Safinit

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Mientras tanto en Iniart...

—Señora no cree que Anabell es demasiado joven para ir a Safinit

—Si Claudia también pensé eso, por eso Anabell crecerá un poco y tendrá recuerdos de sus hermanas.

Iniart hizo crecer la pequeña niña, Anabell ya no tenia un año, ahora tenía diez, caminaba muy bien y podía hablar pero antes de que lograra decir una palabra se dio cuenta que ya no estaba frente a esas dos mujeres que apenas reconocía. De repente se encontraba en un lugar hermoso pero muy solitario apenas habían unas rocas y a lo lejos un único árbol grande y hermoso. Camino un poco hasta la roca mas cercana y se dio cuenta de la parecencia de un hombre que se encontraba muy concentrado en unas nubes que se posaban frente el

—Yo soy Anabell, ¿quien eres? ¿Por que estoy aquí?

—Soy Saúl —dijo el extraño sin apartar la vista de aquellas nubes

—¿Por que miras las nubes? —preguntó la pequeña intentando entender que era lo interesante

—Las nubes son hermosas y solitarias, viajan por el mundo sin ser notadas, nadie las valora por las maravillosas cosas que hacen por nosotros, pero aun así están allí, ofreciéndonos lo mejor de si

—No entendí, no importa y ¿que es este lugar?

Saúl que hasta entonces no había prestado atención a la niña se levanto, era alto y se vía bastante fuerte, su cabello y sus ojos eran negros y tenía una mirada triste y perdida que no dejaba ver a la pequeña. Anabell se dio cuenta que alguien mas venia a su encuentro, parecía muy rara, pero también se veía muy dulce, tenía cabello largo y morado, era blanca y tenía unos grandes y hermoso ojos azules

—Soy Sáfira y por tu camisa tú eres la enviada de Iniart

—No entiendo nada, yo solo soy Anabell y ante era pequeñita y ahora no y no entiendo por que

—Iniart debió hacerte crecer para venir a Safinit

—Entonces ¿ella es la enviada de la que me hablabas Sáfira?

—Al parecer Saúl, yo no la conocía hasta este momento

Anabell solo podía mirarlos, en ese lugar no había nadie más que ellos y un árbol a lo lejos, quería correr y jugar, a la final era una niña hermosa que quería disfrutar de la vida y aquel lugar era perfecto para eso. Sin poder resistirse mas, comenzó a correr y a saltar como si el mundo se le fuera en ello, a Saúl y Sáfira solo les quedaba ver a la pequeña divertirse, era una niña llena de vida y felicidad pero eso no duraría demasiado y ellos lo sabían, ninguno pudo interrumpirla y solo les quedó esperar que se cansara, cuando la pequeña no pudo mas, Saúl fue hasta ella y la subió en sus hombros algo que hizo mas feliz a Anabell, se divertía mucho con esas personas Saúl y Sáfira cuidarían de ella y la harían muy feliz. Sáfira caminaba tras ellos y juntos llegaron al enorme árbol que Anabell noto desde el principio, los tres se sentaron juntos a ver una enorme luna que comenzaba a salir

—Sáfira esta niña es adorable y hermosa esto es hasta doloroso

Anabell que apenas entendía lo que decían el uno con el otro solo le quedaba mirarlos

—Lo se Saúl, por eso me quedare con ella y le enseñare de una nueva manera pero tu si tendrás que hacer lo que se dijo

—Lo entiendo. Anabell —dijo Saúl llamando la atención de la pequeña—. En este lugar aprenderás muchas cosas y la magia será una de ellas, por mi aprenderás la curación la inmortalidad y las esferas de energía, por Sáfira aprenderás los mejores, la empatía mímica y la clarividencia histórica, vivir en Safinit es un reto para cualquiera, todos los que llegan a esta dimensión aprenden a vivir o mueren. Se que Sáfira te cuidara bien y se que esto no era exactamente lo que debía pasar pero ella sabe bien lo que hace.

Saúl se alejo un poco de ambas, pero de nuevo antes de que lograra preguntar a donde iría, este se convirtió en una esfera blanca y muy brillante, al verla rápidamente se levanto quería observar la esfera mas de cerca, pero en cuanto la tocó esta entro en ella haciendo brillar su pecho, Sáfira que había estado cerca se alejo de inmediato y Anabell no logro ver a donde, lo único que sabia era que se sentía extraña, de la nada comenzó a sentir una tristeza absoluta que invadió su cuerpo, tenia todas las ganas del mundo de llorar, ya no quería correr ni saltar o jugar solo quería quedarse en un sitio y no moverse jamás, sentía tanto dolor, sentía que le habían arrebatado toda su felicidad, poco a poco comenzó a tener recuerdos dolorosos, recordó que tenia dos hermanas, no podía verlas pero sentía su amor, pero no solo eso, también sintió su dolor, las separaron y estaban sufriendo mucho, entendió que tendría que estar en ese lugar hasta que sus hermanas que no conocía se volvieran reinas de los lugares donde las habían mandado.

Se pregunto ¿donde estaría Sáfira? solo para hacerla sentir mejor, pero algo le decía que debía estar así, que todo eso debía pasar, la única cosa que hacia que Anabell no sufriera mas era la esperanza, todo eso debía acabar y ella se sentiría mejor y con todos esas ganas de vivir que tenia y luego ese mismo día encontraría a las hermanas que no lograba ver en lo mas profundo de sus recuerdos, pero que si sabia que la amaban, ese di llegaría.


Dimenson FourDonde viven las historias. Descúbrelo ahora