| Eиamorada dє mi mєjor amigσ || (Joe), Nick Jonas y tú ..

Capitulo 17: Mandy.

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Cerré la puerta de la entrada de casa trás de mi, respiré profundamente y sentí como el aire puro entraba por mis fosas nasales hasta llegar a mis pulmones. Caminé tranquilamente con las manos en los bolsillos de mi abrigo negro, me dirigí hacia el parque que estaba a unas cuadras. Me senté en una banca debajo de un árbol, y desde allí comencé a observar a mi alrededor buscando algo con qué desaburrirme. Nada interesante encontré. La gente que vivía en esa cuadra salía de sus casas directamente a trabajar o a hacer las compras, los niños jugaban entre ellos, un par de parejas mostraban su amor, los pajáros cantaban, el sol comenzaba a irradiar más pero aún así hacia frio. Una mañana normal y aburrida.
Entre mis pensamientos, recordé la cena de la noche anterior. Fue una cena familiar como todas, sin mencionar que me sentí demasiado incómoda con la presencia de Nick por lo que tomé distancia. No le hablé ni me dirigí hacia él en toda la noche e intenté no hacer ningún tipo de contacto visual, pero él parecía querer acercarse a mi de alguna forma. Sin embargo, no lo hizo.
En la mitad de la cena, nuestros padres nos explicaron el motivo del por qué nos reuníamos: ellos estaban planeando un viaje a Hawaii, que por cierto no incluía hijos, así que acordaron que yo tendría que "mudarme" en la casa de los Jonas por toda una semana. Así permaneceríamos juntos mientras ellos no estaban. Un cincuenta por ciento, me gustaba la idea de quedarme sola -bueno, no tan sola- sin la presencia de los adultos, y por otra parte, no me gustaba. Ya saben, Nick.
Suspiré, y luego escuché unos pequeños sollozos. Voltee mi cabeza, y allí vi a la novia de Nick sentada en la banca de atrás con la cabeza gacha.

—Miley —La llamé tocándole el hombro. Ella alzó la vista e inmediatamente se secó las pocas lágrimas que salían de sus ojos. —¿Estás bien?

—¿Parezco estar bien? —Me pregunta irónicamente.

—No. ¿Qué te pasa?

—Nada que te importe. Ahora si me disculpas... —Decía con un tono cortante, antes de ponerse de pie e irse de allí, dejándome totalmente confundida.

De repente, fui sorprendida al sentir dos brazos rodearme la cintura por detrás. Pegué un pequeño grito y al voltearme veo el rostro de Joe aguantándose la risa.

—¡Idiota! Me asustaste —Le dije golpeándolo suavemente en el hombro.

—Si, me dí cuenta. ¿Qué haces aquí?

—Salí a caminar un poco, eso es todo —Respondí un poco distraída.— ¿Tu sabes qué le pasa a Miley?

—Si lo dices por como te trató hace unos minutos...—Hizo una pequeña pausa— Dejála, mi hermano terminó con ella anoche y obviamente, no está con el mejor humor del mundo.

—¿Qué? ¿Terminaron? ¿Porqué?

¡Ay, Nick! ...Espero que no haya sido por mi culpa.

—Cosa de ellos y, a decir verdad, no terminaron del todo, sólo se tomarán un tiempo por separados —Se encojió de hombros restándole importancia.— Oye, amor, no he desayunado...

—¿Te parece si vamos a un Starbucks? —Sugerí.

—Uhm, se me apetece más unos besos tuyos —decía atrayéndome hacia él de la cintura. Me besó dulcemente, sin perder ese toque apasionado que él agregaba cada vez que me besaba, lamentablemente opté por ser la primera en separarse. Conociéndo a Joe, sé que no lo haría hasta que nos hayamos quedado sin óxigeno. Él hizo un puchero y seguido, entrelazó nuestras manos para después dirigirnos hacia algún Starbucks.

Tomé asiento en una de las mesas de el lado del ventanal de aquel lugar, mientras esperaba a que Joe comprara los capuccinos. No tardó en venir y sentarse en frente de mi con lo que pidió. Estabámos hablando de cualquier cosa que se nos ocurriera, Joe siempre hacía las conversaciones divertidas de alguna forma. Me encantaba tenerlo como novio, era divertido y conmigo, sacaba su lado romántico que verdaderamente, como amiga, pensaba que no lo tenía. Era tan tierno. Pero por otro lado, no dejaba de pensar en el beso con Nick ni en su confesión, ambas cosas estaban encadenadas en mi mente y eso me hacía sentir culpable. No podré esconder eso por mucho tiempo, creo que lo correcto es decirle a Joe, la confianza es algo que siempre estuvo en nosotros.
Escuché un chillido femenino pronunciar el nombre de mi novio, eso fue lo que me sacó de mi mundo. Ambos miramos a la chica rubia que se aproximaba a nuestra mesa con una grande sonrisa.