Ambas niñas sabían que no debían irse con nadie, la calle era peligrosa y más para ellas, pero la sensación que les provocaba estar con esa mujer hacía que olvidaran todo lo malo que podría ocurrirles por confiar en un extraño, era tanto la calidez de sus palabras que cuando pidió cargar a la más pequeña de las tres, Anabell, ninguna pudo negarse, jamás habrían permitido que nadie se le acercará demasiado a su pequeña hermanita, podrían quitársela y salir corriendo y nadie las ayudaría a recuperarla, pensarían que estaría mejor con la persona que se la llevo que con ellas, y quizás fuera cierto pero ninguna de las dos permitiría que las separaran por nada en el mundo.
La extraña mujer comenzó a caminar con la niña cargada en brazos, mientras las otras dos sólo procuraron seguirla sin perderle el paso, en un momento notaron como giraba en unos de los puestos de la plaza era muy sencillo de color verde oscuro, ninguna logro observar que vendían, estaban demasiado pendiente de no perderle el paso a la mujer. Pero al dar la vuelta como ella lo había hecho, grande fue la sorpresa de ambas, jamás pensaron encontrar aquello tan hermoso de tras de un simple puesto de la plaza.
—¿Que es este lugar? —pregunto una Melisa muy asombrada.
—Que tal si tomamos asiento y les explicaré todo —comento la extraña mujer mientras señalaba un kiosco con una mesa y unas tres sillas, una para cada una mientras ella cargaba a Anabell.
El pequeño kiosco encajaba perfectamente con el ambiente, parecía haber estado años en ese lugar, muchas plantas se habían apoyado en el y era una especie de combinación entre el kiosco y miles de ramas y plantas de todos los tamaños. Al parecer se encontraban en un campo enorme, había una gran variedad de flores por doquier, arbustos y enormes árboles que hacían que el caluroso sol apenas se asomara. Tanto las niñas como la mujer se aproximaron en dirección al kiosco para así poder hablar tranquilamente.
—Entonces que es lo que sucede ¿por que estamos aquí? Y ¿que es aquí? Yo nací en las calles de Iniart y me las conozco totalmente y se perfectamente que este lugar no estaba aquí, quiero saber por que de la nada tu das una vuelta y aparece
Melisa jamás le había hablado así a alguien, pero necesitaba respuestas y las quería en ese momento.
—Es verdad, Melisa y yo siempre hemos caminado por estos lados y no pudiste sólo dar una vuelta y apareció, además no se si a Melisa le pasa pero a mi si, y quiero saber por que sé siente como si te conociera, por eso te dejé tocar a Anabell, nadie mas que Melisa y yo la hemos cargado ¿Quien eres tu? —comento Melani que ya se notaba bastante enojada ella también quería respuestas.
—¿Ninguna de ustedes ha escuchado las historias de Iniart?
—No me gustan casi, pero Melani fue fanática de ellas cuando era mas pequeña, pero ¿por que preguntas eso y no respondes a nuestras preguntas?
—Me llamó Iniart y soy yo la de esas historias, que bueno, ustedes piensan que son historias, pero no lo son.
—Como crees que vamos a creerte eso, ya somos grandes para estupideces dame a Anabell y sácanos de aquí, si no responderás las preguntas de Melisa o las mías entonces nos vamos
Melani estaba muy enojada, no quería que alguien le mintiera sobre eso, ella fue uno de esos niños que soñaba aprender magia, era su mayor secreto y lo guardaba muy bien sólo para ella. Melisa en cambio se notaba más tranquila, solo quería seguir escuchando las ocurrencias de aquella mujer.
—¿Como se llama? —dijo Melani enojada.
—Me llamo Iniart y no miento.
—Esto es más fácil de lo que parece, que tal si nos dice ¿que quiere? y ¿por que nos trajo a este lugar? —dijo Melisa que aun se encontraba bastante tranquila
—Sólo quiero que vengan conmigo a vivir a mi castillo, prometo que no les faltara nada, que incluso, podrán tener todo lo que puedan imaginar.
—¡Son solo historia! ¡No es real! Usted no puede ser Iniart
Ya se notaba que Melani dejaba de estar enojada y se ponía triste con cada palabra, para ella eso era meterse con lo mejor de su infancia
—Si nos demuestra que es Iniart aceptaremos y iremos con usted —propuso Melisa
Esta se encontraba confiada de que con eso saldrían rápido de la situación, no había forma de que ella fuera Iniart ni que le demostrará nada.
—Es un trato entonces
Terminada la conversación Iniart soltó a la pequeña Anabell que poco a poco comenzó a elevarse, la niña no se notaba asustada a comparación de sus hermanas que no lograban salir de su asombró. Melani trató de saltar para alcanzarla pensando que se caería, pero esta comenzó a elevarse un poco mas hasta quedar fuera del alcance de su hermana.
—¿Necesitan alguna otra prueba de que soy Iniart?
Al escuchar esto tanto Melani como Melisa voltearon a mirarla, saliendo del asombro que les había dejado ver a su hermanita elevarse de esa manera
—¿Por que quiere llevarnos a su castillo? y ¿por que promete esas cosas? —Pregunto Melisa ya que fue la primera en salir de su asombró y comenzar a hablar.
—Confíen en mi, todo será perfecto para ustedes tres yo les daré una mejor vida de la que tienen
Mientras Iniart terminaba de hablar poco a poco la pequeña Anabell comenzó a descender hasta llegar a los brazos de esta.
Ninguna sabia que pensar, pero ya les habían comprobado que era Iniart y que al parecer esas historias eran reales y ellas habían sido de las afortunadas que aprenderían de la magia.
—Ahora síganme, entraremos al castillo.
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Dimenson Four
FantasíaMelisa, Melani y Anabell son solo tres niñas que buscan sobrevivir en Iniart una de cuatro antiguas dimensiones que esconde el mundo humano, sin embargo su vida cambia al conocer aquella extraña mujer que les ofrece un futuro al que ningún niño pue...