Capítulo 28: Confesión.

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Mi teléfono sonó despertándome exaltada, miré la hora y eran las siete de la mañana. ¿Quien sería el que llamara a temprana hora un día Domingo? A regañadientes atendí la llamada y la voz de mi madre se hizo presente en mis oídos. Llamaba para ver cómo estaban las cosas aquí, y para recordarme que mañana vendrían. Hoy era mi último día en la casa Jonas y me sentía algo aliviada por eso. Al terminar la llamada con mi madre, me tuve que levantar. Hubiera preferido seguir durmiendo pero ya me había despavilado. Entré al baño para darme una ducha, y después de media hora, salí y me vestí. Al terminar mi rutina de las mañanas, bajé a desayunar. Todo estaba en silencio y no había nadie, supongo que los chicos aún siguen durmiendo. Miré la hora en el reloj de la cocina que marcaban las diez de la mañana y se me hizo un poco extraño al no ver a Kevin, él siempre despertaba antes que todos. Puse a hervir el agua para tomar un café y mientras esperaba, le colocaba mermelada de durazno a un par de tostadas. Después de unos minutos, el agua ya estaba lista así que me hice el café.
Mientras desayunaba, sentía que mis ojos se cerrarían por si solos debido al sueño que me volvió a invadir, estaba aburrida en medio de tanto silencio. Unos ruidos se hicieron presentes, alguien bajaba las escaleras y por la puerta de la cocina vi entrar a Nick.

— Buenos días —Me dice, apenas sonriendo.

Sus ojos se veían más chiquitos de lo normal, sus rizos aún más desordenados y su rostro mostraba puro sueño.

—Buenos días —Respondí.

Tomó asiento frente a mi, cruzó los brazos sobre la mesa y se quedó mirándola, como si no tuviese otra cosa más qué hacer. Reí por lo bajo.

—¿No desayunarás? —Le pregunté, curiosamente.

—Si, pero no me apetece desayunar aquí —Hizo una mueca y luego bostezó. Reí un poco.

—¿En dónde quieres desayunar entonces? —Le decía mientras tomaba un sorbo de mi café.

—En el centro de la ciudad. ¿Vamos? —Dijo, invitándome.

—Nick, no voy a desayunar dos veces.
—Me conformo con que sólo me acompañes.

Rodee los ojos y acepté.

Nick*

Fuimos a una cafetería del centro de la ciudad, obviamente en taxi ya que nos quedaba a casi una hora. No sólo quería desayunar fuera de casa, si no que quería pasar tiempo a solas con ____. Ya adentro pedí un capuccino para mi con unos cupcakes acompañados, y le di uno a mi amiga. Estaba pasándola mejor de lo que pensé, ambos hablábamos y reíamos como cual pareja de amigos. Era como si lo que ha estado pasando entre nosotros no estuviera afectando a nuestra amistad, y eso era lo mejor. No podía dejar de mirarla en todo momento, últimamente me era casi inevitable. Todo en ella me atraía, era un sentimiento fuerte.

—¿Sabes? Mi hermano tiene toda la suerte del mundo —Empecé a decir, y luego me di cuenta de que si seguía hablando probablemente arruinaría nuestra salida.

—¿Por qué lo dices? —Preguntó desentendida, aún con una pequeña sonrisa en sus labios.

—Porque te tiene a su lado —Le respondí, mirándola fijamente.

Ella entre abrió un poco su boca, al parecer no esperaba mi comentario. Hizo una especie de sonrisa apretando sus labios formando una linea recta y bajó la mirada. Yo también lo hice cuando un silencio entre nosotros se hizo presente, sólo podía escuchar a las demás personas hablando y riendo. Sabía que debía mantener mi boca cerrada, pero no podía ocultar mis sentimientos teniéndola en frente.

—Nick —Subí la vista y la noté un poco incómoda—, creo que deberíamos hablar sobre lo que está pasando entre nosotros.

—Lo sé. Yo de verdad siento interrumpir tu relación con mi hermano, sé que no me correspondes así que intentaré hacerme a un lado —El hecho de que no me correspondiera, me dolía. Pero es entendible, ella está con mi hermano. — Es sólo que no puedo ocultar lo que siento cuando estoy contigo, _____. Uno no puede mandar al corazón.

| Eиamorada dє mi mєjor amigσ || (Joe), Nick Jonas y tú ..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora