estaban de gira y con tanto qué hacer tal vez se les pasó. Lo recordarán y me llamarán cuando tuviesen tiempo, me dije a mi misma. Las semanas pasaron y no recibí nada de ellos. Un día, decidí llamarlos. Mi felicidad nació cuando me atendieron y preguntaron por mi con preocupación y alegría por escucharme, pero en ningún momento mencionaron mi cumpleaños y la llamada terminó con la misma frase que estaba acostumbrada a escuchar.

«Debemos irnos, no tenemos mucho tiempo. Adiós y cuídate, pequeña.»

Y la decepción vino de vuelta. Lo peor fue que desde esa llamada ya pasaron dos meses, así es, en tan sólo unos días serían los cuatros meses y me preguntaba si volverían. Se puede decir que ya no tenemos contacto, y los extrañaba mucho. Hubieron noches en las que no podía dormir, así que colocaba sus dos únicos discos a un volumen sólo para mi y, lloraba mientras escuchaba sus voces. No podía evitar la nostalgia.
Otras cosas que habían cambiado, es que Sebastian se fue haciendo más cercano a mi, nos hicimos mejores amigos después de aquella noche. Y aunque dije que lo evitaría para que no me causara problemas, fue algo imposible ya que en clases se acercaba y como costumbre, me molestaba. Me di cuenta que él era el tipo de chico que detestas en el primer encuentro, pero con el tiempo te hace sacar sonrisas con sus tonterías. Así fue que nos hicimos amigos.
Sobre Belly, ella sigue muy ocupada con su trabajo y sus estudios, casi no ha tenido tiempo para un respiro, por lo que cuando su día termina llega a casa con deseos de dormir. Con respecto a Danielle, hace un mes que se fue de viaje con su familia y por lo que sé, no regresará en otro mes más.
Sebastian ha sido mi única salida y ventaja para todo esto.

Busqué con la mirada al castaño entre tantas personas, al no verlo me fui a sentar en una banca. Hoy pasaríamos la tarde en la plaza, fijamos el horario y recordé que él no era alguien que cumplía con eso. Suspiré, saqué mis audífonos de mis bolsillos y maté el tiempo escuchando un poco de música. Después de veinte minutos, sentí que me abrazaban de atrás y exaltada me pusé de pie viendo de quién se trataba. Respiré aliviada al ver a mi amigo riendo a carcajadas.

-¡Si serás idiota Kravid! -Le dije molesta, mientras guardaba mis audífonos de vuelta en mis bolsillos. -Me asustaste, tonto.

Él seguía riendo y yo no le encontraba gracia alguna. Me crucé de brazos mirándolo seria esperando a que terminara de reír.

-No te enojes, nena, no quise asustarte -Decía acercándose a mi y abrazándome nuevamente.
Yo me removí con intenciones de apartarme, pero él me levantó aún entre sus brazos. Ventajas de ser alto y con más fuerza que yo. -Bueno, de hecho sí.